EnglishEn respuesta a “Cientos de manifestantes en EE.UU. dan un rotundo no a la reforma migratoria” (21 de Julio, 2014) por Fergus Hodgson.
El problema de la inmigración “ilegal” ha surgido en su totalidad a partir de los controles de inmigración arbitrarios impuestos por el gobierno federal, los cuales no se basan en la realidad social ni económica. Los cupos para inmigrantes calificados han permanecido inalterados por años, y los pequeños cambios generalmente han sido para reducir los topes aún más. El límite global de tarjetas de residencia permanente para migrantes económicos sin título universitario es de 5.000 al año.
La mayoría de las residencias permanentes van a personas que tienen lazos familiares en Estados Unidos: Padres, esposos, hijos y hermanos de ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes legales. Aun así, en muchas categorías de visa de reunificación familiar, la lista de espera es tan larga que quizás el documento nunca llegue. Hoy en día hay personas que han estado esperando 20 años por sus tarjetas; los abogados calculan que al paso del procedimiento actual, alguien que aplique para obtener una residencia permanente en alguna de estas categorías tendría que esperar por ella décadas o hasta siglos.
Sencillamente no hay abasto para la mayoría de las personas, capacitadas o no capacitadas, que quisieran inmigrar a Estados Unidos legalmente.
No puedes controlar la ambición de las personas a obtener un salario justo por su trabajo o querer vivir con sus familias. Las leyes de inmigración de Estados Unidos están alejadas de la realidad y evitan que la mayoría de las personas a quienes les gustaría inmigrar legalmente, lo hagan. La amnistía no es una solución ideal, pero tan solo porque las leyes de inmigración estadounidenses no debieron haber creado el problema de 12 millones de inmigrantes ilegales para empezar.
La mayoría de estos 12 millones no causan problemas a la sociedad estadounidense, no más de lo que causaría un grupo de 12 millones de ciudadanos estadounidenses tomados al azar. Debería existir un proceso claro y justo para que ellos puedan regularizar su estatus migratorio. En cuanto a las millones de personas que les gustaría emigrar a Estados Unidos pero no pueden hacerlo, la ley debería proporcionarles los canales legales en vez de erigir un muro para que no salgan de sus países de origen, o forzarles a permanecer en la clandestinidad, donde mantienen vivo el problema de la inmigración “ilegal” creada por el gobierno.
John Lee
Bloguero
OpenBorders.info
Arlington, Virginia