Con las acciones legales emprendidas por el Departamento de Estado de Estados Unidos contra la otrora poderosa familia Rosenthal, de Honduras, la desgracia llegó también para más de 11.000 cocodrilos, siete leones y otras especies animales que quedaron abandonados en una finca propiedad de los dueños del otrora poderoso grupo Continental.
En menos de mes y medio, el imperio una de las familias más influyentes del país centroamericano se ha descalabrado. En este caso, la finca donde se suponía que criaban los reptiles para exportar sus pieles, carne y simultáneamente “preservar la especie”, según la misión de esta empresa, comienza a sufrir las consecuencias de los truculentos negocios de sus dueños.
Según reportes de la BBC, los animales que quedaron en la finca están siendo alimentados por donaciones hechas por empresas privadas, pues debido a la congelación de los activos del clan Rosenthal no hay quién se ocupe ahora de la manutención de ellos.
“Los cocodrilos y leones se están muriendo de hambre y nosotros también, porque no nos han pagado la última quincena”, relató uno de los empleados de la finca de los Rosenthal a la agencia de noticias AFP. La reserva de animales está ubicada en una granja en la localidad de San Manuel, provincia de Cortés, entre los kilómetros 3 y 4 de la Carretera hacia Villa Nueva, en San Pedro Sula, según explica en su perfil de Facebook.
Los medios locales señalaron que la semana pasada el Instituto de Conservación Forestal de Honduras donó 1.500 kilos de pollo para alimentar a los animales, después que se supo que no habían comido desde que se conoció la noticia sobre el congelamiento de los bienes de la familia.
El desplome
La primera información filtrada sobre las investigaciones que cursan sobre el clan Rosenthal en Estados Unidos se conoció el pasado 6 de octubre, cuando Yankel Rosenthal, sobrino del Jaime Rosenthal (cabeza de todas las empresas de la familia), fue detenido en el aeropuerto de Miami.
La noche del 11 de octubre se decretó el cierre forzoso del Banco Continental, también perteneciente a la misma familia, después que se supo que las autoridades de Estados Unidos lo habían incluido como una de las entidades financieras implicados en el lavado de dinero, proveniente del narcotráfico.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, había informado que la operación de cierre la llevaría a cabo la Comisión Nacional de Banca y Seguros (CNBS), institución que garantizó el pago tanto de los empleados del grupo financiero, como de los ahorristas.
[adrotate group=”7″]Este jueves, el diario hondureño La Prensa informó que el político y empresario Yani Rosenthal Hidalgo, hijo de Jaime Rosenthal, está detenido en el Centro Correccional de Manhattan, en Nueva York. Hacia esta misma prisión fue trasladado Yankel, después de haber sido aprehendido en Miami.
El diario indicó que ambos están detenidos por una acusación presentada por una fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, por lavado de fondos provenientes del narcotráfico. Además de estas dos personas, el mismo organismo tiene una solicitud de aprehensión contra Jaime Rosenthal.
En total, el Gobierno hondureño incautó 19 empresas y varias viviendas de la acaudalada familia en varias regiones de ese país. En un comunicado que emitió el pasado 13 de octubre el Ministerio Público de Honduras, señalaron que la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos (OFAC), designó a Inversiones Continental Panamá S.A de C.V., Inversiones Continental S.A. de C.V., Empacadora Continental S.A. de C.V., y Banco Continental S.A. “como empresas que desempeñan un papel significativo en el tráfico internacional de narcóticos proveyendo servicios de lavado de dinero para apoyar actividades de tráfico internacional de narcóticos de múltiples traficantes de drogas centroamericanos y de sus organizaciones”.
Entre las múltiples propiedades de la familia en Honduras también se cuentan un equipo de fútbol y el diario El Tiempo, que hace más de una semana que no publica una edición.
No hay quien pague
La situación dentro de la granja de los Rosenthal es particularmente delicada, pues además de los animales hambrientos, hay un grupo de trabajadores que se niegan a alimentarlos, hasta que no sean cancelados sus salarios.
El gerente de la finca contó a los medios de comunicación hondureños que la comida que les habían donado alcanzaría para dos o tres días, pues se trata de una cantidad importante de reptiles.
PanAmPost intentó comunicarse con el personal de la granja, a través de dos números telefónicos que aparecen en la página de Facebook, pero ambos están desconectados, según lo notifica la operadora de la telefonía local.
En el reporte de la agencia AFP señalan que en la finca apenas quedan tres empleados y que se niegan a alimentar a los animales hasta que alguien les pague. Señalaron además que las donaciones de alimentos tampoco han sido suficientes, pues dijeron que cada cocodrilo podría llegar a comerse hasta medio caballo diario.
El presupuesto de mantenimiento mensual para la finca, sus empleados y el alimento de todas las especies animales que albergan era de aproximadamente US$1 millón.
Los empleados amenazaron con abandonar el lugar con los 11.000 cocodrilos y los siete leones hambrientos, e irse a buscar trabajo a otro lado, si no les pagan.
Las autoridades locales anunciaron que a partir del próximo lunes el personal del zoológico Joya Grande se encargará de la alimentación y manutención de los animales en cautiverio, pues duraron 45 días sin ingerir ningún tipo de alimento.
Los animales también recibirán atención médica por parte de los veterinarios del zoológico, según lo informó María Angelina Díaz, directora del parque, quien además destacó que utilizarán recursos de los fondos obtenidos a través de las visitas al parque para costear los gastos de alimentación de las especies.