La Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, volvió ayer a asumir sus funciones luego de 40 días de licencia medica. El 9 de octubre pasado la mandataria se había sometido a una operación por una colección subdural crónica en el Hospital Universitario de la Fundación Favaloro, en Buenos Aires. Poco habituada a dar conferencias de prensa y más proclive a realizar anuncios a través de la cadena nacional, sorprendió a todos con un vídeo publicado en su cuenta de Twitter oficial, la cual no tenía actividad desde su operación, y donde principalmente agradecía por el apoyo en su recuperación.
Hola… cómo están? http://t.co/tVaxQMOLnw
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) 18 Novembre 2013
En un mensaje cargado de sentimentalismo, la presidenta mencionó a su hija y familia en reiteradas ocasiones, así como a algunos militantes que le enviaron presentes y saludos. Tampoco omitió mencionar, como al pasar, a Hebe de Bonafini, controvertida figura política de la organización Madres de Plaza de Mayo, y a Hugo Chávez. Y sin dudas, sus palabras cuando se refirió a los manifestantes opositores al gobierno que habían golpeado a un joven durante una protesta en el mes de abril, no hizo más que reforzar la idea de que el gobierno lejos está de legitimar el descontento que, durante el último año, expresó buena parte de la población en las calles .
Son también significativos los cambios en su equipo de gobierno que se anunciaron por la noche de su primer día de trabajo, y que sorprendieron hasta a muchos funcionarios. Luego de la derrota en los comicios del 24 de octubre pasado, la presidenta optó por radicalizar el proyecto político a pesar del cambio que se reclamaba en las urnas. Lo que en Argentina se llama una profundización del modelo. La misma actitud que tuvo el kirchnerismo – con Néstor Kirchner aún vivo – en el período posterior a las elecciones legislativas del 2009, cuando el oficialismo también había perdido y se esperaba una moderación de las políticas y una apertura al diálogo con la oposición, pero luego, los argentinos recibieron todo lo contrario.
Ni se mencionó una posible salida de Ricardo Echegaray y/o Guillermo Moreno, las figuras más controvertidas de su gobierno, ideólogos de medidas como el cepo al dólar, los impuestos a las compras en el exterior y el cierre a las importaciones (además de todo el nefasto control que implican y los errores que conlleva tamaña empresa). Asimismo, la presidenta prefirió no hablar sobre los temas que los argentinos más sufren en sus vidas diarias: inflación e inseguridad.
Kicillof , otra gran figura polémica, recibió un ascenso. Miembro de La Cámpora y considerado marxista, pasó de ser Secretario de Política Económica y Planificación del Desarrollo en el Ministerio de Economía, a dirigir esa cartera. Un gran triunfo además para La Cámpora, la agrupación creada por Néstor Kirchner para apoyar su gobierno y cooptar a los jóvenes, que ha logrado ubicarse en todos los organismos pero nunca en un puesto de tanto rango.
El saliente Ministro de Economía, Hernán Lorenzino, estará ahora a cargo de una unidad creada a su medida, para la reestructuración de la deuda externa, al mismo tiempo que fue propuesto como embajador ante la Unión Europea. El Banco Central deja de ser dirigido por Mercedes Marcó del Pont, quien aparentemente presentaba muchas diferencias con sus compañeros de proyecto. A su cargo, estará el actual presidente del Banco Nación, Carlos Fábrega, con el mandato de frenar la fuga de dólares del país trabajando conjuntamente con el Ministerio de Economía.
La Jefatura de Gabinete, mano derecha de la Presidencia, estará a cargo de Jorge Capitanich, gobernador de Chaco, en reemplazo de Juan Manuel Abal Medina, quien parecería no tener un nuevo cargo. Intrigante figura la de Capitanich, uno de los presidenciables para el año 2015 promocionando su supuesta gestión en la provincia; quizás Cristina quiera tenerlo cerca. Por último, en el Ministerio de Agricultura asumió Carlos Casamiquela en el lugar de Norberto Yauhar, quien perdió las elecciones en Neuquén por más de treinta puntos.
Fernández tomará juramento a sus funcionarios esta tarde en la Casa Rosada, a la cual se trasladará en auto pues por su condición física no puede utilizar el helicóptero, como es su costumbre. Funcionarios que no vienen con aires de cambio, sino más bien de políticas ya bien conocidas.