Debemos tomar partido. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio anima a los verdugos, no a los atormentados. Siempre que cualquier persona es perseguida por su raza o puntos de vista políticos, ese lugar debe convertirse en el centro del universo.
—Elie Wiesel
EnglishEl legislador Paul Gosar (Partido Republicano) ha distribuido un borrador de su proyecto de ley para derogar la Ley de Ajuste Cubano de 1966, que permite a la mayoría de los cubanos que simplemente llegan a suelo estadounidense entrar a Estados Unidos y convertirse en residentes legales permanentes un año y un día después. Sin embargo, Bill Clinton cambió esta práctica, con una Orden Ejecutiva, en un acuerdo migratorio con el régimen de Castro en 1995, que marcó el comienzo de la infame política de los “pies mojados, pies secos”.
Carl McGill, profesor de la justicia penal en la Universidad de Phoenix, dijo en 2000 que “la política de Clinton para deportar a los ‘balseros’ a Cuba” era “como devolver un esclavo de la preguerra civil estadounidense a su esclavizador. Esto habría condonado violaciones de los derechos civiles y la esclavitud, igual que deportar a un balsero de vuelta a Cuba condona violaciones de los derechos humanos y el comunismo”.
La decisión de Dred Scott es una abominación histórica, pero lo mismo debe decirse de la política de Clinton de “pies secos, pies mojados”, que elude la intención original de la Ley de Ajuste Cubano.
La Oficina de Contabilidad General (GAO por sus siglas en inglés) informó que “desde hace más de 30 años, los cubanos que huyen de su país han sido acogidos por los Estados Unidos; sin embargo, el Gobierno de Estados Unidos revocó esta política el 19 de agosto de 1994, cuando el presidente Clinton anunció que aquellos balseros cubanos que sean interceptados en el mar ya no serían llevados a los Estados Unidos”.
La Orden “pies secos, pies mojados” fue un enorme revés para los refugiados cubanos.
Al mismo tiempo, el acuerdo de 1995 pidió al régimen de Castro registrar a los cubanos para una lotería. De esta manera, hasta 20.000 “inmigrantes” serían aceptados anualmente para ingresar a los Estados Unidos. Esto explicaría por qué muchos partidarios de régimen de los Castro —probablemente hay unos cuantos espías entre ellos— han entrado en el sur de la Florida.
Por desgracia, los motivos de la Ley de Ajuste Cubano se mantienen sin cambios. Cuba sigue siendo un régimen totalitario, comunista, que niega sistemáticamente a los cubanos sus derechos, incluido el de entrar y salir libremente de su propio país. Los cubanos continúan siendo asesinados a tiros por tratar de salir de la isla y el régimen les continúa negando el derecho a regresar.
El 17 de diciembre 2014, el anuncio de la normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos también ocultó la represión, la violencia y el asesinato en la isla. Sólo un día antes, el 16 de diciembre, la guardia costera cubana embistió y hundió un barco con 32 refugiados.
Uno de ellos, Diosbel Díaz Bioto, se encuentra desaparecido y se presume muerto. El resto fueron repatriados y detenidos. Menos de cuatro meses después —el 9 de abril de 2015—, Yuriniesky Martínez Reina, de 28 años de edad, recibió un disparo en la espalda y fue asesinado por el jefe de la seguridad del Estado, Miguel Ángel Rodríguez Río Seco, en el municipio Martí. Martínez Reina y un grupo de hombres jóvenes fueron vistos por las fuerzas de seguridad cuando trataban de construir un barco cerca de la playa Menéndez con el fin de huir de la isla.
Esto aparta a Cuba de todos los demás países del hemisferio occidental. Esta es la razón por la cual la Ley de Ajuste Cubano no constituye un “trato especial” en virtud de la ley estadounidense. Más bien, es un reconocimiento de que el régimen de los Castro es diferente del resto en este hemisferio y que, como consecuencia, se requiere una política diferente.
Durante décadas, tanto la “izquierda” radical como el gobierno de Castro han denunciado la Ley de Ajuste Cubano y continúan exigiendo su derogación. El argumento del régimen es que la Ley de Ajuste Cubano motiva a los cubanos a abandonar la isla. Al mismo tiempo, niegan la la naturaleza represiva, fallida y criminal del régimen que impulsa a los cubanos a huir.
Lo inquietante, sin embargo, es que ahora los republicanos y los conservadores están haciendo eco del pretexto pro-Castro para que se deroge la Ley de Ajuste Cubano. Afirman que, dado que la administración de Obama tiene relaciones “normalizadas” con el régimen de Castro, las cosas han cambiado. Esto pasa por alto el hecho que la situación de derechos humanos en la isla se ha deteriorado y que los niveles de violencia han aumentado desde que el presidente Obama anunció la nueva política de Cuba.
En medio del debate actual, también es importante recordar que el régimen promueve permanentemente demonizar a los 2 millones de cubanos que viven en Miami. Los castristas, sin tener en cuenta las diferencias ideológicas y filosóficas que son normales en una sociedad libre, agrupan a todos los cubanoamericanos juntos bajo un destructivo estereotipo que ha dañado la imagen de la comunidad en el extranjero.
Como concluye Carlos Alberto Montaner, “Cuba es uno de los Estados que busca destruir la imagen colectiva de sus emigrantes y la imagen particular de aquellas personas que ellos han decidido son sus enemigos”.
La propaganda de los Castro ha coincidido con el creciente sentimiento antimigratorio en Estados Unidos y la voluntad del presidente Obama de conceder a la dictadura cubana muchas de sus demandas. Estas circunstancias podrían muy bien conducir al final de la Ley de Ajuste Cubano. Trágicamente, algunos cubanoamericanos habrán contribuido a despojar a los cubanos de una de sus pocas salvaguardias restantes contra la opresión.
Poner fin a la Ley de Ajuste Cubano no detendrá a los cubanos de huir a los Estados Unidos. Más bien, dará lugar a intentos más desesperados por huir, haciendo crecer la represión en la isla, y enviando más cubanos de vuelta al foso de los leones.
Sin la Ley de Ajuste Cubano se incrementará el tráfico de personas, como así también los matrimonios arreglados en nombre de los cubanos que buscan obtener la ciudadanía estadounidense. Esto no beneficiará ni a los cubanos ni los intereses nacionales.
Pero este nuevo paso de la administración Obama en la búsqueda para normalizar las relaciones con la dictadura cubana le ayudará al régimen de los Castro a alcanzar uno de los objetivos de su política a largo plazo. Lamentablemente, si la Ley de Ajuste Cubano llega a su fin, muchos de los que promueven su derogación se arrepentirán.
Por lo tanto, me gustaría que quede registrado: no lo harán en mi nombre.