El Gobierno de Cabo Verde demuestra una vez más que no cede ante las presiones del régimen de Nicolás Maduro para liberar al testaferro Alex Saab. En esta oportunidad destituyó al empresario farmacéutico Fernando Gil Alves Évora, quien habría viajado de forma clandestina a Venezuela para reunirse con Maduro.
En un comunicado, el Gobierno de Cabo Verde destituyó con efectos inmediatos a Gil Alves como PCA del Consejo de Administración de EMPROFAC, compañía estatal de distribución de medicamentos en ese país. El cese se produjo «como consecuencia del incumplimiento de deberes inherentes al administrador público y desvío de la finalidad de sus funciones».
El nombre de Fernando Gil Alves Évora salió a relucir luego de que el diario estadounidense El Nuevo Herald reportara sobre la reunión secreta entre un funcionario y este empresario de Cabo Verde con Maduro en el Palacio de Miraflores.
El Gobierno de Cabo Verde negó haber enviado a dos emisarios a reunirse con la tiranía para tratar el caso de Álex Saab, testaferro de Maduro.
Hasta ahora el régimen de Maduro ha encabezado puros intentos fallidos para evitar que Saab caiga en manos de Estados Unidos. «A pesar de los esfuerzos corruptos de algunas personas, el Gobierno de Cabo Verde ignoró las amenazas y rechazó los intentos de soborno del régimen de Maduro en la solicitud de extradición de Estados Unidos para Alex Saab, el hombre que dirige el lavado de dinero del régimen», dijo el senador republicano Marco Rubio a través de su cuenta en Twitter.
Por su parte, Joseph Humire, especialista en seguridad internacional y director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, afirmó para el PanAm Post: «Parece que cualquier tipo de presión por parte del régimen a Cabo Verde no está teniendo éxito».
Pese a que aún falta la decisión del Poder Judicial de ese país, que la Procuraduría haya aprobado enviar a Saab a Estados Unidos es muestra de que no ha cedido ante las maniobras de la tiranía socialista.
El pasado 4 de agosto el Tribunal de Apelaciones de Barlavento autorizó la extradición de Álex Saab a Estados Unidos, aprobada previamente por el Ejecutivo.
Tras dicha decisión, Saab pretendió sobornar a las autoridades del país africano con una carta en la que ofrecía, en nombre de Venezuela, ayudar a Cabo Verde más de lo que podía hacer Estados Unidos. «¿De qué sirve proclamar su independencia y ahora someterse para complacer a Estados Unidos?», insistía Saab.
Maduro estaría desesperado por liberar a su principal testaferro, pues Saab no es un simple lavador de dinero. De acuerdo con las investigaciones, es una pieza clave en la logística de los negocios sucios de la tiranía en Venezuela.