La economía de Venezuela, caracterizada por tener la mayor inflación del mundo, los salarios más bajos de la región y una moneda devaluada, cada vez está más dolarizada, al punto que un 54 % de sus transacciones se realiza en moneda extranjera.
Un estudio realizado por la firma Ecoanalítica y publicado por la agencia de noticias Bloomberg, reveló que más de la mitad de las transacciones minoristas se realizan en moneda estadounidense en un país donde los salarios están establecidos en bolívares y donde el sueldo no supera los 6 dólares mensuales.
Estudio revela que más de la mitad de las transacciones en Venezuela ya se hacen en moneda extranjera. Maracaibo de primera y Caracas de última en términos de dolarizacion. https://t.co/B3t2sr8q1W
— Daniel Blanco (@DanielBlancoPaz) November 6, 2019
La encuestadora estima que el 54 % de todas las ventas que se dieron el mes pasado en Venezuela se realizaron en dólares, siendo Maracaibo, la segunda ciudad más grande del país, la localidad donde más se efectuaron estas transacciones, y Caracas, la capital, una de las menos dolarizadas.
La gráfica, publicada por Bloomberg, revela además que la mayoría de las compras y ventas en dólares se dieron en el interior del país.
Se estima que 54% de todas las ventas en Venezuela el mes pasado fueron en dólares. En Maracaibo, alrededor de 86% de todas las transacciones se realizaron en dólares. Los apagones, han inutilizado los lectores de tarjetas de crédito durante días.https://t.co/YBGBv2i931
— Emmanuel Rincón (@EmmaRincon) November 6, 2019
Asdrubal Oliveros, director de Ecoanalítica, señaló que Venezuela “vive en una economía dominada por las transacciones en dólares”. Aunque resaltó que dicha situación no aplica para todos los venezolanos, pues hay quienes no tienen acceso a divisas y mantienen una capacidad de compra “severamente restringida”.
Ya es habitual que en el país sudamericano se cobren en divisa estadounidense las consultas médicas privadas, los seguros, los servicios turísticos, los electrodomésticos, los inmuebles, las cuentas del restaurante, la educación privada e incluso actividades comerciales como las compras en el mercado y el transporte.
La dolarización, que ha repuntado en el país, se da por la reciente relajación de los controles de precios. Sin embargo, los precios son tan elevados que quienes dependen de salarios en bolívares no los pueden pagar.
La tasa anual de inflación, en lo corrido de 2019, es, según los cálculos más conservadores, de 1 500 %. Las personas que cobran remuneraciones únicamente en bolívares tienen que depender de los subsidios oficiales y de ese modo intentar sobrevivir.
La crisis que vive Venezuela ha generado la migración masiva de venezolanos que enfrentan una situación económica sin precedentes. Más de cuatro millones han salido del país por no poder sortear la crisis humanitaria. De hecho, según Oliveros, el repunte de esta dolarización también se debe a la dependencia que tienen miles de ciudadanos de las remesas que envían sus familiares desde el exterior.
Según lo informado por Leonardo Vera, economista y profesor titular de la Universidad Central, para un reportaje del diario El País, “en promedio, de acuerdo a los estudios, las familias venezolanas perciben, por concepto de remesas o pagos complementarios, unos 90 dólares al mes”.
Sin embargo, con la hiperinflación descontrolada y la apreciación del dólar como moneda de pago en Venezuela, con el paso de los días las remesas enviadas son insuficientes.
Ver esta publicación en Instagram
“En enero de 2019, 100 dólares era una cantidad de dinero suficiente en Venezuela para los gastos de un mes. Hoy, 100 dólares apenas duran de cinco o seis días”, señala el reportaje.
Mientras la situación no mejore en el país suramericano, los venezolanos deberán seguir enfrentando una economía improvisada donde solo los que tienen acceso a divisas logran sobrevivir, y quienes no, viven en la miseria, pues con el paso de los días los precios de los alimentos aumentan en dólares y en bolívares disminuyendo no solamente la capacidad de compra, sino el poder adquisitivo de los ciudadanos.