EnglishSon incontables los artículos liberales en donde se dice que el monopolio del dinero en manos de los bancos centrales, la falta de límites en el gasto público y, en general, la intervención gubernamental frente a las crisis ecónomico-financieras, hará que las economías de los distintos países colapsen. Sumado a esto último, los intervencionistas intentan convencernos de que como el mundo está pereciendo, hacen falta cada vez más regulaciones en la economía.
Sin embargo, jamás el mundo estuvo mejor que en 2014, y eso es gracias al capitalismo.
Escribió Ayn Rand que “El capitalismo ha creado los mayores estándares de vida jamás conocidos en el mundo. La evidencia es incontrovertible”. Siguiendo con esta misma línea, Mario Vargas Llosa, semanas atrás tras recibir el Premio Bruno Leoni, afirmó que “Nunca habíamos experimentado mejores tiempos que hoy en día, el momento que estamos viviendo”. También el optimismo de Bill Gates se suma a la lista.
El año que dejaremos atrás será el mejor en la historia del mundo.
El año que dejaremos atrás será el mejor en la historia del mundo. Jamás se había llegado a disminuir la pobreza extrema a los niveles actuales. Nunca ha habido menos hambre. El ingreso per cápita, la esperanza de vida promedio de los individuos y los niveles de alfabetización actuales tampoco han sido mayores que hoy en día.
A pesar de que la tasa de crecimiento de muchos países en Occidente ha disminuido, los países en vías de desarrollo han repuntado a niveles impensados en los últimos años. Las facilidades de este increíble sistema están contribuyendo enormemente a erradicar la pobreza de la historia humana. El 1 de enero de 2015 habremos dejado atrás un año de oro.
La evidencia es contundente
En 1990 en la Organización de Naciones Unidas se presentaron los ocho objetivos del Desarrollo del Milenio a cumplirse antes del 2015. Dentro de las metas más importantes se encontraban la reducción a la mitad del porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a US$1 por día, de la mortalidad infantil en dos terceras partes, de la propagación del VIH/SIDA y otras enfermedades, y la mejora de la salud materna.
El objetivo primordial, el de disminuir el número de personas en condiciones de pobreza extrema, se cumplió ya en el año 2008. Con estadísticas tomadas del Banco Mundial, The Economist destacó la reducción del porcentaje de personas que viven con menos de US$1,25 por día. Entre 1990 y 2010 la cifra cayó del 43% al 21%, lo que significó que más de mil millones de personas salieron de condiciones de pobreza extrema.
El Índice de Desarrollo Humano (IDH), un indicador elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), está compuesto por tres parámetros: salud, medida por la esperanza de vida al nacer; educación, medida por la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta combinada de matriculación en educación primaria, secundaria y superior; y riqueza, medida por el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita.
Según el informe de 2014, únicamente 10 países de los 187 relevados exhibieron pequeñísimas bajas en el índice en comparación al año 2013. Tampoco es dato menor que los países a los que el IDH clasifica como países con “desarrollo humano bajo” presentaron variaciones positivas en el puntaje que se le asigna a cada uno, a excepción de la República Centroafricana.
La tendencia del IDH del mundo es claramente creciente y nunca, desde la elaboración del índice, había llegado a los niveles en que se encuentra hoy en día.
Drástica reducción de la pobreza y mortalidad
Otro punto que merece ser destacado es la pobreza. A lo largo de los últimos años, la cantidad de individuos que vivía en estas miserables condiciones superaba notoriamente las cifras actuales. Mientras que en el año 1990 más del 36% de las personas vivían con $1,25 por día, en 2010 aproximadamente 16% se encontraba en estas condiciones.
Esto quiere decir que en sólo 20 años la indigencia se redujo a más de la mitad. Para el 2013 el resultado es incluso más alentador: 13%. Se espera, además, que estas cifras se reduzcan para el año 2020 al 6% de la población mundial. Hemos logrado sacar a individuos de la penuria que fue la norma de la vida humana por tantos siglos.
Los avances en la prevención de enfermedades, en los diagnósticos y en los tratamientos, lograron que en promedio se viva mejor. Así, por primera vez en la historia de la humanidad cuatro generaciones conviven hoy en día al mismo tiempo.
Si bien el continente más afectado sigue siendo el africano, a partir de los años 90, cuando muchos países como Namibia, Botsuana, Suazilandia y Lesoto fueron duramente castigados por el virus del VIH, la esperanza de vida aumentó lenta pero constantemente.
En 1900 una persona que nacía en América del Norte tenía una esperanza de vida de 48 años, mientras que en el resto de la región la esperanza de vida era de 29 años. En 2010, se elevó a 78 y 74 años respectivamente. En 2010 el 98% de los niños llegaba a cumplir el año de vida cuando 100 años atrás sólo lo hacía el 75%. El mundo se ha vuelto más justo.
Tras tocar su punto máximo en los años 70, la mortalidad infantil ha venido disminuyendo significativamente. Entre 1990 y 2010 se redujeron de 54 a 23 las defunciones por cada 1.000 nacimientos.
A nivel mundial, este índice registró un descenso del orden de 88% entre 1990 y 2012, según el último informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Esto quiere decir que cada día mueren 14.000 niños menos que hace dos décadas.
América Latina, el norte de África y Asia oriental han alcanzado ya el objetivo de reducir en más de dos tercios la tasa de mortalidad infantil. Si esta tendencia se mantiene durante los próximos 5 años, la humanidad habrá alcanzado otro Objetivo del Milenio.
Un mundo más pacífico
También las mejoras en el mundo se hacen evidentes en cuanto a las guerras, los eventos humanos más asesinos de la historia. Steven Pinker, de la Universidad de Harvard, calculó que ha habido menos muertes por causas bélicas en la última década que en cualquier momento del siglo pasado.
Según Pinker, esto se debe a que en los últimos 50 años la humanidad ha desarrollado increíbles mecanismos para lidiar con las causas y consecuencias de la guerra. Además, a partir de 1950, la democracia se ha expandido a gran parte de los países del globo. El 60% de todos los Estados hoy son democracias. Este mundo más libre también se ha convertido en uno más seguro.
A pesar de los problemas que cada país enfrenta, no debe olvidarse que si por un momento miramos para atrás, veremos que lo que ha prevalecido a lo largo de todos estos años han sido las fuerzas del capitalismo apoyado por la paz, el progreso y la prosperidad.