El fútbol, desde siempre, ha sido la pasión del pueblo, eso lo saben muy bien los guerrilleros de las FARC, por eso ahora tendrán su propio equipo. Y no será cualquier grupo de inexpertos, faltaba más, si tienen todo el dinero para hacer lo que quieran. Por eso fueron hasta España para aprender cómo funciona el Barcelona.
“Lo que pretendemos es hacer una especie de Masía. Estuvimos viendo su funcionamiento. Yo viajé a Barcelona para conocerlo de primera mano con el objetivo de aplicarlo en Colombia, teniendo en cuenta las particularidades del país” Afirmó Edgar Cortés, quien hace unos años era directivo del Santa Fe y ahora es la mano derecha del comandante de las FARC que está encargado de llevar a la guerrilla al escenario deportivo mundial.
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La multimillonaria guerrilla marxista planea desde ya crear semilleros y poner escuelas de fútbol por todo el país. Cortés afirma que van a buscar talentos para llevarlos a sus “campamentos deportivos” y que luego escogerán a los mejores hombres para conformar el equipo oficial de la guerrilla de las FARC, que tiene como objetivo final escalar para llegar a la máxima categoría del fútbol colombiano.
Pero no solo los guerrilleros harán parte del ambicioso equipo, las FARC han sido claras: recibirán también a “jóvenes de las zonas afectas por el conflicto”. Mejor dicho, a quien quiera. Eso sí, tendrán que ser personas íntegras, con fuerte formación en valores, para dar ejemplo en el fútbol colombiano que está en decadencia moral…
Según Cortés el equipo fariano tendrá formación integral. Afirmó que es bochornoso lo que ocurre actualmente en el fútbol colombiano, donde incluso hace poco una mujer señaló a futbolistas del Santa Fe de haberla violado. Por eso afirma: “Nosotros pretendemos hacer una preparación integral de los jugadores, tratar los aspectos deportivos y los humanos”.
Ahora bien, no es esto un capricho de las FARC. No es que quieran jugar fútbol un rato y cumplir sus sueños de infancia, o que los cabecillas de la organización terrorista ahora quieran fomentar la paz a través del deporte, no. Lo único que quieren es ganar seguidores, que la gente los quiera. Y para eso, nada mejor que el fútbol, la pasión del pueblo.
Lo dicen abiertamente:
“Hay gente que nos odia, que no nos quiere, pero no nos conocen. Nos miran como si fuésemos animales, pero somos personas. De pronto un equipo puede ayudar a cambiar esa imagen, a uno lo van a mirar diferente a como nos han visto todos estos años”. Camilo, guerrillero de las FARC. 30 años.
Imagínese en un años a los colombianos gritando en sus casas de la emoción cuando el “Equipo de la Paz” (me estoy inventando el nombre) gane la Copa Libertadores. Y este es un escenario muy real, con el dinero de las FARC no será difícil lograr un buen equipo con jugadores de primer nivel y renombrados entrenadores.
Pero es que, además, esto en Colombia ya pasó. La relación entre narcotráfico y fútbol en nuestro país tiene una larga historia. El Deportivo Independiente de Medellín y el Atlético Nacional fueron en su momento los juguetes de Pablo Escobar. Y los hermanos Rodríguez Orejuela del Cartel de Cali eran dueños del América
Incluso, América bajo la dirección del Cartel de Cali ganó cinco Ligas consecutivas y llegó a tres finales de la Copa Libertadores entre 1982 y 1987. Y el Nacional no se quedaba atrás, en 1989, de la mano de Escobar consiguió lo que ningún otro equipo colombiano había logrado: ganar la Copa Libertadores. Tenía a los mejores jugadores, un técnico de primer nivel y, además, compraba árbitros cuando quería.
Ya me imagino al equipo de las FARC paseándose con los mejores jugadores por los más importantes estadios del país y ganando partidos a diestra y a siniestra, porque de todas formas siempre pueden comprar al árbitro,tal y como lo hacían a finales de los 80 los grandes capos de la droga.
En definitiva incursionar fútbol es la mejor jugada de las FARC. Muchos colombianos se sentirán orgullosos y se apasionarán con el equipo que tendrá incluso mejores resultados que América y Nacional en la época de Escobar.
Pero además, cientos de jóvenes irán a los “campamentos de talento” del grupo guerrillero. Todos aquellos niños que no tienen cómo salir de la pobreza y a los que les gusta el fútbol terminarán agradecidos con las FARC y evidentemente, aunque muchos insistan en negarlo, ideologizados.
Hay quienes ven en todo esto un maravilloso acto de bondad y arrepentimiento, se preguntan, con una inocencia que raya en lo ridículo, ¿qué hay de malo en que dejan las armas y ahora se dediquen al deporte?
Las FARC no son una organización de caridad, son un grupo de asesinos, que cada que pueden recuerdan que no dejarán su lucha, que sus ideales siguen intactos; su objetivo es instaurar el socialismo en Colombia. Eso sí, ya no lo harán exclusivamente en el monte, ahora estarán en el Senado, en las emisoras de radio, en las universidades donde ya dan cátedra, y en el fútbol, con lo que serán la nueva pasión del pueblo colombiano.
Días negros se vienen.