La ciudad fronteriza de Cúcuta recibió este sábado a las cancilleres de España y Colombia, Arantxa González Laya y Claudia Blum, “quienes pasadas las diez de la mañana, hora local, abrieron la agenda de reuniones, empezando por un encuentro con las autoridades locales, los delegados del Acnur y la OIM, para hablar precisamente de la situación de los inmigrantes venezolanos que llegan a esta ciudad fronteriza y buscan refugio en Colombia”, reseño el ABC.
Ante esta visita, desde Madrid, Antonio Ecarri Bolívar, embajador del Gobierno interino de Venezuela, Juan Guaidó, celebró la presencia de la ministra de Exteriores.
Mientras que Maduro entró en cólera e hizo fuertes declaraciones.
Las cosas se vienen complicando entre la Unión Europea y Caracas
El régimen de Nicolás Maduro hace solo una semana, el miércoles pasado, dio 72 horas para salir de Venezuela a la embajadora de la Unión Europea en el país sudamericano, la portuguesa Isabel Brilhante, a la que declara “persona non grata”. La medida es una reacción a las sanciones aprobadas por el bloque comunitario contra 19 funcionarios del chavismo.
Por su parte, la UE declaró persona non grata a la jefa de misión de Venezuela en Bruselas. Después de que Venezuela hiciera lo propio con la embajadora europea en el país latinoamericano.
El año pasado, en junio, la Unión Europea ya había sancionado “a once altos cargos del chavismo tras considerar que cometieron actos y decisiones contra la democracia y el Estado de derecho en Venezuela”.
Ahora, en el marco de la visita de la ministra española Arantxa González Laya a la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta, Nicolás Maduro alzó el tono contra ese acto, que catalogó como una “agresión” y puso bajo revisión “toda la relación” con España.
La respuesta de España
La jefe de la diplomacia española afirmó ante las palabras de Maduro que, “no estoy aquí para criticar ni dar lecciones a Venezuela, yo estoy aquí para intentar, junto a la comunidad internacional, dar una respuesta a los ciudadanos venezolanos que han decidido abandonar su país y venir a Colombia en búsqueda de una mejor vida“, afirmó desde el paso fronterizo terrestre de Cúcuta, que conecta a Colombia y Venezuela.
Pero la ministra no se quedó ahí, insistió ante los medios que la situación política de Venezuela “es un conflicto que tienen que resolver los venezolanos”, no la comunidad internacional; pero reiteró la apuesta del Gobierno de España por el diálogo como solución y consideró que la expulsión de la embajadora de la Unión Europea en Venezuela, Isabel Brilhante, pues no ayuda en este fin.
Arantxa González Laya, fue aún más allá y reiteró que “pide el mismo respeto que ofrece”, al referirse a la decisión del dictador venezolano, Nicolás Maduro, de poner bajo revisión toda la relación con España.
¿Qué sigue?
Ante este tira y afloje de la Unión Europea —que no reconoció la elecciones de diciembre pasado en el hermano país y el alto representante para la Política Exterior, Josep Borrell, que reiteró que las elecciones “no cumplían las condiciones democráticas”—, y el régimen de Maduro, habría que preguntarse ¿a qué le teme el dictador? ¿Qué oculta?