Este viernes Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, envió una “cordial carta” a su homólogo colombiano, Iván Duque. En el texto “reafirma su apoyo y asegura que Colombia es un país cercano y querido para él, con el que está ansioso de trabajar”.
Curiosamente, a pesar de la permisividad y —¿por qué no decirlo?— el apoyo soterrado de los demócratas con la dictadura que gobierna desde Caracas, Biden “aplaudió la decisión del Gobierno de otorgarle un estatus legal temporal a los más de 1.7 millones de migrantes venezolanos que han llegado al país, para escapar de la violencia y el sufrimiento” que provoca el chavismo.
Es decir, el problema más grave de la región, que es tener secuestrada a Venezuela por un régimen intocable para el actual gobierno de los Estados Unidos, y las consecuencias de los desplazados por ese régimen, que las cargue “nuestro aliado”: el pueblo colombiano.
Bastante hipocresía en una sola misiva.
El representante demócrata que miente
Sin embargo, el tema de la doble moral viene a la mesa por otra parte. Y es que casi de manera simultánea, un día antes de que se conociera esta carta, uno de los miembros del partido del presidente Biden, el representante demócrata Jim McGovern “lamentó la falta de voluntad de Iván Duque para detener los asesinatos de líderes sociales y le pidió al presidente Joe Biden que ponga este problema en su agenda”.
McGovern no se quedó ahí, afirmó que “estos hombres, mujeres y jóvenes han enfrentado la violencia durante toda su vida… Estos líderes literalmente apostaron sus vidas al Acuerdo de Paz, pero el gobierno colombiano los ha abandonado, así como lo ha hecho a lo largo de la historia”.
Al parecer, para este político la verdad formal está por encima de la verdad real. Es decir, con la firma de un papel, según el, Colombia se transformó en un país de paz, y ahora, el actual gobierno está haciendo todo para que el “país de la maravillas” sea dañado y estropeado. Pero, ¿será que esto es verdad?
Las Farc están hoy más fortalecidas que nunca en la historia por el régimen que hoy Biden no enfrenta, que ha desplazado a los venezolanos, y los ha hecho llegar hasta Colombia.
El narcotráfico campea en el país, apoyado por Maduro y el régimen cubano que tiene operaciones en el territorio vecino, para incendiar a Colombia y la región, tal como en una oportunidad lo asomó Diosdado Cabello con su frase de “la brisa bolivariana”.
¿Cuál es la verdad?
Ahora, lo importante es aclarar ciertas cosas que todavía se encuentran medio difusas, tanto a lo interno como a lo externo. Por ejemplo, ¿qué causa la muerte de los líderes sociales?, y la segunda pregunta sería, ¿qué debería hacerse para evitar esos asesinatos en el país sobre un diagnóstico real de la causa?
¿Qué pasaría si un médico dictamina que hay un tumor, operan al paciente y se dan cuenta de que no tenía dicho tumor?
La verdad material es que el proceso de paz es una farsa del mayor tamaño en la historia de la humanidad, pero la verdad formal, lo que le conviene a todas las izquierdas en el mundo, al globalismo, es que les interesa decir que este falso proceso de paz, no solo es real, sino que ha cambiado el país, y eso es absolutamente mentiroso.
¿Y qué pasa con la “derechita cobarde” en Colombia?
Lo que sí ha pasado con el presidente Duque, no es que él esté matando a los líderes sociales en el país, como lo grita todos los días la izquierda por sus balcones.
Sin embargo, lo cierto es que siendo tan flojo como resultó ser, le han faltado los pantalones para acabar con el tribunal mentiroso de la JEP (dominado por el comunismo), unificar las cortes (que están secuestradas por las izquierdas), y desenmascarar el falso proceso de paz, diciendo la verdad que hay que decir, y no la que le conviene ante sus amigos globalistas, como por ejemplo George Soros.