El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, hace esta semana una gira por Latinoamérica. Inició en Chile y visitará después Bolivia, Colombia y Costa Rica. Según dijo, para fortalecer relaciones bilaterales.
Sánchez se reunió el pasado martes con el presidente chileno Sebastián Piñera en el Palacio de la Moneda. Y lo que quedó claro es que la posición del español respecto a Venezuela, contrasta bastante con la de su antecesor Mariano Rajoy. Quien recibió en Madrid a dirigentes de la oposición y abanderó en la Unión Europea la imposición de sanciones al régimen de Maduro.
Cuando Piñera se refirió al tema y aseguró que Venezuela tomó el camino equivocado y dejó de ser una democracia, Sánchez evitó criticar a Maduro e insistió en que la salida de la crisis pasa en que Venezuela “dialogue consigo misma”, un proceso que “España está dispuesta a acompañar de forma activa”.
En resumen, la posición de Sánchez es la de José Luis Rodríguez Zapatero, a quien muchos ya reconocen como enemigo de Venezuela por avalar el fraude electoral de Maduro y por impulsar el “diálogo” entre la tiranía y una supuesta oposición.
Zapatero ya está muy desprestigiado, desde hace mucho lo estaba en España y ahora en hispanoamérica, y en Venezuela es un personaje bastante no grato, por ser un rastrero, por recibir dinero de Maduro y hacer negocio con el hambre y la muerte de los venezolanos, pero para solucionar este asunto, del desprestigio del español, se consiguieron un lacayo nuevo.
El reemplazo de Zapatero Sánchez. En la noticia del día comentamos sus desafortunadas frases y el peligro que este hombre representa no solo para España sino también para Hispanoamérica.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, hace esta semana una gira por Latinoamérica. Inició en Chile y visitará después Bolivia, Colombia y Costa Rica. Según dijo, para fortalecer relaciones bilaterales.
Sánchez se reunió el pasado martes con el presidente chileno Sebastián Piñera en el Palacio de la Moneda. Y lo que quedó claro es que la posición del español respecto a Venezuela, contrasta bastante con la de su antecesor Mariano Rajoy. Quien recibió en Madrid a dirigentes de la oposición y abanderó en la Unión Europea la imposición de sanciones al régimen de Maduro.
Cuando Piñera se refirió al tema y aseguró que Venezuela tomó el camino equivocado y dejó de ser una democracia, Sánchez evitó criticar a Maduro e insistió en que la salida de la crisis pasa en que Venezuela “dialogue consigo misma”, un proceso que “España está dispuesta a acompañar de forma activa”.
En resumen, la posición de Sánchez es la de José Luis Rodríguez Zapatero, a quien muchos ya reconocen como enemigo de Venezuela por avalar el fraude electoral de Maduro y por impulsar el “diálogo” entre la tiranía y una supuesta oposición.
Zapatero ya está muy desprestigiado, desde hace mucho lo estaba en España y ahora en hispanoamérica, y en Venezuela es un personaje bastante no grato, por ser un rastrero, por recibir dinero de Maduro y hacer negocio con el hambre y la muerte de los venezolanos, pero para solucionar este asunto, del desprestigio del español, se consiguieron un lacayo nuevo.
El reemplazo de Zapatero Sánchez. En la noticia del día comentamos sus desafortunadas frases y el peligro que este hombre representa no solo para España sino también para Hispanoamérica.