EnglishLa semana pasada, El Salvador rompió su propio récord de asesinatos y registró los tres días más violentos de su historia, durante el domingo 16, lunes 17 y martes 18 de agosto, con 125 víctimas de las “maras” en distintos sectores de San Salvador.
En total, entre el domingo y el viernes de la semana anterior, las autoridades contabilizaron 220 asesinatos en sus calles, producto de la guerra entre las pandillas y las autoridades de ese país centroamericano.
La situación obligó a la Corte Suprema de Justicia a emitir una sentencia en la que califican como grupos terroristas a todos los integrantes de la Mara Salvatrucha o Barrio 18, que son las dos pandillas más peligrosas de ese país, con el alegato de que es la mejor manera en que las autoridades puedan combatirlas efectivamente.
El fallo del máximo tribunal de ese país advierte que: “En consecuencia, sus jefes, miembros, colaboradores, apologistas y financistas, quedan comprendidos dentro del concepto de ‘terroristas’ en sus diferentes grupos y formas de participación”, según reseñaron medios salvadoreños.
“El Salvador está muy cerca de convertirse en el país más violento del mundo, porque con las cifras de homicidios que hemos alcanzado en 2015, la tasa de homicidios este año estaría ubicándose en 92 homicidios por cada 100 mil habitantes, que es la más alta del planeta y la más alta que el país haya registrado”, explicó la profesora Janeth Aguilar, experta en temas de violencia e inseguridad y directora del Instituto Universitario de Opinión Pública.
Según el Instituto de Medicina Legal de ese país, entre el 1° de enero y el 11 de agosto de 2015, la cifra de homicidios se ubicó en 3.603 víctimas, lo que quiere decir que en promedio, cada día son asesinadas 14 personas en medio de los enfrentamientos entre pandillas o con las autoridades.
Las autoridades salvadoreñas advierten que otorgar a las “maras” la calificación de grupos terroristas es la alternativa para combatir efectivamente a las bandas que azotan a la sociedad.
“El incremento en las cifras de homicidios se debe a una radicalización de los ataques por parte de las pandillas, como respuesta a la ola de ejecuciones, persecuciones y vejaciones que han sido cometido por parte de funcionarios del Estado. Es el resultado de una respuesta estatal violenta, en la que se está manejando con suma discrecionalidad el enfrentamiento con los pandilleros”, señaló Aguilar en entrevista con PanAm Post.
Según el fallo emitido por la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, la idea es que haya más claridad en los procesos en los que deba aplicarse la Ley Contra Actos de Terrorismo, aprobada en 2006, pero modificada en 2014.
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De acuerdo con un reporte de la BBC, la legislación salvadoreña estipula que un terrorista es quien genere terror colectivo mediante el uso de “medios y métodos”, afecte “bienes jurídicos personales o materiales con significativa consideración”, o cause potenciales daños “al sistema democrático, la seguridad del Estado o la paz internacional”.
Poder tras las rejas
Aguilar señaló que las autoridades de su país han reconocido el incremento en las cifras de homicidios, producto de la violencia, pero lo hacen bajo el argumento de que es la respuesta que el Estado da a la población, para combatir a estas pandillas.
“Aun cuando esas personas sean delincuentes, debe haber un procedimiento apegado a la ley. El dilema está en que encarcelarlos tampoco es la solución, porque entonces en las cárceles están en condiciones infrahumanas, pero además en las cárceles se consolidan los grupos de poder y desde allí dirigen todo el movimiento delictivo y mantienen el control de lo que pasa en las calles de El Salvador”, dijo la experta.
La decisión de la Corte Suprema de Justicia es emitida apenas tres semanas después que las “maras” mantuvieron a la población sometida por cinco días a un paro de transporte obligatorio, como medida de protesta contra las acciones de la policía.
Durante esos días, los pandilleros asesinaron a nueve transportistas que no se plegaron al llamado a paro, por lo que las autoridades salvadoreñas sacaron a las calles al Ejército y a la policía, para que custodiara las unidades de transporte público.
Nota del editor: La versión original de este artículo fue modificada el para reflejar el número correcto de homicidios en El Salvador