La ahora exministra de Ambiente de Bolivia, Alexandra Moreira, renunció por “presión” del oficialismo después de una interpelación por la crisis de agua.
La bancada del partido MAS no le dio más apoyo y ella se enteró en la última reunión del gabinete. Es por ello que Moreira prefirió retirarse antes de convertirse en la primera mandataria censurada por el oficialismo.
A raíz de su retiro, se incrementó la crisis del gabinete.
Según el portal digital El Deber, una fuente oficialista les comentó que el gobierno y la bancada del MAS acordaron darle la espalda a la exministra, además de advertirle que si se presentaba a la interpelación que convocó la Asamblea, sería la primera ministra censurada por el gobierno de Evo Morales.
Como última acción antes de finalizar la reunión de este miércoles, Moreira posó con sus colegas y Morales en la foto oficial del gabinete en las gradas del Palacio Legislativo. Anteriormente, le habían informado que la bancada no la iba a apoyar, es decir, ya estaba advertida.
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La exministra perdió el apoyo después de la polémica crisis del agua en La Paz, desatada hace 72 días.
Es importante recordar que para el 2016, ya estaba anunciada una sequía para el occidente boliviano y Moreira no alertó que las represas se secarían.
Por lo menos 94 de los barrios de la zona sur, en donde habitan personas de clase alta, se quedaron sin el servicio desde la noche hasta la mañana.
Las protestas no solo se desencadenaron a través de las redes sociales, sino que también se presentaron en las calles, lo que obligó al Ejecutivo Morales a pedir disculpas a la población el 16 de noviembre.
Les dijo: “Quiero decirles que lamentablemente desde la Autoridad de Fiscalización de Agua y Gerencia de EPSAS nunca nos han alertado”.
Después de dar la cara, Morales no dijo nada de la ministra, pero luego transcurrieron dos meses de crisis por el racionamiento intenso. No llovió sino hasta enero y los habitantes reciben el servicio solamente medio día. Por ello, el mandatario aceptó inmediatamente la renuncia de Moreira.
Fuente: El Deber