La economista Mariana Mazzucato, en su libro “El Estado emprendedor” asegura que los grandes avances e innovaciones tecnológicas son producto del Estado. Mientras que algunos economistas consideran que el Estado debe corregir “fallas de mercado” y financiar la ciencia básica, Mazzucato asigna un rol más importante al Estado en materia de innovación. Para la citada investigadora, el Estado debe financiar la ciencia básica, y también “embarcarse en proyectos visionarios” de innovación. Estos proyectos “visionarios” incluirían bancos de desarrollo, energía renovable, nanotecnología y tecnologías revolucionarias. Sin embargo, el informe “Mitos y Realidades del Estado emprendedor” del Instituto Juan de Mariana demuestra que las tesis de Mazzucato están “histórica, teórica y empíricamente”erradas. En el PanAm Post le contamos acerca de este informe.
Mazzucato y el Estado emprendedor
Según Mazzucato, dados los altos costos y riesgos de invertir en Investigación y Desarrollo, los actores privados no suelen invertir en innovación. Razón por la cual, para la economista, el Estado debería invertir en este campo. Es decir, el Estado, a través de los impuestos de los ciudadanos debe financiar las nuevas tecnologías que las grandes firmas usarán.
Mazzucato también afirma que el Estado ha sido el generador de la mayoría de revoluciones tecnológicas en el mundo moderno. Según la economista italiana, la industria informática, Internet, la nanotecnología y las energías renovables son ejemplos de la intervención estatal en la creación de nuevas tecnologías.
De acuerdo con Mazzucato el Estado emprendedor es responsable de gran parte de la innovación científica moderna. El informe del instituto Juan de Mariana demuestra cómo los ejemplos presentados por Mazzucato son como mínimo imprecisos. A continuación, le contamos cuáles son los ejemplos presentados por la economista, y cómo el mencionado informe encuentra resultados diferentes a los presentados por Mazzucato.
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Ejemplos del Estado emprendedor
Para la escritora italiana, el Estado lidera frente al mercado la innovación e inversión en energías renovables. No obstante, el informe de Juan de Mariana contrasta las fuentes de Mazzucato con otras. Según “Mitos y Realidades del Estado emprendedor”, tanto los informes de BNEF como del Climate Policy Initiative Report, demuestran que los actores privados lideran la inversión en energías renovables.
Para Mazzucato, la nanotecnología se desarrolló gracias al impulso del Estado americano. El gobierno de los Estados Unidos creó la National Nanotechnology Initiative (NNI), institución que para Mazzucato generó la nanotecnología. El informe del Juan de Mariana demuestra la existencia de investigación privada en el campo de la nanotecnología anterior al NNI. El informe demuestra que Premios Nobel en Física como Feynman, Tomonaga, Schwinger (1965) y Ruska, Binning y Rohrer (1986) fueron precursores en este campo. Tanto Ruska como Binning y Rohrer inventaron para empresas privadas.
El informe del Juan de Mariana también pone en duda de la idea de Mazzucato acerca de la importancia del Estado en la generación de tecnologías revolucionarias o Tecnologìas de Propósito General (GTP). El informe cita 24 GPTs que cambiaron la historia. Se consideran GTP la domesticación de las plantas y animales, la imprenta, los ferrocarriles, la Internet y la nanotecnología. Sólo siete de estas tecnologías habrían sido desarrolladas tras la aparición del Estado emprendedor. Por lo tanto, la mayoría de las GPT no podrían ser producto del Estado moderno.
De las GPT desarrolladas durante el siglo XX, cuatro (la aviación, la producción en masa, la producción ajustada, la nanotecnología) fueron desarrolladas por el sector privado.
“Mitos y Realidades del Estado emprendedor” demuestra que el Estado sí desempeñó un rol en el desarrollo del Internet y el computador. Sin embargo, Mazzucato no incluye la importancia de los privados en ambas tecnologías. Por ejemplo, Karl Zuse financió y construyó el primer computador mecánico programable. El informe no niega que la intervención del Estado haya influenciado la creación de la Internet o de la informática. No obstante, considera que esta influencia fue fundamental para la generación de dichas GPT.
Mercado, Estado e innovación
Para Mazzucato, una de las razones por las cuales las grandes empresas privadas invierten menos en innovación es el “cortoplacismo”. Según la economista italiana, los inversores no están dispuestos a esperar largos periodos de tiempo para recibir sus ganancias. “Mitos y Realidades del Estado emprendedor” demuestra que es cierto que las grandes empresas privadas han reducido su número de publicaciones científicas, la causa de este cambio no es el “cortoplacismo”. Según el Instituto Juan de Mariana, la causa de este cambio está en la estructura de producción de la innovación. Cada vez más universidades, institutos de investigación y pequeñas empresas están liderando la innovación científica.
Vale la pena entonces preguntarse si una mayor inversión estatal en Investigación y Desarrollo (I+D) implica necesariamente más innovación. El mencionado estudio demuestra que algunas veces mayor inversión en I+D no se traduce en innovación sino en investigación más costosa. Es decir, en investigadores mejor pagados. La inversión estatal en innovación puede también traducirse en un sesgo en la dirección del avance científico. Este es el caso de la industria militar financiada por el Estado. Cuando los gobiernos destinan dinero público al avance de la investigación militar, evitan la inversión privada en otros frentes.
Conclusiones
El informe “Mitos y Realidades del Estado emprendedor” no niega que cierta inversión en I+D estatal se pueda traducir en innovación. Sin embargo, demuestra que el Estado emprendedor no es la causa del avance científico. La innovación científica existió y prosperó antes de la aparición del Estado emprendedor (S.XX). Una alta inversión pública en I+D no necesariamente genera más innovación.
En algunas ocasiones, la inversión estatal en I+D implica investigación más costosa y no mejor investigación. Un elevado gasto público en I+D tampoco se traduce en mejores condiciones para la innovación industrial. Es el caso de la URSS, donde el Estado gastaba importantes recursos en innovación tecnológica. No obstante, esa innovación tecnología no se traducía en difusión de la innovación ni en crecimiento económico.
La investigación científica y el avance tecnológico depende de muchos actores como institutos de investigación y universidades. También el sector privado es fundamental en este esfuerzo. Sin el trabajo e inversión de agentes privados no habría habido nanotecnología, biotecnología, informática o Internet. El riguroso informe del Juan de Mariana también demuestra la existencia de problemas del Estado emprendedor. Los Estados grandes que ahogan la iniciativa privada desvían de recursos hacia caprichos estatales. Este desvío de recursos puede implicar altos costos de oportunidad para los ciudadanos que pagan impuestos.