Por Irving Cordero
Milan Kundera afirmaba que “nuestra vida cotidiana es bombardeada por encuentros casuales de personas y acontecimientos a los que se llama coincidencias”. Por supuesto que esas “coincidencias” están precedidas por nuestra creatividad, que es la potencialidad de hacer los sueños realidad.
Semanas atrás tocó a mi puerta una de esas coincidencias, cuando fui invitado a participar en el Oslo Freedom Forum (OFF), considerado el evento más importante de derechos humanos, que es organizado anualmente en Noruega, por Human Rights Foundation, fundación comprometida permanentemente en la defensa y promoción de la libertad.
El Oslo Freedom Forum es una comunidad que reúne a diferentes líderes mundiales, incluyendo defensores de los derechos individuales, disidentes, ganadores de Premios Nobel, visionarios tecnológicos, ex jefes de Estado, periodistas, políticos, emprendedores, escritores, artistas, filántropos, fotógrafos, cineastas, dibujantes, músicos y académicos.
Fue fundado por el venezolano Thor Halvorssen Mendoza, cineasta y activista de derechos humanos, con una personalidad contagiosa que, junto a su equipo de innovadores sociales, nos reunieron en la capital de Noruega durante tres días intensos alrededor de la llama de la libertad.
Llamó mi atención que el OFF muestra a través de las vivencias de sus expositores el rostro más sensible de lo humano al margen de todo tipo de protocolo, procesión de egos o al bostezo de exposiciones académicas.
Como símbolo de este testimonio conocimos la experiencia de Ji Seong-Ho, a través de su presentación “Mi escape imposible de Corea del Norte”, sobre la fuga de un régimen sanguinariamente absurdo, que le costó al expositor trocar sus piernas por la libertad y que hizo estremecer a toda la audiencia.
También conocimos el testimonio de la valiente Zineb El Rhazoui del semanario satírico Charlie Hebdo, que desafiando al destino logró sobrevivir a la masacre y exponer detalladamente lo sucedido con la transparencia de una lágrima y con la fuerza de una sonrisa para repeler la intolerancia.
La intolerancia impone su rictus porque no ha aprendido a reír, porque no ha aprendido a soñar y es entonces cuando surgen comediantes como el iraní Hosseini, que en Oslo nos regaló una dosis de buen humor como antídoto contra las tiranías.
Da la impresión que estas historias provenientes de lugares lejanos y culturas distintas nos son ajenas, pero el mundo es un pañuelo donde caben los encuentros y entonces vemos a las sociedades latinoamericanas, amenazadas, librando sus propias batallas porque la indiferencia carece de fe.
La indiferencia es la pereza humana del pragmatismo, un suceso indefinido que nos paraliza, porque muchos de los regímenes latinoamericanos actuales usan la máscara del lenguaje democrático para legalizar lo ilegítimo, mientras los buenos se hacen los desentendidos.
Ahora pienso en Rayma, la gran caricaturista venezolana despedida injustamente sólo por expresarse contra el actual régimen. Tuve el gusto de conocerla durante el evento tras sus grandes espejuelos, ocultando quizás en sus hermosos ojos la tristeza de su patria.
Los regímenes totalitarios no conocen de humor porque viven del monólogo continuo, temerosos a las ideas, porque el arte se realiza con el alma y la politiquería sin ideas.
Algunos aplauden el levantamiento del embargo a Cuba, olvidándose del otro rostro, el rostro humano encerrado a dos manos, el de los prisioneros de conciencia, como el caso de Danilo Maldonado “El Sexto” que fue encarcelado sólo por hacer un performance humorístico.
La resistencia en Cuba tiene el rostro de los presos de conciencia, en Venezuela tiene el rostro de Leopoldo López y otros prisioneros. ¿Será que en Nicaragua estamos presos, no hay resistencia y no nos hemos dado cuenta?
El Oslo Freedom Forum es un foro de reflexión que promueve el movimiento de la conciencia y su tránsito hacia la libertad. Este año fue dedicado al expresidente de la República Checa, Václav Havel, con el lema “Viviendo en la verdad” donde participaron expositores de excelente calidad provenientes de diferentes partes del mundo, y fueron premiados aquellos ejemplos de vida comprometidos con la libertad.
Como las ideas y las palabras son el prólogo de nuestras acciones, no les dije adiós sino hasta pronto a tantos héroes anónimos que reinventan el hoy para que tengamos mejores mañanas a través de este concierto para una sola voz, ¡la voz de la esperanza!
Irving Cordero es un escritor y activista nicaragüense. Sígalo a través de su blog, irvincordero.blogspot.com; y de su cuenta Twitter, @irvincordero3.