EnglishSí, fue el Estado, ha sido el Estado y, por desgracia, es probable que vuelva a ser el Estado. Los mayores crímenes de la humanidad ha sido perpetrados por el Estado. Adolf Hitler, Mao, Lenin, Pol Pot y regímenes militares en todo el mundo, son algunos ejemplos de Gobiernos autoritarios que asesinaron a diestra y siniestra. Todos ellos en su momento representaron la frase fue el Estado.
Fue el Estado es el grito de dolor que muchas familias mexicanas claman cuando lloran a los 43 estudiantes presuntamente muertos. Les seré franca, no sé los detalles de la matanza. Sé que fue el Estado mediante un alcalde y su esposa —en un ataque de ¿poder? ¿impunidad? ¿creerse superiores? ¿ignorancia? ¿arrogancia?— los que desencadenaron los hechos.
No tengo la más mínima idea sobre qué pudo llevar a esa pareja a hacer desparecer a 43 estudiantes sin pensar que esto tendría consecuencias. Esto ya no es América Latina del siglo pasado, ya no desaparecen 43 personas sin que estas desde su tumba clamen por justicia por medio de sus familiares y amigos. No desaparecen 43 personas sin que un país entero clame por ellas.
Fue el Estado es una frase que casi con sorpresa muchos gritan al comentar el horror. También es la frase que no debemos de olvidar cuando exigimos que el Estado haga cumplir más y más derechos. Cuanto más poder se concentre en el Estado, más abusos este cometerá.
#YaMeCansé
“Ya me cansé” fue la frase con la que el procurador mexicano cerró su conferencia de prensa al explicar el crimen y que se convirtió en tendencia en Twitter.
Todos ya nos cansamos. #YaMeCansé de la violencia a mí alrededor y en los países que sufrimos la violencia por el tráfico de drogas. Violencia que nos hace querer agarrar las maletas y emigrar para poder hacer cosas tan normales como caminar en la calle sin temor a asaltos o asesinatos. #YaMeCansé de esta absurda guerra cuyas ganancias ayudan a debilitar y en algunos casos parece, a darle el tiro de gracia a los débiles Estados de derechos latinoamericanos.
#YaMeCansé que sea el Estado el que cometa los abusos de poder; sé que en mis adentros muchas veces somos los propios ciudadanos los que los permitimos al bloquear las malas noticias para poder continuar con nuestras vidas. Y eso solo continúa con el ciclo de violencia y abusos de poder.
“¿Qué cosecha un país que siembra cuerpos?” rezaba el cartel de un manifestante durante una protesta en México y mi respuesta a ella es: violencia y dolor.
Bloqueo selectivo
“¿Cómo puede un país seguir viviendo si 43 estudiantes están desaparecidos?” Preguntó una amiga en el trabajo al comentar la noticia. “Uno evita esas noticias, las bloquea” le contesté basada en mi experiencia en El Salvador, viviendo en medio a las estadísticas de 11 muertos diarios.
Me pregunté poco después de responderle en qué momento dejé de sentir. ¿Cómo la ignorancia racional se apodera de mí y evito conocer todo esto? ¿En qué momento las personas asesinadas solo se convierten en números? ¿Cómo uno puede vivir entre tanta violencia y seguir su vida normal?
Mi amiga tenía razón, no es normal bloquear todo eso, pero evité por días conocer los macabros detalles de México, no pude ignorarlo por más tiempo. Como tampoco puedo ignorar la violencia en El Salvador.
No tengo ni un amago de respuestas para todos estos problemas, nunca la tendré, pero sé que mi silencio no ayudará en nada.
Pero, en lo que cabe, me alegra que México proteste ante sus 43 desaparecidos de Ayotzinapa. Las protestas callan el silencio ciudadano y limitan el poder.
Fue el Estado es la frase que nunca hay que olvidar, porque el Estado ha sido el culpable de las mayores atrocidades en la historia de la humanidad.