Tal y como estaba previsto, el régimen de Nicolás Maduro, que compró un avión de Avior para eludir sanciones internacionales, envió el enorme airbus a Irán con el fin de hacerle su «servicio correspondiente, en los hangares de la aerolínea iraní Mahan Air».
La cuenta en Instagram @Aviacionvenezolana, con 129 000 seguidores, dio a conocer que el avión que fue propiedad de Avior y ahora pasó a ser de la estatal Conviasa se dirige rumbo a Irán, principal aliado de la tiranía en Venezuela.
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Fuentes cercanas a la negociación entre Avior y el régimen de Maduro informaron a PanAm Post que la idea de la tiranía era obtener una aeronave que tenga la capacidad de volar directamente a Irán y así no tener a hacer escalas en otros países. Se desconoce, además, si la enorme aeronave será utilizada para negocios ilícitos.
Desde hace dos décadas Caracas y Teherán mantienen una alianza que se ha consolidado con acuerdos de cooperación en diferentes áreas que comprenden desde servicios de inteligencia, técnicos en el área militar, envío de combustible, hasta la instalación de un nuevo supermercado.
Las condiciones de la compra por parte de Avior fueron dos: 1) que cualquier imagen que relacione al avión con Avior sea completamente removida antes de salir de Venezuela; 2) ante la escasez de divisas que padece el régimen, el pago debía realizarse en especies, es decir, mediante créditos en combustible y créditos con otras entidades del régimen en el marco de un término conocido como «Dación en pago».
Que la aerolínea iraní se encargue de hacer el servicio de mantenimiento al nuevo avión del régimen muestra una vez más los peligrosos lazos que hay entre ambas naciones.
Mahan Air es una aerolínea ligada al chavismo en Venezuela y es acusada de colaborar con una red de tráfico de armas que beneficia a grupos terroristas. El pasado 16 de diciembre de 2019 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a la aerolínea por su vinculación con una red de tráfico de armas que beneficia a grupos terroristas.
«El régimen iraní utiliza sus industrias de aviación y transporte marítimo para suministrar armas a sus grupos terroristas y militantes regionales, contribuyendo directamente a las devastadoras crisis humanitarias en Siria y Yemen», dijo el secretario Steven T. Mnuchin.
De acuerdo con investigaciones, Mahan Air es controlada por la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), y además es conocida como medio de transporte de armas. De hecho, países como Alemania y Francia prohibieron sus vuelos.
Según el portal digital Israel Noticias, la aerolínea iraní «desempeña un papel integral al proporcionar al dictador sirio Bashar al-Assad la mano de obra y las armas para alimentar su esfuerzo bélico».
En 2018 «Farzin Nadimi, del Instituto de Política para el Cercano Oriente de Washington, evaluó que durante un período de dos meses, el puente aéreo llevó a Damasco 21 000 personas y 5 000 toneladas de suministros» bélicos.
Recuerda el portal digital que en septiembre del año pasado Israel envió una carta al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acusando a Irán de usar aviones de Mahan Air para contrabandear armas al grupo terrorista islamista Hizbulá en el Líbano.
¿A qué extremo llega la alianza entre Venezuela e Irán?
Para mantenerse en el poder, el régimen de Maduro le ha entregado a Irán desde refinerías petroleras y lingotes de oro hasta bases de operaciones militares. Una relación que no solo se enmarca en lo económico y político, sino que también se vincula directamente con el terrorismo y el narcotráfico internacional.
En una entrevista para el PanAm Post, Joseph Humire, experto en seguridad hemisférica y director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, dijo a PanAm Post que la relación entre ambos países es preocupante y aseguró que tanto Irán como Venezuela tienen la intención de provocar al Gobierno de Estados Unidos a escalar más acciones militares en la región.
Humire informó que el chavista ministro de petróleo venezolano, Tareck El Aissami, quien es acusado en Estados Unidos por terrorismo y narcotráfico, es una de las «piezas más clave y visible de esta relación».
Desde hace mucho tiempo Irán y Venezuela comparten cálidas relaciones diplomáticas y un desprecio mutuo por Estados Unidos, que ha impuesto varias sanciones a sus respectivas economías.
La relación entre ambas naciones ha sido calificada como una amenaza para Estados Unidos, pues el régimen del país suramericano ha permitido que el grupo terrorista iraní Hizbulá utilice dicho territorio como base para expandirse por América Latina.
«Venezuela en los últimos años ha firmado gran cantidad de acuerdos con Irán en el lado comercial, militar e industrial; y lo que pasa es que mucho de ese comercio puede ser una fachada para el ingreso de militares iraníes», señaló Humire.
Los vínculos entre Venezuela e Irán van mucho más allá de los acuerdos bilaterales que se conocen entre ambos; los intereses y la cooperación con el régimen de Maduro se derivan en actividades ilícitas. Recientemente se denunció que la policía política de Maduro izó la bandera de Irán en una de las sedes carcelarias.
Venezuela, la base de operaciones para lavar dinero
En junio de 2019 el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, denunció que Irán y los terroristas de Hizbulá operan en Sudamérica liderando acciones de delincuencia trasnacional organizada.
«Irán e Hizbulá tienen una sólida base de operaciones en Sudamérica en alianza con la narcodictadura de Nicolás Maduro. Si fracasamos en Venezuela, representa una victoria para el terrorismo, la delincuencia transnacional organizada y el antisemitismo», advirtió Almagro.
Por su parte, Humire afirmó que «Irán e Hizbulá están en América Latina desde prácticamente el inicio de la revolución iraní, pero en 2005 se juntaron con la alianza bolivariana (Alba); a medida que creció el Alba, creció la presencia iraní y de Hizbulá», explicó.
Humire, que se ha enfocado en investigar de cerca la situación, explicó que a partir de 2007 Irán incrementó su presencia militar, principalmente en Bolivia, que se convirtió en su principal socio estratégico de la región y en Venezuela. «Empezaron a incrementar su presencia militar, pero no en la forma convencional con tropas, sino con ingenieros técnicos, personas que son parte de la industria militar iraní», señaló.
En el caso de Hizbulá explicó que cada día incrementa su relación con grupos de crimen trasnacional y terroristas de América Latina para prestarles sus servicios de inteligencia, narcotráfico y lavado de dinero.
«Hizbulá es un grupo terrorista, denominado así por más de cincuenta países en el mundo. Hacen actos de terrorismo en América Latina, los más famosos fueron hace 25 años con la AMIA en Argentina, y uno en Panamá en el 94; pero más allá de simplemente ejecutar atentados, también se involucran con otros grupos terroristas en la región y grupos criminales como las Farc y el ELN», explicó.
Detalló que Hizbulá tiene una enorme red internacional de lavado de dinero y ofrece sus servicios a los carteles de droga.