Caracas, 14 jul (EFE).- Las instituciones secuestradas, la dictadura, la oposición y el pueblo de Venezuela están calentando el escenario político de cara a las primarias que el antichavismo celebrará el 22 de octubre, un hito hacia el que el país camina entre discursos altisonantes y amenazas que van recrudeciéndose, cuando todavía faltan 100 días para la cita.
La vorágine, que arrecia cada día, involucra a organismos oficialistas como el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el Consejo Nacional Electoral (CNE), la antichavista Comisión Nacional de Primaria (CNP), el gobernante PSUV, el parlamento chavista, el dictador Nicolás Maduro, la Contraloría dominada desde Miraflores, la coalición opositora Plataforma Unitaria (PU), la comunidad internacional, los precandidatos presidenciales y los ciudadanos.
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Con semejante elenco, las diatribas son numerosas y proceden de todos los lugares, lo que augura, una vez más, un destino incierto que parece definirse a medida que crece la tensión.
Judicialización de la política
El TSJ acapara casi todas las miradas, tras admitir para estudio una solicitud de suspensión de las primarias presentada por Luis Ratti, un político que militó durante años en el chavismo y que se ha hecho notar en las últimas semanas tras pedir cárcel para opositores que aspiran a la Presidencia, sirviendo de esta manera a los intereses del régimen.
Además, nadie está seguro en el tablero electoral con una Contraloría que mantiene en secreto el listado de inhabilitados para ejercer cargos públicos, por lo que cualquiera que tenga respaldo para competir en octubre o en las presidenciales de 2024 no sabrá si podrá medirse en comicios hasta que la institución comunique que está libre de las supuestas sanciones.
Esa duda ya estaría resuelta para María Corina Machado y Henrique Capriles, ya que los dos estarían inhabilitados por la Contraloría, un órgano dirigido por un chavista radical. Vale acotar que Machado encabeza todas las encuestas por una amplia diferencia, escoltada de lejos por Capriles, que aparece en segundo lugar con poco más de 20 puntos por debajo.
Incertidumbre electoral
Entretanto, la directiva del CNE, conformada por una mayoría de personas cercanas al régimen, optó por un harakiri, al renunciar luego de dos años a los cargos que debían ocupar durante un septenio, que dejó a la oposición sin posibilidad de una ya polémica asistencia técnica en los comicios de octubre.
Esto abrió la puerta a que el parlamento controlado por el oficialismo trabaje ahora en la designación de nuevos rectores electorales, con un procedimiento que pretende socavar la confianza de los ciudadanos y designar un CNE mucho más radicalizado a favor del chavismo. Para muestra está el hecho de que Cilia Flores, esposa de Maduro, forma parte de la comisión que escogerá a los nuevos rectores.
De cualquier manera, la CNP avanza en su llamamiento a las internas, aunque aún no ha definido cuántos centros electorales dispondrán ni dónde, o los mecanismos que garantizarán la legitimidad del proceso del que saldrá el abanderado unitario para las presidenciales.
Subiendo el tono de cara a las primarias en Venezuela
Como era de esperarse, la Asamblea Nacional ha cerrado filas en torno a Maduro y, como el dictador y el PSUV, asegura que la oposición esconde “planes violentos”.
El jefe del Legislativo chavista, Jorge Rodríguez, anunció el jueves que para las votaciones de 2024 no invitarán a la Misión de Observación de la Unión Europea, al considerar que el bloque “violó” normas e incurrió en injerencia por cuestionar por una aplastante mayoría las inhabilitaciones.
Mientras tanto, Maduro ha encabezado varios actos con las Fuerzas Armadas en los que ha pedido a los militares estar alerta y responder con fuerza ante las estrategias del antichavismo que, asegura, persiguen la “desestabilización” del país.
¿Oposición sin estrategias?
La oposición ha mostrado divisiones pese a los intentos por construir unidad, especialmente en un debate celebrado el miércoles entre 8 de los 13 aspirantes a las primarias, que terminó sin acuerdos público sobre qué hacer en caso de que el vencedor de las internas no pueda inscribirse ante el CNE para las presidenciales.
Aunque los candidatos se comprometieron a rechazar unidos cualquier acción judicial contra las primarias, no han acordado planes alternos para sortear los obstáculos que surjan desde las instituciones dominadas por Maduro.
Se espera que los candidatos antichavistas para las primarias que se celebrarán el 22 de octubre en Venezuela sostengan una primera reunión para acercar posiciones la próxima semana, sin detener la campaña que ya ha calentado varios municipios, donde lo electoral ha vuelto a dominar las discusiones, siempre con un ojo puesto en el TSJ, la Contraloría y en casi cualquier lugar de donde pueda proceder una amenaza de la dictadura.