En Venezuela, la noticia se esparció como pólvora desde las primeras horas del domingo. En la foto que circuló en los medios electrónicos, se ve a una mujer muy sonreída que arrastra una maleta, y camina junto a otros dos hombres a lo largo de un pasillo. Dicen que la imagen no es del sábado, pero sirvió para ilustrar la historia de la detención del supuesto narcotraficante Richard José Cammarano Jaimes, de 45 años, cuando iba junto a la exjueza del Tribunal Supremo de Justicia (concretamente de su sala penal) Miriam Morandy.
El hecho ocurrió la noche del sábado, cuando, de acuerdo con el reporte de la página Runrun.es, ambas personas pretendían abordar un vuelo con destino a Portugal, con la aerolínea TAP. Cammanaro fue detenido por una comisión de la Unidad Antidrogas de la Guardia Nacional, por estar requerido por los juzgados 12 y 22 de Control del Área Metropolitana de Caracas, por el delito de tráfico internacional de drogas.
Un nuevo escándalo sacude al chavismo; pero, oficialmente, ninguna autoridad venezolana se ha pronunciado en relación con la presencia de la exmagistrada Morandy en el aeropuerto de Maiquetía, junto a Cammarano, conocido como “El canciller”, quien también está solicitado por la justicia norteamericana por el robo de dólares. Se afirma que sobre Cammanaro pesa también una alerta roja de captura de Interpol, pero este dato no pudo ser corroborado.
El detalle está, en que más allá de ser magistrada jubilada del máximo tribunal venezolano, Morandy es además comadre de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores, con quien mantiene una amistad de larga data.
De hecho, entre septiembre y octubre de 2014 el nombre de Morandy sonó con mucha fuerza para reemplazar a la Luisa Ortega Díaz en la Fiscalía General de la República. Sin embargo, después de la ratificación de Ortaga, trascendió que había sido por oposición del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, que la exmagistrada no ocupó el cargo al que la había postulado Flores.
Fuentes extraoficiales dijeron que con lo ocurrido el sábado en el principal aeropuerto de ese país, quedó en evidencia la pugna que hay por el Poder dentro de las filas del chavismo.
Cuadros cerrados
El domingo, se supo que a pesar de que se había filtrado la información, Morandy no quedó detenida, y que ya se encontraba en su casa.
Sin embargo, de manera extraoficial se conoció que la fiscal Luisa Ortega Díaz se negó a atender una llamada de la Primera Dama, Cilia Flores, pero en cambio, sí ha estado en comunicación constante con la magistrada y presidenta del TSJ, Gladys Gutiérrez, para hablar sobre el tema.
Además, trascendió que desde el despacho de la fiscal General se solicitó el video completo que fue captado por las cámaras de seguridad del aeropuerto internacional, donde se aprecian las imágenes de la llegada de Morandy junto a su asistente Tibisay Pacheco, el presunto narcotraficante, y un par de funcionarios: uno del Ministerio de Finanzas y otro del Servicio Administrativo de Identificación Migración y Extranjería de Venezuela (Saime).
Investigación
La abogada penalista venezolana Claudia Mujica explicó que tanto Morandy como el resto de los funcionarios que estaban junto a Cammanaro en la terminal internacional debieron haber sido presentados ante un tribunal de Control.
“Ante una situación de flagrancia (como en este caso), donde se detiene a un individuo que tiene dos solicitudes por tribunales venezolanos, por narcotráfico, no se justifica que las personas que lo acompañaban no sean presentados también ante el tribunal de Control, pues podría pensarse que están facilitando su evasión de la justicia nacional e internacional, valiéndose de prerrogativas como pasaportes especiales”, explicó a PanamPost la jurista.
La experta dijo que era necesario que todas estas personas fueran presentadas, sin excepción, al menos para explicar qué hacían con el supuesto narcotraficante, pues el individuo se estaba sustrayendo del proceso legal que se le debía seguir en Venezuela, lo que constituye una fuga en flagrancia.
Vínculos
A raíz de la aprehensión de Cammanaro en la terminal internacional más importante de Venezuela, y quienes lo acompañaban, comenzaron a surgir presuntas vinculaciones de este personaje, con Morandy y otros altos funcionarios venezolanos.
De manera extraoficial, fuentes policiales venezolanas dijeron que el motivo del viaje sería para establecer contactos con la Drug Enforcement Administration (DEA por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, y que Cammanaro sería utilizado como testigo.
Al presunto narcotraficante también se le vincula sentimentalmente con de Dougeli Wagner, una exjueza venezolana, que posteriormente fue asesora jurídica del Ministerio de Finanzas, quien en la actualidad vive en la ciudad de Miami, en Estados Unidos.