Este martes 8 de agosto, a pesar de la celebración de los Juegos Olímpicos, el senado de Brasil decidirá con votos, si Dilma Rousseff debe ser sometida a juicio de destitución, lo que será una decisión previa para la finalización del período de 13 años de izquierda en manos del poder.
El plenario necesitaría un mínimo de senadores que aprueben la moción. Según el informe del senador socialdemócrata Antonio Anastasia asegura que se debe destituir a Dilma por haber tentado en contra de la Constitución.
La sesión, que en principio durará unas 20 horas, concluirá la mañana del miércoles y la abrió el presidente del Senado, Renán Calheiros, quien entregó la dirección del trámite al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, garante constitucional del proceso y corresponsable de la fase final del juicio político.
“El Senado se reúne para adoptar una de las más graves decisiones que la Constitución le encomienda, como es la posible destitución de una presidenta”, declaró Lewandowski en la sesión, que coincide con la quinta jornada de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El presidente del Supremo subrayó la “delicada incumbencia” del caso y también que los senadores deberán actuar como “jueces”, con “plena independencia”, según sus “propias conciencias y las normas constitucionales” y despojados de “pasiones políticas”.
Dilma fue guerrillera, creyente en la teoría de Marx. Actualmente tiene 68 años y el pasado 12 de mayo fue suspendida de su cargo como presidente. Alega que el vicepresidente Michel Temer, se encargó de organizar un “golpe” en contra de ella.
Es acusada de utilizar dinero sin previa aprobación del Congreso, además de haber violado la Constitución Nacional, de suscribir decretos que financiaban al Tesoro con la banca pública y también en la campaña de las elecciones del 2014. En caso de aprobarse todos estos delitos imputados, Rousseff podría además de perder su mandato, quedar inhabilitada por 8 años, para ejercer cargos públicos.
A lo largo de la sesión será leído el informe del relator del caso y serán analizadas las posibles apelaciones que pueda presentar la defensa de Rousseff. Posteriormente, cada uno de los 81 senadores tendrá 10 minutos para exponer su posición y finalmente tanto la acusación como la defensa dispondrán cada una de media hora para dirigirse al pleno. Además, la acusación y la parte acusadora dispondrán cada una de media hora para dirigirse al pleno, que también prevé intervalos de 60 minutos cada cuatro horas.
Si el informe que recomienda la destitución de Rousseff queda aprobado, el proceso llegará a su fase definitiva, en la que el pleno del Senado deberá volver a pronunciarse en una última votación. En esa última sesión la destitución de Rousseff dependerá de que sea aprobada por una mayoría calificada de dos tercios (54 votos) del pleno, de los cuales los partidarios de la continuidad de Temer aseguran que ya tienen garantizados unos 60, aunque encuestas hechas por medios locales entre los senadores dicen que sólo unos 44 ya han declarado su inclinación a respaldar el informe. Esta última sesión se celebrará a fines de este mes y se calcula que puede durar hasta cinco días.
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El vicepresidente Temer, solicitó acelerar el proceso, ya que el pueblo necesita saber quién es realmente la presidente. Comentó también que en caso de que el juicio inicie, sería a partir del 25 de agosto, muy cerca a la clausura de los Juegos de Río y que el mismo durará cinco días.
En caso de que sea declarada culpable, Michel Temer, quien desde el pasado 12 de mayo sustituye a Rousseff de forma interina, completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019. Sin embargo, si fuera absuelta, Rousseff recuperará el cargo y Temer, a quien los partidarios de la mandataria tildan abiertamente de “golpista”, debería volver a ocupar la vicepresidencia, a la cual se conjetura que renunciaría de inmediato si así fuera.
Temer no le va en zaga. Su frase de apertura de los Juegos Olímpicos fue acompañada por un estruendoso abucheo.
Protestas en las Olimpíadas
En el Congreso de Brasilia, el edificio está lleno de pancartas y vallas de aproximadamente 5000 manifestantes. Por otro lado, los movimientos sociales que respaldan a Rousseff han convocado a protestas bajo los lemas “Fuera Temer” y “Vuelve Dilma”, aunque las autoridades policiales de Brasilia dudan de que vaya a haber una respuesta masiva.
En la residencia presidencial, en donde actualmente se encuentra Rousseff, comentó que difundirá una carta en donde se comprometerá en convocar un plebiscito en donde los propios ciudadanos son los que decidirán, según, si desean adelantar las elecciones, en caso que logre derrotar el proceso de destitución.
Fuente: El Nuevo Herald