No es fácil medir el grado de descentralización política, pero ese es el objetivo de un interesante proyecto de la Universidad de Oxford conocido como Índice de Autoridad Regional. La iniciativa estudia el poder de las autoridades subnacionales en campos tan dispares como la capacidad legislativa o las competencias en el campo económico y fiscal.
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Según el informe, Argentina es el país de América Latina con un mayor nivel de descentralización política y económica. Recibe una puntuación de 23,5 puntos, suficiente para ocupar el décimo puesto del ranking mundial, con niveles similares a los registrados en Canadá o Australia.
Algo más bajo es el resultado que logra México, con 20 puntos. En clave latinoamericana, el país gobernado por Enrique Peña Nieto es el segundo con mayor nivel de descentralización. Sin embargo, en clave mundial vemos que el esquema mexicano aparece en el puesto 15 del índice, no muy lejos de países como Francia, cuyo esquema figura entre los más centralistas de las grandes potencias europeas.
En el tercer puesto del estudio de la Universidad de Oxford nos encontramos con Brasil. Su calificación es cercana a México, con una evaluación de 19,5 puntos. No está muy lejos Perú, que se queda fuera del top tres, pero igualmente presenta altos niveles de descentralización, suficientes para recibir una nota de 18,1 puntos.
Menores niveles de descentralización
A distancia, aparece un grupo de países en los que la autoridad delegada a los Gobiernos regionales alcanza niveles intermedios. Es el caso de Bolivia (13,5), Colombia (12,3) y Uruguay (12). Algo más bajos son los resultados de Paraguay (8,2), Ecuador (8) o Venezuela (7).
En el grupo de países latinoamericanos con un bajo nivel de descentralización aparecen Panamá (5,4), Cuba (5), Nicaragua (4,5), República Dominicana (3,7) y Chile (3). Los niveles más reducidos del ranking son para Honduras, Guatemala y El Salvador (todos con una nota de 1 punto) y Costa Rica (donde la autoridad regional es casi inexistente).