El bolichico venezolano, Alejandro Betancourt, quien estaría envuelto en importantes escándalos de corrupción y desfalco a la nación, se estaría presentando como uno de los encargados de “financiar a la oposición en Venezuela”.
Un reportaje publicado por la agencia de noticias Reuters, reveló que Rudolph Giuliani, abogado personal del presidente de Estados Unidos Donald Trump, habría conocido al padre del presidente interino Juan Guaidó, gracias a su cliente, el magnate venezolano Alejandro Betancourt.
Exclusive: Giuliani told U.S. his client deserves leniency for financing Venezuela's opposition – Parnas https://t.co/0Od8PufaPz pic.twitter.com/M4Uf1eRsMP
— Reuters (@Reuters) January 22, 2020
Según Reuters, el encuentro se llevó a cabo en agosto pasado en una finca privada en España con el fin de buscar “clemencia” judicial en Estados Unidos para el bolichico, quien intenta zafarse de juicios por corrupción en Venezuela tratando de demostrar sus “estrechos vínculos” con representantes de oposición.
De acuerdo con las fuentes de la agencia de noticias, presuntamente Betancourt le dijo a Giuliani que ayudó a “financiar los esfuerzo de Guaidó en secreto”, para tomar el liderazgo en Venezuela.
El empresario venezolano investigado en Estados Unidos, esperaba que esa acción permitiera a Giuliani, quien también es su abogado, convencer al Departamento de Justicia de EE.UU. de “abandonar la investigación” en su contra.
Al parecer y según Reuters la reunión se dio en una finca de Betancourt, donde entonces se habrían conocido tanto Giuliani como el padre del mandatario interino de Venezuela, Juan Guaidó.
El abogado de Trump se habría esforzado entonces en tratar de convencer a fiscales de Estados Unidos de que Betancourt habría asistido a la oposición venezolana y que por lo tanto “estaba haciendo un buen trabajo”.
Uno de los que habría confirmado la reunión sería Lev Parnas, un exsocio de Giuliani.
Un mes más tarde, en una reunión en Washington, Giuliani instó a los fiscales del Departamento de Justicia a que actúen con calma con Betancourt, según una persona con conocimiento directo de la reunión y Lev Parnas, quienes manifestaron que Giuliani dijo a los fiscales que Betancourt había brindado asistencia para los esfuerzos políticos de Guaidó y que, por lo tanto, estaba haciendo un buen trabajo para Estados Unidos.
Esta es la primera vez que Parnas detalla su historia sobre Betancourt, Giuliani y Venezuela.
“Lev Parnas no tiene derecho a hablar sobre esa reunión”, dijo Giuliani a Reuters en una breve entrevista telefónica. “Fue una reunión confidencial, si sucedió (…) La credibilidad de Lev Parnas no vale nada”, añadió.
Reuters no pudo determinar si Betancourt proporcionó financiamiento a la oposición respaldada por Estados Unidos o si simplemente estaba afirmando que lo hizo. Entre tanto, Guaidó y el partido Voluntad Popular negaron haber recibido fondos del “bolichico” venezolano.
“No conozco al Sr. Betancourt, no hay relación”, dijo Guaido a Reuters. “Como tal, eso no es posible”.
Por su parte Wilmer Guaido, el padre del mandatario interino, negó haber conocido a Betancourt en España.
“Solo apoyo a mi hijo como toda la familia contra esa dictadura criminal, pero no he conocido a nadie”, dijo.
La reunión de Giuliani con Betancourt en la finca española, y sus esfuerzos para presionar al Departamento de Justicia en nombre del empresario, fueron informados previamente por el Washington Post. Sin embargo, Reuters es el primero en informar que Betancourt le dijo a Giuliani que brindó apoyo financiero a la oposición de Venezuela, y que Giuliani promocionó esa supuesta asistencia a los fiscales estadounidenses para lograr clemencia a favor de su cliente.
En noviembre de 2019 se conoció que el «bolichico» Alejandro Betancourt, investigado por el Departamento de Estado por presuntos casos de lavado de dinero en Venezuela, habría contratado a las más costosas firmas de abogados en Estados Unidos para su defensa; entre ellos a Rudolph W. Giuliani, abogado personal del presidente Donald Trump. Giuliani, según el diario The Washington Post, habría presionado al Departamento de Justicia a favor de Betancourt.
La expresión «bolichicos» fue creada en 2010 por el escritor y periodista venezolano Juan Carlos Zapata para referirse a “la nueva camada de ricos en los tiempos chavistas”. Es decir, empresarios jóvenes con familias adineradas en Caracas que habrían multiplicado sus fortunas siendo, principalmente, contratistas del régimen de Hugo Chávez, y luego de Nicolás Maduro.
Preocupación en EEUU por financiamiento ilícito
El reportaje publicado por Reuters hace referencia además a una cita de Elliott Abrams, Representante Especial de Estados Unidos para Venezuela quien habría manifestado preocupación por la posible “falta de transparencia en el financiamiento de la oposición venezolana”.
“Nos preocupan quiénes son todas estas personas y cómo hicieron su dinero. Y eso es algo que hemos planteado con la oposición”, dijo Abrams, quien también prefirió no hacer referencia a “nombres individuales”.
Agregó que Giuliani no había sido autorizado para desempeñar ningún papel en la política estadounidense en Venezuela.
El «bolichico» Betancourt
Empresarios venezolanos, mejor conocidos como «bolichicos», estarían siendo investigados en Estados Unidos con un caso de lavado de dinero de aproximadamente USD$ 1.2 mil millones que involucra también al chavismo.
La demanda penal contra Betancourt alega que altos funcionarios de la compañía petrolera estatal venezolana PDVSA, líderes empresariales de élite y banqueros conspiraron para robar dinero de la compañía y luego lavarlo a través de compras de bienes raíces en Miami y otros esquemas de inversión. Al parecer, con su fortuna, el venezolano habría intentado presionar para borrar su nombre en dichas investigaciones.
Betancourt cofundó una compañía que recibió USD$ 1,8 mil millones en contratos gubernamentales para construir plantas de energía bajo el Gobierno de Hugo Chávez, lo que condujo a acusaciones de presunta estafa.
La compañía, Derwick Associates, ha negado el pago de sobornos para ganar sus contratos y dijo que los contratos reflejan el alto costo de hacer negocios en el país socialista.
Hasta ahora, nueve investigados han sido acusados en Miami, de los cuales dos se declararon culpables y uno está a la espera de juicio; sin embargo según el diario estadounidense se trataría de una docena de empresarios involucrados, donde presuntamente, entre ellos, estaría el venezolano Alejandro Betancourt.
Betancourt ha sido señalado por el portal de noticias El Confidencial de estar relacionado a la crisis eléctrica venezolana, pues es directivo de la empresa Derwick Associates Corp, la cual ha recibido millonarios contratos durante los regímenes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro para la construcción de plantas termoeléctricas, de las cuales algunas aún no han sido concluidas.
Explica El Confidencial que presuntamente el empresario habría «pagado sobornos para hacerse del negocio que, a la final resultó una gran estafa para el estado venezolano»; señala que «solo habría vendido chatarra o equipos reconstruidos con un gran sobreprecio».
Aunque Betancourt no está debidamente identificado por su nombre en el caso que se investiga en Miami, varias fuentes habrían asegurado al Nuevo Herald que él es «Conspirador 2», uno de los apodos en la denuncia penal entre la docena de conspiradores y funcionarios venezolanos no identificados.
Relata el diario estadounidense que «los registros de la corte federal dicen que «Conspirador 2″ se encontraba entre el círculo de boliburgueses y funcionarios del gobierno que recibieron cientos de millones de dólares a fines de 2014 de Pdvsa como pago por un préstamo que hicieron a la compañía petrolera estatal»; señala además que una declaración jurada criminal alega que el magnate «usó una compañía fantasma para prestar USD$ 42 millones en bolívares y luego fue reembolsado en euros al tipo de cambio favorable del Gobierno»; una transacción que habría multiplicado la suma equivalente a USD$ 600 millones.
Al parecer, y según indica el Miami Herald, la ganancia de USD$ 600 millones presuntamente se dividió entre el grupo de empresarios venezolanos ricos, los tres hijastros de Nicolás Maduro y Pdvsa; esto según un correo electrónico obtenido por agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional y fuentes familiarizadas con el caso criminal.
Contratos sobrevalorados
Según un informe sobre el sector energético escrito por ONG Transparencia Venezuela, Derwick recibió 11 contratos de construcción por un valor de USD$ 2.9 mil millones, que habría sido sobrevalorado en un promedio de 162 %.
La empresa fue registrada en Panamá en 2003 y en Barbados en 2009, pero nunca antes había construido una planta como la requerida por la empresa estatal de energía eléctrica Corpoelec.
«Hubo al menos $ 800 millones en sobrefacturación», dijo José Aguilar a El Nuevo Herald, quien es un ingeniero encargado de investigar Derwick para el Wall Street Journal. Explicó que la compañía contrató a personal tercerizado de bajo costo para realizar gran parte de su trabajo.