“Ser pilo paga” es un programa del Gobierno colombiano que premia a los mejores estudiantes de escasos recursos, costeándoles la carrera que deseen en la universidad que elijan. Así, pues, este programa subsidia la demanda y no la oferta. En ese sentido, en Colombia, es lo más parecido que ha ocurrido a un sistema de vouchers para la educación como el propuesto por Milton Friedman.
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Estudios han demostrado que el 98 % de los recursos de “Ser pilo paga” terminan en las universidades privadas. Hay quienes se asombran por esto y lo ven como algo malo, cuando no es más que la consecuencia lógica de permitirle a los estudiantes que elijan la educación que desean. “Ser pilo paga” pone en evidencia el fracaso de la educación estatal.
Que casi la totalidad de recursos de este programa vayan a parar al sector privado, y no a las universidades del Estado, demuestra que en cuanto pueden, los estudiantes de escasos recursos, huyen del sistema estatal porque, desde luego, reconocen los beneficios del privado.
A cuenta de estas cifras se ha suscitado un debate en Colombia, en el que la mayoría opina que los recursos de “Ser pilo paga” deberían ser dirigidos a las universidades estatales, engrosando así el capital que se destina a subsidios a la oferta. En nuestra videocolumna de hoy hacemos un análisis de las implicaciones de estas cifras y de las ventajas de subsidiar la demanda y no la oferta.
En la videocolumna del PanAm Post analizamos los últimos acontecimientos del mundo iberoamericano desde una óptica liberal. Es presentada por Vanesa Vallejo, economista, miembro del Movimiento Libertario colombiano y columnista del PanAm Post.