En días pasados se vio a las pandilleras feministas, mediante ridículos, pero peligrosos cantos, proclamar su clara intención de conspirar contra el gobierno de Javier Milei. Sin embargo, las militantes del pañuelo verde no fueron las únicas en declararle la guerra al electo presidente de Argentina, Nicolás Maduro también lo hizo, sus palabras fueron:
“Nosotros no vamos a callar porque es una tremenda amenaza la llegada de un extremista de derecha, con un proyecto colonial, absolutamente colonial, arrodillado al imperialismo norteamericano. Milei representa la derecha neonazi de Argentina que pretende liderar un proyecto colonial en toda América Latina y el Caribe”.
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Por su parte, López Obrador, cuya principal característica es haber puesto toda la política exterior mexicana al servicio de las dictaduras del socialismo del siglo XXI, afirmó lo siguiente:
“Nosotros respetamos la decisión que tomó un grupo mayoritario en Argentina, aunque es algo que consideramos no les va a ayudar, ya que es claro que no coincidimos con los que sostienen una política autoritaria, privatizadora, racista, clasista. No estoy de acuerdo con la hipocresía, que es lo que caracteriza a la derecha”.
En esa misma línea se expresaron Gustavo Petro, Evo Morales e Irene Montero.
Básicamente, los altos mandos de la mara castrochavista nos están diciendo que a Javier Milei le van a hacer lo mismo que hicieron con otros gobiernos de la región: intentar derrocarlo usando el terrorismo callejero y la violencia urbana.
Con ese método lograron que Evo Morales, Gabriel Boric y Gustavo Petro lleguen a las presidencias de sus naciones. No se trata de política, sino de crimen, especialmente, el narcotráfico.
Empero a todo lo anterior tenemos que sumarle algo: la influencia de China en las provincias del norte de Argentina, veamos.
Juan Manzur, Tucumán, y Gerardo Zamora, Santiago del Estero, son parte de una red de políticos corruptos y funcionales a los intereses expansionistas chinos. Por ejemplo, Zamora se ha beneficiado de un mega estadio, de un aeropuerto internacional y de un tranvía.
Obviamente, el campo de fútbol no funciona, el aeropuerto no tiene más de un vuelo a la semana y nadie usa el tranvía. Sucede que esas obras nunca tuvieron como fin servir a la ciudadanía, sino enriquecer a Zamora y sus amigotes del sector empresarial. Amable lector, si usted nota una similitud muy grande con las tonterías y desastres que se hicieron en Bolivia desde el 2006, déjeme decirle que es la misma receta.
El proyecto más grande que el clan Zamora intenta construir se llama Consorcio de Cooperación para la Fabricación de Pilas y Baterías de Ion Litio.
El consorcio incluye a la empresa estatal argentina YPF y su filial Y-TEC, bajo el control de los aliados leales de Kirchner, junto con socios chinos: Contemporary Amperex Technology Company Co. Ltd (CATL) y Tianqui Lithium and Gotion High Tech. Como todo lo que hacen los chinos, se hizo bajo mucho hermetismo, pues nunca se pusieron a disposición de la opinión pública los datos sobre el financiamiento ni los riesgos medio ambientales.
Al respecto, Douglas Farah, en una investigación titulada: Litio en el Noreste Argentino, afirma:
“Los daños ambientales van en aumento, según numerosos estudios, porque se necesitan más de 500.000 galones de agua para extraer una tonelada de litio. La mayor parte del litio que se extrae y se extraerá se encuentra en regiones extremadamente áridas, donde las lluvias son escasas y el agua es un recurso escaso. Además de usar cantidades masivas de agua, la escorrentía salada de los antiguos lagos salados y acuíferos, junto con la liberación de otros minerales y desechos, crecerá exponencialmente a medida que la exploración y la extracción de litio se expandan rápidamente. Sin embargo, no existen regulaciones vigentes en la NOA, no hay cumplimiento federal de las leyes ambientales y existe una sensación creciente de que, con los acuerdos ya firmados, habrá poca rendición de cuentas”.
Es evidente que comprar conciencias de gobernantes corruptos ha sido el método que han usado los chinos para quedarse con la biodiversidad de la región. No obstante, la amenaza china no se reduce a eso, sino que el Dragón Rojo lleva décadas coordinando acciones con agrupaciones delictivas latinoamericanas, por ejemplo, las FARC, y los propios dictadores paridos por el socialismo del siglo XXI.
En conclusión, Milei tiene tres grandes desafíos: 1) Evitar ser derrocado por las dictaduras castrochavistas, 2) Solucionar la crisis económica de Argentina, y 3) Liderar, desde su gobierno, la recuperación de la democracia y la libertad en la región.