El socialismo de Hugo Chávez y Nicolás Maduro acabó con las 12.700 empresas privadas que existían en Venezuela, pues en la actualidad solo quedan unas 2.200 sobrevivientes a todos los embates causados por la dictadura.
En el país gobernado por Maduro cerraron más de 10.000 empresas en dos décadas tras la constante persecución y controles del Estado. Los controles de cambio, de precios, las leyes del trabajo, las expropiaciones y amenazas, son, en su mayoría, las causas por las que el sector industrial venezolano cada día se convierte en un cementerio empresarial. A lo anterior se le suman las dificultades que tienen los comerciantes para reponer sus inventarios que con el paso de las horas corren el riesgo de bajar las santamarias.
¿Qué tendrá en común el cierre de Kellogg’s, Smurfit Cappa Cartones de Venezuela, Pirelli, Clorox, Goodyear e infinidad de otras empresas en Venezuela? ¿Será acaso una guerra económica o una guerra contra la ciencia económica?
— Jose Toro Hardy (@josetorohardy) December 12, 2018
“Venezuela es el país más agresivo con la empresarialidad”, señaló para el PanAm Post Víctor Maldonado, director de la ONG Cedice Libertad y exdirectivo de la Cámara de Comercio e Industria de Caracas.
“El socialismo del siglo XXI no solo interviene, sino que afecta y amenaza los derechos de propiedad de las empresas. Venezuela es el país donde la condición de empresario es uno de los oficios más peligrosos (…) a las empresas venezolanas no se les reconoce ni garantiza ningún derecho”, señaló.
“Venezuela es un país donde es peligroso ser empresario porque los consideran enemigos del Gobierno, donde hay una Ley de Costos y Precios que inhabilita para tomar decisiones, donde existe un régimen cambiario que no permite acceder a las divisas para comprar los insumos o servicios necesarios, y en el que la rigidez laboral impide poder manejar el factor trabajo con libertad. Todo esto conjugado en el marco de la hiperinflación más alta del mundo, con la escasez de todo y muchísima inseguridad ciudadana, hace que la decisión más razonable de verdad sea cerrar la empresa aunque eso nos duela”, sentenció.
El dogmatismo, la incompetencia, la ignorancia y la demagogia son los culpables de que se fueran Kellogg’s, Smurfit Cappa Cartones de Venezuela, Pirelli, Clorox, Goodyear e infinidad de otras empresas en Venezuela?
— Jose Toro Hardy (@josetorohardy) December 12, 2018
“Nos estamos quedando sin industrias, sin comercios, sin empresas de servicios y nos estamos quedando sin empleos productivos”, concluyó.
La Encuesta de Coyuntura, realizada por la patronal Conindustria, revela que el 42 % de los empresarios venezolanos cree que operará en el país solo un año más, una situación que pone en jaque y al borde del colapso a lo que queda del sector empresarial.
A medida que los comercios van cerrando sus puertas, no solo aumenta el desempleo, sino también la escasez de alimentos y productos en el país, pues los venezolanos cada vez tienen menos opciones para adquirir bienes y servicios. Además, Conindustria calcula que a lo largo de los años de la “revolución” se perdieron 1,5 millones de puestos de trabajo.
“Tenemos una población que se ha venido empobreciendo al punto de que no puede comprar los productos que se fabrican. Pasamos de tener un producto interno bruto que solía estar en 280.000 millones de dólares a 96.000 millones de dólares, que cerrará este año, la tercera parte de lo que fuimos”, explicó Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria.
La nación petrolera enfrenta su peor crisis económica con una recesión que ya dura cinco años, mientras la hiperinflación alcanzó en noviembre un alza interanual de 1.299 millón por ciento, según la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, que lleva estadísticas ante la ausencia de cifras oficiales.
Venezuela se queda sin multinacionales
Por la crisis y las restricciones en el acceso a divisas, muchas multinacionales ya han minimizado su actividad y otras se han ido, como la fábrica de neumáticos Goodyear, que este lunes cesó sus operaciones; ante esto, el régimen de Maduro decidió tomar las instalaciones.
Goodyear informó el lunes que había sido “forzada a cesar sus operaciones”y aseguró haber cumplido con el pago de salarios y beneficios laborales a sus empleados. Además, señalaron que dispusieron de un monto “adicional extraordinario” que será desembolsado en los próximos días, así como 10 llantas para cada trabajador.
Una medida semejante tomó en agosto otro fabricante de neumáticos, Pirelli, que cerró su planta en el país por falta de materia prima tras 28 años de operaciones; así como la empresa irlandesa Smurfit Kappa, fabricante de cajas de papel para embalaje.
Otras transnacionales, como Kellogg, General Motors, Kimberly Clark, Citibank, han abandonado Venezuela en los últimos años debido al sistema socialista implementado por el chavismo en el país.