A Francisco Santos, el embajador de Colombia en Estados Unidos, le ha tocado una misión muy importante en un momento crítico para Colombia y para toda la región. Latinoamérica está en este momento amenazada por lo que Diosdado Cabello, el número dos del chavismo, ha catalogado como una “brisita bolivariana que pronto se convertirá en huracán”.
En medio del robo de las elecciones en Bolivia, las protestas violentas en Ecuador —impulsadas por Rafael Correa para tumbar a Lenín Moreno—, y el terrorismo desatado por la izquierda que ha incendiado Chile, la región mira con terror cómo Venezuela y Cuba parece que logran su objetivo de expandir la miseria comunista por toda Latinoamérica.
En estos momentos, ya no solo colombianos y venezolanos, sino también chilenos, ecuatorianos, y bolivianos, viéndose incapaces de enfrentar el socialismo que viene con la “brisita bolivariana”, se preguntan si hay una disposición real de Estados Unidos para ayudar a frenar el castrismo y el chavismo.
Conversamos con el embajador de Colombia en Estados Unidos y le preguntamos sobre su visión de lo que ocurre en la región y sobre cómo Estados Unidos entiende la situación.
Francisco Santos, tiene claro —y así lo asegura— que su función es lograr que el Gobierno estadounidense tenga el más alto grado de comprensión sobre el problema que significa Venezuela para Colombia y para la región. El embajador afirma que en ese asunto se ha avanzado y que frente a lo que ocurre por estos días en la región, en reuniones con otros embajadores y con el Gobierno estadounidense, se ha hablado de una “subida del nivel de agresión y del nivel de amenaza” que es importante contrarrestar.
Recalca Francisco Santos que lo que ha pasado en estos días es un “campanazo de alerta”, y dice que espera que EE. UU. confirme con esto que es cierto lo que se ha venido diciendo desde el Gobierno de Colombia: Venezuela es una amenaza continental.
Recuerda también que Estados Unidos generalmente no se mete en los problemas, “lo meten en la solución de los problemas”. Para el diplomático las circunstancias conducirán a que EE. UU. entienda la gravedad de esta situación e intervenga “de manera más activa”.
El embajador plantea también un problema clave en lo que se puede hacer desde organizaciones internacionales como la OEA: la diplomacia respecta la institucionalidad, pero la contraparte (la tiranía de Maduro) no lo hace. “La OEA no existe para ellos, Maduro y Diosdado se burlan de ella”, afirma.
“La institucionalidad latinoamericana necesita ser reforzada y necesita una mirada que pueda confrontar este nuevo nivel de amenaza. Lo que pasa es que mientras las democracias juegan de manera transparente, las dictaduras juegan con las cartas marcadas y es muy difícil enfrentarlos así”.
Es tajante al decir que “estamos frente a un riesgo mayor que va a requerir una respuesta mayor”. En referencia a las declaraciones de Diosdado sobre la “brisita bolivariana que se convertirá en huracán”, el embajador contesta:
Lo que necesitamos es un huracán en Venezuela, un huracán que acabe con la dictadura de Maduro, con la corrupción de Diosdado, con los asesinatos de ellos dos, con la opresión y con el hambre.
En relación a las protestas que tienen lugar en la región, asegura que la democracia liberal está siendo amenazada, que hay una falta de autoridad para controlar a los vándalos y que esto se trata de un asunto que va mucho mas allá de un simple descontento social.
“Hay que salir a defender la democracia liberal. Lo que están organizando estos vándalos es bastante más organizado, continental y estructurado de lo que pensamos”
Respecto a la amenaza que específicamente enfrenta Colombia, al compartir frontera con Venezuela, afirma: “Colombia sufre de una amenaza mucho más presente, FARC, ELN, narcos y criminales que están anclados en Venezuela, eso genera mayor peligro y riesgo para los colombianos, por eso el presidente Duque está tan comprometido en la solución de este problema. Por eso es tan duro en términos de lo que hay que hacer”.
Finalmente, le preguntamos: ¿ve posible que Maduro salga por la buenas, que se vaya él solo?
Su respuesta: “cada día menos”.
*Audio de la entrevista al inicio de la nota