La Moncloa parece ser la meta de Isabel Díaz Ayuso, presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, y no lo esconde ni disimula frente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien se lo expresó cara a cara en la residencia oficial.
En la segunda reunión con Sánchez en menos de un año sentó las bases para su proyección nacional. España le preocupa. Por eso, aprovechando las decisiones del mandatario socialista que han favorecido al independentismo catalán, dejó atrás la “cordialidad” –que ella misma reconoció en el encuentro– para cargar contra Sánchez, que dirige al país hacia “un cambio de régimen” apoyado en unos secesionistas que “tienen secuestrada” a la nación.
Ayuso no se guardó nada. Lo acusó de que “su proyecto totalitario está cogiendo velocidad de vértigo” refiriéndose a los separatistas, poco después de señalar a Sánchez de estar causando un “deterioro de la libertad muy grave”. Si sigue en esa senda, “tocará decidir entre su futuro o el futuro de España”, así lo dijo en Twitter.
España está hoy secuestrada por minorías que la odian.
El deterioro de las instituciones, de la libertad y de la igualdad en nuestro país es cada vez más grave.
Por eso, si el presidente Sánchez sigue por este camino, tocará decidir entre su futuro o el futuro de España. pic.twitter.com/rUR26Xdf43
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) July 9, 2021
De esa forma, evocó su contundente consigna “comunismo o libertad”, que la llevó a lograr la reelección en las elecciones del 4 de mayo, cuando presentó la contienda por la capital con el exvicepresidente del partido izquierdista Podemos, Pablo Iglesias, como una elección entre dos sistemas.
Con créditos
La dirigente del Partido Popular justifica sus palabras con el rol que desempeña como presidente autonómica, que la convierte en “delegada del Estado” en la región, para interesarse, inquietarse y pronunciarse sobre asuntos nacionales.
Su visión es que “a un presidente autonómico no solo debe importarle su terruño”. Por ello, acentúa su discurso en la baja fiscalidad que reina en el territorio que gestiona en comparación con el resto de las comunidades. “Este ha sido considerado como el eje vertebrador de la alternativa liberal que el PP busca forjar frente a Sánchez y ella ha hecho todo lo posible por sacar pecho de esta cuestión cuando ha podido”, destaca El Confidencial.
En la capital están conscientes de la estrategia de confrontación con Sánchez. A Díaz Ayuso le funciona. El éxito en las elecciones del 4 de mayo es una muestra. Y ahora, sin su coalición con Ciudadanos, habla sin corsés ni matizaciones de que “las decisiones de Sánchez conducen a una ruptura del orden constitucional”.
Defensa sin credibilidad
Sánchez intentó rebajar la tensión apelando a que él dirige el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que es un partido fundamental del pacto constitucional y no permitirá en ningún momento la ruptura del país ni un referéndum de autodeterminación en Cataluña.
El presidente pidió a Díaz Ayuso más lealtad, y le recordó que él apoyó a Mariano Rajoy con la aplicación del artículo 155, pese a las dudas que había en muchos sectores progresistas. Esa aplicación supuso, en octubre de 2017, el cese del presidente de la Generalitat y su Gobierno, la restricción de los poderes del Parlamento catalán, la intervención de organismos y servicios de la comunidad autónoma, y la convocatoria a elecciones en un plazo de seis meses.
Pero Sánchez no convence sino “demuestra hasta qué punto su gobierno pretende arrinconar a una comunidad que no sólo es el motor de crecimiento económico, sino el dique de contención del constitucionalismo ante la amenaza rupturista. Madrid es tan España que sólo un mercachifle como Sánchez sería capaz de reprocharle a la presidente de la Comunidad que saliera en defensa de los valores constitucionales”, sostiene OK Diario.
La portavoz del Gobierno español, María Jesús Montero, también desestimó a Díaz Ayuso y consideró que el tema de Cataluña debería estar reservado a Pablo Casado, el líder de la oposición y del PP, el partido de la presidente de la Comunidad de Madrid.
Sin acuerdos
La posibilidad de acordar planes para gastar el gran fondo europeo, que en un 50 % irá a manos de las comunidades autónomas quedó en el limbo, pese a que Díaz Ayuso llevaba un resumen que contenía las conclusiones de los trabajos que le había pedido a sus consejeros: una lista de asuntos pendientes en Sanidad (reclama mayor control de los contagiados que llegan por el aeropuerto de Barajas); educación, hacienda (rechazo a la armonización impositiva); políticas sociales (la financiación de la atención a los menores extranjeros no acompañados), entre otros.
Sánchez también tenía encima de la mesa un informe elaborado por los servicios de la Moncloa. Pero no se adoptaron acuerdos concretos, contrario a ocasiones anteriores, cuando las visitas de los presidentes de la Comunidad de Madrid se tradujeron en inversiones para la región. Ocurrió, por ejemplo, con la última hasta la fecha, protagonizada por Ángel Garrido, en la que se pactó la construcción de un bus-VAO (carril adicional para vehículos de alta ocupación) para descongestionar la entrada de la A-2 en la capital de España.