Tras largos meses en silencio, la comunidad internacional volvió a reaccionar contra el régimen de Nicolás Maduro luego de que la tiranía designara nuevas y cuestionadas autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE) vinculadas al chavismo.
El Grupo de Lima y la Unión Europea aseguraron que la renovación del Consejo Electoral de Venezuela designado por el Tribunal chavista socava su credibilidad.
Maduro buscaba nuevas autoridades para que las futuras elecciones tengan reconocimiento internacional; sin embargo el organismo encargado de designar nuevos rectores es la legítima Asamblea Nacional y no el Tribunal Supremo chavista por lo que de facto se convirtieron en funcionarios ilegítimos.
El Grupo de Contacto Internacional sobre Venezuela, impulsado por la UE, indicó que la acción del TSJ “reduce aún más las garantías necesarias para la realización de unas elecciones justas y transparentes que posibiliten un retorno a la vigencia plena de las instituciones democráticas” en el país sudamericano.
Por su parte, el Grupo de Lima calificó de “ilegal” la designación del nuevo CNE y pidió elecciones libres en Venezuela.
Trece países emitieron un comunicado para rechazar y desconocer “la ilegal designación de los miembros del Consejo Nacional Electoral” chavista.
Los rectores del CNE son quienes deben velar por la transparencia en las elecciones y la dictadura de Maduro quiere asegurarse esos puestos de cara a futuros comicios.
La reciente acción por parte del régimen deja en evidencia que la comunidad internacional no reconocerá ningún proceso electoral por venir y que esté manejado por las nuevas autoridades.
Maduro secuestra partidos de oposición
Como si no fuera suficiente el haber nombrado autoridades chavistas para manejar el Consejo Nacional Electoral, el régimen también decidió anular a los partidos más grandes de oposición y designar a través del tribunal chavista nuevas juntas directivas creadas a su medida.
Una sentencia del chavista Tribunal Supremo de Justicia anuló a las directivas de Acción Democrática (AD) y Primero Justicia (PJ). Ahora estas nuevas autoridades podrán utilizar la tarjeta electoral, el logo, símbolos, emblemas y colores de dichos partidos.
Cada vez que el país suramericano se acerca a efectuar supuestas elecciones, el régimen decide atentar contra partidos de oposición anulando desde sus tarjetas hasta sus candidatos; una manera de asegurarse la participación de partidos políticos en comicios fraudulentos.
Ni cambiando a los rectores habrá garantías electorales
Mientras el régimen de Maduro mantenga el control de la mayoría de los poderes públicos y la Fuerza Armada junto a los grupos criminales que amparan a la Revolución Bolivariana, no están dadas las garantías electorales para que en el país suramericano se lleven a cabo comicios libres que demuestren la voluntad de la mayoría.
La tiranía controla el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que ha logrado anular a la Asamblea Nacional de mayoría opositora. Por medio de sentencias dicho poder judicial se ha encargado de robarse elecciones tal y como lo hizo en las últimas regionales, cuando le arrebató la gobernación del estado Bolívar y Zulia a la oposición.
El régimen también controla el Poder Ciudadano conformado por el Defensor del Pueblo, el Fiscal General y el Contralor General de la República; todos ellos juegan hoy sus cartas a favor de la dictadura.
Lo mismo sucede con el Poder Electoral que no solo depende de los rectores, sino de un sistema viciado de manera electrónica, que ha logrado robarse comicios alterando las actas, las cifras y hasta permitiendo el ejercicio del voto por parte de personas con doble identidad o cedulación.
En los últimos años, con ayuda del CNE, Maduro ha logrado la victoria en comicios impidiendo el registro de nuevos electores, modificando el registro de votantes, reubicando a última hora los centros de votación, eliminando el uso de la tinta indeleble y el captahuellas, violando la ley al impedir la sustitución de candidatos en el tarjetón y permitiendo el ventajismo por parte del oficialismo. A esto se suma la desmotivación de los electores y la posterior manipulación de las cifras.
Para llevar a cabo unas elecciones libres en Venezuela es necesario pedir más que la salida de Maduro y la renovación de las autoridades del CNE. También es necesario que el chavismo abandone todas las esferas del poder; implementar una fuerza de choque contra los grupos armados que custodian a la dictadura; candidatos con una hoja de vida intachable y una veeduría internacional imparcial que garantice que todo el proceso electoral sea transparente.