La aprobación del aborto ocurrido en Argentina a finales del 2020, y la elección de Biden en Estados Unidos, permiten prever que este será el año en que la izquierda desde todos sus flancos pretenderá la legalización del aborto, tanto en Colombia como en otros países.
¿Qué dice el Estado y el presidente Duque sobre el tema?
El Ministerio de Salud en su página afirma que: “En Colombia la Corte Constitucional reconoce que la interrupción voluntaria del embarazo es un derecho íntimamente ligado al derecho a la vida, a la salud, a la integridad, a la autodeterminación, intimidad y dignidad de las mujeres”.
El aborto, el asesinato del no nacido, se ha perfumado con el termino “interrupción voluntaria del embarazo”, en todas las entidades del Estado.
El presidente Duque de la misma forma se autodenomina “provida”, pero dice que sería muy duro que Colombia se moviera de las tres causales. Es importante resaltar que las palabras de Duque fueron en el marco de la marcha contra el aborto que se dio el 22 de febrero de 2020.
Sobre una “bancada provida”
Desde hace algunas semanas se viene hablando de una bancada provida en el Congreso, sin embargo, la senadora Esperanza Andrade que se afilia a esa supuesta bancada, en sesión del pasado 18 de noviembre de 2020, afirmó que iba presentar un proyecto provida pero que tuvieran en cuenta que su proyecto no tocaba en nada las tres causales y que ella estaba completamente de acuerdo con las tres causales. (30:45)
En esa misma sesión, donde se puso sobre la mesa el tema del aborto, la senadora Paloma Valencia del Centro Democrático, partido al que muchos colombianos se afilian por pensar que representan las ideas de la derecha, afirmó que le parecían razonables las tres causales del aborto. (2:16:37)
Si del Partido Conservador y del Centro Democrático hay senadores que defienden las tres causales, qué se podría esperar de los demás senadores.
¿Y qué viene?
En Colombia particularmente, algún grupo provida y de manera ingenua (pensando lo mejor de ellos), abogan por que el asunto del aborto se trate en el Congreso de la República, el “argumento democrático”. Mismo argumento que defendió el ex procurador ultra progresista y politiquero Fernando Carrillo.
La idea, seguramente surge de que nunca la Corte Constitucional es la que debe tocar temas tan delicados como el discurso del asesinato del niño por nacer, el aborto.
Máxime, cuando la función principal de esta Corte es garantizar el cumplimiento de la Constitución, y claramente, de manera taxativa la misma reza en el artículo 11: “El derecho a la vida es inviolable, no habrá pena de muerte”.
Es una ingenuidad pretender poner en una tómbola el derecho a la vida, un derecho que está de manera preferente en la misma Constitución.
La composición actual del legislativo tampoco hace pensar que esa alternativa a la Corte Constitucional sea alentadora, no solo por razones técnicas (como el control de constitucionalidad de todas las leyes por parte de la Corte) sino por razones políticas.
La misma Argentina, con un movimiento celeste verdaderamente fortalecido, fue vencida este año en un ambiente legislativo.
Por lo que se ve, quienes promueven esta agenda en la región, pueden estar cambiando de estrategia incluso llegando a motivar que ya estas discusiones no se den en ámbitos judiciales sino en legislativos.
La batalla cultural, que viene extendiendo la mentalidad anticonceptiva, debe ser combatida de manera decidida este año, si no, como en Argentina podría venir lo peor.