Venezuela, reconocido por tener las mayores reservas de petróleo del mundo, ahora también se le conoce como un país productor de cocaína tras abrir las puertas a las guerrillas colombianas de las FARC y el ELN e instalarlas en su territorio.
El régimen de Nicolás Maduro convirtió al país suramericano en una “potencia emergente en producción y procesamiento ilícito de drogas”, así lo señaló el diario ABC de España en un reportaje.
En 2017 España incautó 2 500 kilos de cocaína en un barco procedente del país petrolero. Ese mismo año, en junio, hallaron 780 kilos de droga en un camión de la estatal Pdvsa, y en 2018, en Colombia, quemaron una avioneta cargada de cocaína procedente de Venezuela. Con el paso de los años se conocen más casos en los que la tiranía de Maduro es protagonista en el narcotráfico.
Fotos / Incautaron 3,5 TON de cocaína y desmantelaron megalaboratorio de drogas en el Zulia https://t.co/6xKkcKutkW pic.twitter.com/JWuyjOdtmV
— EXTRA VENEZUELA (@ExtraVzla) September 23, 2019
De acuerdo con ABC, Venezuela no solo es puente para la exportación ilícita de la cocaína desde Colombia, sino que ahora también cultiva, produce y procesa los estupefacientes en “cantidades incipientes pero importantes” debido a los vínculos que existen entre las narcoguerrillas y el Cartel de los Soles:
Ante la reducción de la producción petrolera y la pérdida de su ingreso como principal fuente de divisas, el cartel de los Soles ha recurrido al narcotráfico manejado por las FARC y el ELN como su fuente de ingreso alterno pero a un costo social sangriento que competiría con los carteles mexicanos y centroamericanos.
El venezolano Javier Tarazona, director de la ONG FundaREDES, consignó en la Fiscalía colombiana las pruebas documentadas sobre la presencia de las FARC y el ELN en al menos 17 de los 23 estados de Venezuela.
“Lo peor es que los líderes de las FARC, como Iván Márquez y Jesús Santrich, entre otros, operan desde el palacio de Miraflores, la cúpula del poder en Caracas, que los protege y financia, y los trata como ministros con escoltas”, dijo Tarazona al salir de la Fiscalía colombiana.
«Desde 2002, las FARC pasó a ser una alidada de los que ostentan el poder […] mientras en Colombia firmaban el acuerdo de paz, ellos se iban para Venezuela. Se fueron con familias, propiedades, compraron fincas en Zulia, Táchira, Apure, en Bolívar, Amazonas […] Son 17 estados en donde está presente la guerrilla colombiana en Venezuela», señaló el especialista.
República Dominicana y Venezuela: Tráfico de cocaína por el Caribe https://t.co/yBB1vjolT0
— Daniel Pou (@pousuazo) September 20, 2019
El reporte anual del Departamento de Estado de 2019 identificó a 17 países de la región, de una lista de 22, como productores o puntos de tránsito de drogas, e hizo con especial énfasis en Bolivia y Venezuela por considerar que no han cumplido con los tratados internacionales antinarcóticos.
“El Gobierno de Maduro demostró una completa falta de voluntad para hacer las más que [sic] necesarios cambios en las políticas para hacer cumplir las leyes existentes. Esto crea un extremo nivel de impunidad exacerbado por la falta de transparencia y altos niveles de corrupción”, se lee en el informe.
Las otras actividades
Las guerrillas colombianas en Venezuela no solo producen y exportan cocaína, sino que además se ha convertido en el mayor empleador en los estados Táchira, Zulia, Apure, Barinas, Falcón, Aragua y Sucre, donde han expropiado decenas de fincas productoras de ganado.
A esto se suma la tarea que adquirieron gracias al régimen de Maduro de proteger yacimientos de minerales como el oro, coltán y diamante.
La orden de Chávez
Informes de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) revelaron que el expresidente de Venezuela, Hugo Chávez, habría ordenado “inundar” EE. UU. con cocaína proveniente de las FARC. Señalan, además, que el exmandatario fue jefe y coordinador del Cártel de los Soles.
“La guerrilla fue una de las primeras en desarrollar el tráfico de cocaína por Venezuela, hacia mercados en Estados Unidos y Europa, a la vez que la gasolina de contrabando venezolana fluía en dirección contraria”, señala el informe.