EnglishLa edición 2014 de la “Marcha por la Vida” (“March for Life” en el original) se llevó a cabo ayer en Washington D.C., Estados Unidos, durante el 41º aniversario del histórico fallo de la Corte Suprema de ese país, Roe versus Wade, que legalizó constitucionalmente el aborto en el territorio.
Los organizadores estimaron una concurrencia de alrededor de medio millón de personas el año pasado, pero esperaban menos gente en esta edición debido a las bajas temperaturas. Incluso el cantante y compositor cristiano Matt Maher tuvo que cancelar su presentación. Sin embargo, ello no impidió que cientos de miles de personas asistieran a la marcha.
Antes del comienzo oficial, los presentes pudieron escuchar discursos de figuras tales como el presidente de la Cámara Baja Eric Cantor – republicano por el estado de Virginia –, o los diputados Dan Lipinski – demócrata de Illinois –, Chris Smith – republicano de New Jersey – y Vicky Hartzler, republicana del estado de Montana.
“Creo que un día no muy lejano nuestro movimiento vencerá, ya que prevaleceremos en asegurar una cultura de la vida”, dijo Cantor. Hartzler afirmó que “estamos aquí hoy para recordar las millones de vidas que han sido devastadas con el aborto, y para renovar nuestro compromiso de mantener (…) el derecho a la vida”.
Otros oradores, bajo el tema “Adopción, una decisión noble”, fueron padres que adoptaron e hijos adoptados.
“[Las mujeres] transforman un hogar en una familia. Debería saberlo. Eso es lo que nos sucedió a mí y a mi marido hace más de 14 años, cuando una madre valiente nos eligió para ser padres de su bebé”, dijo Hartzler.
Paul Wilson, escritor y bloguero residente en el área de Washington D.C., dijo que la Marcha por la Vida “es una prueba suficiente de que el movimiento pro-vida nunca dejará de existir hasta que el aborto sea totalmente destruido en Estados Unidos (…) El argumento contra el aborto se apoya en una simple premisa: la vida humana, en cualquiera de sus fases, es valiosa y no debe ser destruida”.
Wilson compartió sus propias experiencias respecto a la cuestión del aborto, diciendo que “estuve cerca de ser una víctima del aborto: el ginecólogo de mi madre estaba convencido de que yo iba ser discapacitado, e intentó convencerla de abortarme. Me pregunto cuántas mujeres han sido asustadas bajo falsas premisas para abortar embarazos ‘inservibles’.”
Los asistentes colmaron el National Mall con carteles del estilo “Paremos ya el aborto”, “La vida es un derecho humano” y “yo soy la generación pro-vida”. Numerosos grupos de estudiantes se congregaron bajo consignas que representaban sus afiliaciones, y un grupo de monjes católicos participó de la marcha mientras recitaban cantos gregorianos en latín.
Laurie Rice, investigadora y asistente de programa para The Atlas Society, comenta que “[La visión] pro-vida es la nacionalización de los vientres de las mujeres por parte del estado (…) Significa forzar a las mujeres a separarlas de la potestad sobre sus propios cuerpos (…) Esto subordina la condición de persona que tiene una mujer por sobre la personería ambigua de una materia en desarrollo”.
“Si en algo ha ‘afectado’ la Marcha por la Vida al debate sobre el aborto, ha sido para enturbiar las cuestiones sobre el tema y amenazar las libertades de las mujeres”, dijo Rice. “Los libertarios, que poseen principios singulares acerca del rol que deben ocupar los gobiernos locales y federales, puede ser que se opongan a la constitucionalidad de Roe versus Wade en formas específicas. Pero la militancia pro-vida no es bajo ningún punto de vista el foro adecuado en donde plantear estas nimiedades”.
De acuerdo al Pew Research Center, cerca de un 63% de los adultos estadounidenses dicen que no les gustaría que la Corte Suprema anulara el fallo Roe versus Wade, mientras que un 29% está a favor de ello. A nivel personal, sin embargo, el 49% de los estadounidenses dicen que abortar es moralmente incorrecto, mientras que un 15% piensa que es moralmente aceptable. Por su parte, un 23% plantea que no es una cuestión moral.
Kate Bryan, directora de comunicaciones del American Principles Project, dice que “el aborto es el abuso más grande a los derechos humanos de nuestro tiempo, y destruye a los estadounidenses más inocentes de todos nosotros – los niños por nacer. Con más de 55 millones de niños asesinados por el aborto desde 1973 en Estados Unidos – y más de 3 mil bebés sacrificados diariamente, el pueblo estadounidense está hoy más que nunca decidido a terminar con este holocausto del aborto”.
“La Marcha por la Vida raramente recibe cobertura mediática (…) por varios motivos, pero este año y el anterior la cobertura ha sido realmente sin precedentes”, dijo Bryan. “El pueblo norteamericano quiere hablar sobre el aborto, y en la medida en que más se interiorizan sobre el tema, más se convierten a la postura pro-vida”.
A la pregunta de cómo el aborto afecta el escenario político, Bryan dijo que “el aborto afecta a la política estadounidense, tanto como afecta a las personas… no importa su afiliación, cada persona en Estados Unidos ha sido personalmente afectada por el aborto. Cada persona conoce a alguien que pasó por un aborto, o perdió un hijo o un primo por esta causa, o han sido sobrevivientes”.
Traducido por Melisa Slep.