En las redes sociales circula un video con las declaraciones de tres balletistas cubanos que huyeron del régimen de la isla durante una presentación en Puerto Rico del Ballet Nacional de Cuba, con la intención de llegar a Estados Unidos.
“Lo hice porque nosotros necesitamos un futuro y en Cuba no tenemos ningún futuro”, declara Carlos Ignacio Galíndez en el vídeo. Otro de los jóvenes desertores, Rayseel Cruz, expresó que lo habían planeado hace tiempo y que lo único de lo cual se arrepiente es de no haber huido antes. El sueño de Raysell es desarrollarse como bailarín en Estados Unidos y poder bailar y realizarse como persona en libertad. La balletista que desertó, Mónica Gómez, decidió huir a último momento y lamenta dejar atrás a su familia.
Estos jóvenes buscan en el extranjero un fin que en Cuba es un bien sumemente escaso: La libertad.
La Revolución Cubana de 1959 inició como un derrocamiento del dictador Fulgencio Batista, que mantuvo el poder de 1952 a 1959 con el supuesto objetivo de implantar la democracia en Cuba. El movimiento, que fue liderado por un joven abogado, Fidel Castro, sorprendió a muchos, y se consideró en esa época que el derrocamiento de Batista sería positivo para la isla por la implementación de un sistema democrático y el respeto a las libertades civiles.
Poco a poco el grupo comandado por Fidel Castro empezó a mostrar sus verdaderos colores e intenciones. Después varios años –y hechos como el desembarque en la Bahía de Cochinos y la Crisis de los Misiles– el poder del Partido Comunista cubano se fue afianzando poco a poco.
Junto al abuso de poder por parte del estado, empezó a darse también la represión ideológica característica de los regímenes autoritarios. La libertad de pensamiento y expresión se volvió tan escasa como la libertad económica. Pocos son los cubanos que conocen qué es respirar verdadera libertad.
Pero el deseo de buscar y crear oportunidades, poder decidir en qué se desea trabajar, cómo se desea vivir, qué hacer en el día a día, en otras palabras, decidir el propio destino, no desaparece en el ser humano aunque haya vivido desde su nacimiento en un régimen comunista. La chispa de libertad nunca la pueden arrancar los regímenes autoritarios como el de Fidel Castro. Vivo ejemplo de ello son los valientes balletistas que decidieron huir de Cuba engañado a sus supervisores durante su viaje a Puerto Rico, movidos por el humano deseo de superación. Ellos quieren sentir que su baile y expresión corporal no le pertenecen a nadie más que a ellos mismos.
Desgarran las abundantes historias de cubanos que arriesgan su vida por abandonar la isla en busca de un mejor porvenir, o que pierden su vida al tratar de hacerlo. Es inaudito que una persona le tenga que pedir permiso a cualquier Estado para viajar o cómo llevar su vida. Duele hasta el alma saber que por los caprichos e ínfulas de sabiduría de unos pocos en el gobierno un pueblo entero que desea libertad viva en la opresión.
Espero que pronto una Cuba que goce de libertad deje de ser solo una esperanza.