Este domingo se conoció un video y un comunicado de Álvaro Uribe Vélez, expresidente de Colombia, en el cual afirma que “se necesita que el impuesto patrimonial a los individuos se mantenga con tarifa moderada. Y por una ocasión un impuesto más elevado a los altos patrimonios. Así se pague por cuotas”.
El PanAm Post hace un análisis de estas palabras.
Es cierto que a Colombia, como a todo el mundo, la ha golpeado la crisis económica desatada por el coronavirus. El impacto de la pandemia en las cuentas del país es dramático. La revista Semana detalló que el déficit fiscal alcanzó 7,8 % del PIB en 2020 y para este año estaría en 8,6 %. A su vez, se indicó que la deuda contraída para atender las crecientes necesidades sociales llegó a 66,7 % del PIB. Y, por lo visto, este año seguirá en aumento.
Ante este panorama el gobierno está preparando una reforma tributaria. Ahora, dicha reforma no tiene antecedentes: será la primera vez que un ajuste de impuestos sea aprobado en el primer semestre del año.
La decisión no resulta fácil: la actividad productiva tuvo el año pasado una contracción de 6,8 %; el recaudo cayó más de 20 billones de pesos, el desempleo se trepó a 15 % y hay incertidumbre sobre la velocidad en la recuperación.
“La compleja situación y un déficit superior este año al del año pasado pone las cuentas de 2022 muy estresadas, frente a un stock de deuda que va a aumentar”, dijo a Semana el director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, José Ignacio López.
Colombia, uno de los países con más impuestos del mundo
De acuerdo con un documento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Colombia es el sexto país con los impuestos más altos a empresas con una tasa de 33 % sobre las ganancias. Además, entre las naciones que componen el organismo, es el segundo después de Francia, reportaba la revista Forbes hace tan solo ocho meses.
Por ejemplo, Jorge Llano, vicepresidente técnico de Asofondos, explicó en su cuenta de Twitter que “para saber cuánto efectivamente paga una empresa toca sumarle impuestos locales (ICA, predial), impuestos a la nómina, que en Colombia recaen fuertemente sobre el empleador y restar exenciones”.
Sin embargo, en Colombia pareciera que las obras no se ven. La corrupción rampante agrieta las estructuras estatales, no solo son temas al estilo del carrusel de la contratación de las izquierdas o irregularidades como las que ocurren en Bogotá, sino que es un asunto cultural que le produce al país billones de pesos en pérdidas.
Un ejemplo claro está en que Transparencia Internacional dio a conocer los resultados del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de 2020. En esta edición, según lo reseñado por La República, Colombia obtuvo una calificación de 39 puntos sobre 100, donde 0 significa corrupción muy elevada y 100, ausencia de corrupción.
De acuerdo con Andrés Hernández, director ejecutivo de Transparencia por Colombia, “estamos cerca de cumplir una década en ese estancamiento. Avanzar en esta calificación dependerá de cómo el país aborde retos históricos que facilitan la corrupción, pero también de nuestra capacidad para proteger los recursos públicos en coyunturas tan difíciles como la pandemia”, reportó La República.
La disyuntiva: socialismo o impuestos
Las izquierdas, hiper financiadas por las FARC, se anotaron en las elecciones pasadas varios triunfos que antes parecían imposibles. Los intereses de Cuba y Venezuela sobre Colombia no tienen precedentes y el discurso de sus aliados políticos colombianos será el de la “desigualdad” hasta el cansancio y también muy ensordecedor de cara al 2022.
Ante ese mapa, será imperativo que el pueblo colombiano haga un esfuerzo adicional para contener la crisis económica y se busque sacar adelante al país a cortísimo plazo, si se quiere disminuir el impacto de la propaganda progresista sobre el ciudadano del común.
Otras medidas que pueden ayudar
Siguiendo el ejemplo de la exitosa escuela de pensamiento económico llamada escuela de Chicago, otras medidas que pueden ayudar ante la crisis actual son, en resumen, de manera gradual en el tiempo aplicar menos impuestos, menos gasto público, para mayor libertad. Que se pueden especificar en:
- Desregulación, un término que se refiere de manera directa a la eliminación, así como también la reducción de las regulaciones/restricciones impuestas a la actividad económica de los agentes privados.
- Privatización, una definición que va enfocada en traspasar o vender la propiedad estatal a privados.
- Concesiones, un concepto que constituye la realización de contratos para que los agentes privados tengan una administración de bienes o estructuras del Estado.
- Reducir la burocracia o en otras palabras hacer más eficiente el aparato estatal.
Reducir impuestos de manera gradual. Hay impuestos como el 4×1000 que tenían un carácter temporal y los dejaron definitivos. Estos y los demás que han seguido el mismo rumbo deben estudiarse para que —luego del momento crítico que se está viviendo— sean eliminados.
Lo cierto es que sacar al país de la crisis económica actual requerirá sobre todo pantalones y un cinturón bien apretado. Ojalá se encuentren los dos en el actual gobierno.