Es bien sabido que los políticos son como las comadres: cuando se pelean, salen a la luz todas las verdades de las que antes fueron cómplices. Algo así sucede en el estado mexicano de Puebla. E involucra la creación del llamado Grupo de Puebla.
El estado de Puebla es gobernado por Miguel Barbosa, miembro de MORENA, el partido creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Barbosa llegó al poder el 1 de agosto de 2019, tras la muerte accidental (supuestamente) de la gobernadora Martha Érika Alonso, junto con su esposo, el anterior gobernador, Rafael Moreno Valle, en diciembre de 2018.
A su llegada al poder, Barbosa ratificó en el segundo cargo en importancia, Secretario de Gobernación, a Fernando Manzanilla, su aliado y líder estatal de un partido satélite de MORENA y quien ocupaba el cargo desde enero de 2019. Sin embargo, desavenencias entre ellos llevaron a la renuncia de Manzanilla en enero de 2020.
El desacuerdo entre ambos políticos fue escalando desde entonces, hasta que el gobernador Barbosa amenazó con procesarlo, acusándolo de haber gastado sin justificación la llamada “partida secreta” de su administración y la anterior. Este rubro del presupuesto es una anacrónica pervivencia de la Constitución nacional de 1917, creado entonces para que el Ejecutivo nacional pudiera hacer frente de forma inmediata a situaciones imprevistas como un desastre natural, de tal suerte que la contingencia pudiera ser afrontada con los suficientes recursos, sin necesidad de comprobar su aplicación. Esa disposición fue trasladada también a las legislaciones estatales, convirtiéndose en los hechos en la “caja negra” del presidente y de los gobernadores.
Las amenazas del gobernador Barbosa fueron respondidas en Twitter por Manzanilla, quien el reciente 24 de agosto señaló que tales fondos fueron gastados de acuerdo con la ley, en comunicación y acuerdo con Barbosa y que contaba con la documentación que lo avalaba. Para ello, publicó un recibo por millón y medio de pesos (alrededor de 75 mil dólares), del 5 de julio de 2019, dinero entregado, en efectivo, al colaborador cercano de Barbosa y sucesor de Manzanilla, David Méndez, para pagar los gastos del primer Encuentro del Grupo de Puebla, los días 12, 13 y 14 de julio de 2019, con la asistencia de 30 “líderes progresistas” de 10 países, en la ciudad de Puebla.
Tras la revelación, la insistencia de Barbosa en procesar a Manzanilla se vio acallada y probablemente no se vuelva a saber de ella, al tener ya la seguridad de que cuenta con pruebas documentales comprometedoras contra funcionarios del actual Gobierno poblano y tal vez contra el propio gobernador.
Pero en lo que a nosotros nos interesa, el Grupo de Puebla, es necesario recalcar: al menos el primer Encuentro del Grupo, fue pagado no con fondos partidistas, ni dinero propio de los “intelectuales” y políticos asistentes, sino con fondos del contribuyente poblano y mexicano, en una clara violación a la ley, tanto por parte de Manzanilla, como por parte del operador político de Barbosa, contando con la supuesta anuencia de este, ya gobernador electo y entonces a unos días de tomar posesión de la gubernatura. En tal sentido, todos los involucrados (políticos poblanos e invitados al Encuentro) incurrieron en un acto de corrupción, en agravio de los contribuyentes poblanos y mexicanos: Como sabemos, desconocer que se comete un delito no exime de dicho ilícito.
Este episodio retrata bien lo que es el llamado progresismo: con ellos, lo primero es que cuides tu cartera, porque su principal objetivo es que tú les financies su estilo de vida. Ahora fueron los contribuyentes mexicanos y de Puebla. Mañana serás tú. Porque te obligan a vivir en una economía cerrada con reglas fracasadas, y a ver el mundo por TV y YouTube, mientras ellos son los primeros que con dinero ajeno se van de vacaciones a otros países.
Al respecto, ¿fue este el único pago de dinero público al primer Encuentro del Grupo de Puebla o hubo más? ¿Ha habido más dinero público en las actividades del Grupo durante el último año, incluyendo la actividad online conmemorativa del pasado 10 de julio de 2020? Para no ser cómplices de un delito, los integrantes del Grupo harían bien en exigir el esclarecimiento del tema, comenzando con los fondos gubernamentales entregados para su primer Encuentro. De otra manera, su enunciado de ser un Grupo “independiente” es solo otra de las mentiras a las que la política latinoamericana es tan afecta, y que repele a los ciudadanos de sus políticos.
Por hoy, no solo están participando en un ilícito, sino también en una ficción que a nadie conviene, empezando por ellos mismos: políticos como Alberto Fernández, presidente argentino, o Marco Enríquez-Ominami, Fernando Haddad, Dilma Rousseff, Irene Montero, José Luis Rodríguez Zapatero y tantos otros, van por el mundo dándoselas de “líderes” de la izquierda iberoamericana, cuando su único combustible y representatividad es el dinero malversado de los contribuyentes poblanos y mexicanos.
Como este episodio deja ver con meridiana claridad, los “líderes” socialistas creen que robar es justificable si se trata de buscar la llamada “justicia social”, que en realidad es solo “justicia” para ellos y sus familias.
El fraude más usual en nuestra política es creer que la izquierda es el partido de los pobres y oprimidos. Como acabamos de ver, en realidad ella crea y oprime a esos mismos pobres que dice representar.