Hugo Marino es un empresario venezolano secuestrado por el régimen de Nicolás Maduro. Se trata de un curioso caso del que “nadie habla” y que hasta ahora se mantiene como una desaparición forzada.
Cada vez que la tiranía detiene a un venezolano y suma un nuevo preso político, le acusa de traición a la patria, de cometer delitos de odio, de terrorista o golpista; sin embargo, en el caso de Marino se desconocen las acusaciones en su contra, las razones de su detención y hasta el lugar en el que se encuentra retenido.
455 días que el DGCIM secuestró y desapareció a Hugo Marino y hoy no se porque se lo llevaro.el que dio la orden porque no me dice cual es el interés de que no se sepa que le hicieron o a dónde lo tienen de algo puede estar seguro es que yo no me voy a rendir hasta encontrarlo. pic.twitter.com/ZIvDVup3kW
— Beatriz (@bsmarinos) July 19, 2020
Marino vive en Miami, pero viajó a Caracas el 20 de abril de 2019. Desde que tocó suelo venezolano se desconoce su paradero. No existe una versión oficial, pero sus familiares creen que está detenido en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar desde hace más de un año.
“Solo él sabe por qué está detenido, una persona que conocemos allá y que tiene contactos con el régimen nos dijo que estaba detenido en la DGCIM, pero no tenemos seguridad de nada; yo siento que está vivo pero a veces lo dudo”, dijo en exclusiva para PanAm Post Beatriz Marino, madre del empresario desaparecido.
La madre de Hugo Marino ha enviado miles de tuits preguntando por su hijo. El chavismo no da respuesta; no existe información oficial.
Hugo ya cumple 457 días desaparecido. Aunque su desaparición está basada en puras sospechas, se presume que estaría relacionada con una investigación que emprendió sobre la caída de una avioneta en Venezuela donde murió Miguel Ángel Pérez Oubiña, hijo del exministro Miguel Pérez Abad, en agosto de 2017.
Marino es ciudadano ítalovenezolano, propietario de la empresa Sistemas Electrónicos Acuáticos especializada en rastreos marítimos. Su compañía había prestado servicios para el Estado en la búsqueda de aeronaves siniestradas en el país.
En Venezuela, el empresario participó en las labores de búsqueda de la aeronave YV2896, siniestrada el 4 de julio de 2017 en el estado Nueva Esparta y en la que murieron siete militares y dos civiles; y de la YV2081, que cayó al mar en enero del 2008 cuando iba desde Caracas hacia Los Roques con 14 personas, entre ellos el empresario italiano de moda Vittorio Missoni.
También estuvo en las investigaciones del vuelo MH370 de Malaysia Airlines, luego de que el Boeing 777 se perdió en el océano Índico en marzo de 2014 con 239 pasajeros; y figuró como candidato para buscar el submarino ARA San Juan, que desapareció en las profundidades del mar argentino el 15 de noviembre de 2017 con 44 tripulantes.
“Él no estaba trabajando el caso del hijo de Pérez Abad, sí participó en el siniestro de una avioneta con militares que cayó en la isla de Margarita, pero ese era su trabajo, no había cometido ningún delito”, comentó la señora Beatriz al PanAm Post.
Sin embargo, un artículo publicado en marzo por el diario local El Nacional reveló que antes de desaparecer, Hugo Marino investigaba de forma independiente el siniestro aéreo del hijo de Pérez Abad que se dio dos años antes.
La aeronave Lear Jet 25 YV3191 en la que viajaban Miguel Pérez y otras cuatro personas se precipitó el 19 de agosto de 2017 cerca de la costa de Naiguatá, en el litoral central.
“Cuando se enteró de la caída del avión en el que estaban Luis Picardi y el hijo del señor Pérez Abad se interesó muchísimo. Solo le dije que tuviera cuidado porque podía meterse en problemas. Había rumores de que con ese avión las cosas fueron un poco extrañas, no se hablaba exactamente de un accidente”, dijo a El Nacional Elizabeth Márquez.
“Me dijo que iba a Venezuela por cuestiones de trabajo. Solo le pedí que se cuidara porque las cosas en Venezuela no estaban bien. Me dijo que no me preocupara porque iba a regresar en dos o tres días. Se despidió esa mañana, se fue y más nunca supe de él”, recordó.
A pesar de que públicamente han pedido fe de vida, las autoridades venezolanas no responden a las solicitudes; tampoco lo han hecho con las denuncias presentadas ante el Ministerio Público.
Tamara Sujú, directora ejecutiva del Centro de Estudios para América Latina, denunció el caso en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que le otorgó medidas cautelares a Marino, y ante el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas.
“Esto es una desaparición forzada claramente, ejecutada por la Dgcim contra un ciudadano que fue detenido sin orden de aprehensión y que no se conoce absolutamente nada de dónde está, excepto especulaciones”, expresó.
La denuncia de la desaparición también la introdujeron ante la Embajada de Italia por ser ciudadano con esa nacionalidad. Sin embargo, al igual que el chavismo, el Gobierno de ese país también se mantiene en silencio.