La hoy presidente suspendida Dilma Rousseff, utilizó su defensa de frente a los senadores que decidirán su destitución definitiva en Brasil.
La sesión comenzó una hora después de lo estipulado y fue precedida por un silencio incómodo que seguía de su ingreso a la cámara. Su discurso inició con apelar la “lealtad y respeto a la constitución”.
También, aseguró que respetó el compromiso que asumió y que se encuentra orgullosa de ello. Seguidamente, dijo que “jamás atentaría y practicaría actos contra los intereses de los que me votaron. Como todos tengo defectos y cometo errores, pero entre mis defectos no están la cobardía y la deslealtad”.
No obstante, se encargó de recordar los tiempos en el que el país era dominado por la dictadura y luchaba por la democracia. Habló de su posición a favor de la libertad y de las marcas de tortura. A ello comentó: “Vi compañeros mientras eran violentados y hasta asesinados. Era muy joven, tenía mucha esperanza en la vida. Tengo secuelas de tortura en el cuerpo y el alma, pero no cedí y resistí, resistí las tempestades del terror. Continué luchando por la democracia. Hoy, como en el pasado, resisto. No esperen de mí el silencio de los cobardes. No lucho por mi apego al poder, lucho por la verdad y por la justicia. Lucho por los pobres de mi país”.
Alegó que será juzgada por un crimen que no cometió y afirmó diciendo que “Tengo mi conciencia absolutamente tranquila por lo que hice”, advirtió e insistió: “Estamos a pasos de cometer un verdadero golpe de Estado“.
Después de aproximadamente 40 minutos, la presidente suspendida finalizó con una frase dirigida a los responsables de las denuncias de corrupción y muy contundente: “Voten contra el impeachment, voten por la democracia”.
El pasado mayo, Rousseff fue acusada de maquillar las cuentas públicas y hasta el momento se encuentra aislada políticamente, por muchísimas denuncias de corrupción.
Esta sesión es el punto final, del proceso que tiene en ascuas al país.
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En este senado, Dilma es interrogada por aliados de Luiz Ignacio Lua Da Silva, que es su padrino político y quien ha sido el presidente más popular de la historia moderna.
Rousseff asegura ser inocente y que este juicio es un “golpe orquestado” por Michel Temer, quien fue su expresidente y probablemente será el presidente por el período restante (2 años).
Son 81 senadores los que decidirán el futuro del gobierno en una sola ronda de votación.
Según los aliados de Temer, afirman que tienen entre 61 votos a favor, que garantizan la condena. Es decir, más de los 54 necesarios.
Fuente: La Nación