El gobierno de Estados Unidos manifestó su preocupación ante el vínculo que existe entre el régimen de Nicolás Maduro, los grupos Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia y el terrorista Hezbolá.
Robert Palladino, vocero del Departamento de Estado de EE.UU., se pronunció ante la relación que existe entre los grupos terroristas y el chavismo en Venezuela.
EEUU expresó preocupación por la presencia del ELN en Venezuela y por las actividades de Hezbollah en América Latina. Portavoz del @StateDept Robert Palladino indicó que continuarán monitoreando las acciones que indiquen un patrón de apoyo al terrorismo en Venezuela. pic.twitter.com/t0FYuXV8nN
— Gabriel Bastidas (@Gbastidas) December 12, 2018
“A los EE.UU. le preocupa la presencia continua de organizaciones terroristas extranjeras en América Latina, incluido el Ejército de Liberación Nacional en Colombia y Venezuela”, mencionó el vocero en un video.
Palladino aseguró que el ELN sigue siendo una gran preocupación para el gobierno de Donald Trump y aboga porque “detenga el tráfico de drogas, deje de secuestrar inocentes y ponga fin a sus ataques”.
Palladino enfatizó que el Departamento de Estado continúa “monitoreando a Venezuela, así como a otros países, sobre actividades que indiquen un patrón de apoyo para actos de terrorismo internacional”.
Además, expresó su preocupación por las actividades de Hezbolá en América Latina.
Funcionarios colombianos denunciaron que el ELN está al servicio de Venezuela como grupo paramilitar, asumiendo prácticamente las mismas funciones que los colectivos armados del chavismo.
“El ELN se ha convertido en uno de los grupos paramilitares de Venezuela, básicamente porque están trabajando con ese gobierno y con esa dictadura. Están apoyando en ese orden de ideas la delincuencia en las zonas con narcotráfico y con el delito del reclutamiento ilegal de menores”, afirmó Francisco Barbosa, alto consejero para Asuntos Internacionales y Derechos Humanos de la Presidencia de Colombia.
Y es que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tiene presencia en al menos 12 estados de Venezuela y de manera impune con la ayuda de la Fuerza Armada de este país.
De acuerdo con la organización no gubernamental de monitoreo del crimen organizado InSight Crime (IC), el grupo guerrillero ha logrado instalarse en Venezuela para ejercer actividades criminales relacionadas con el ganado, el contrabando de gasolina e incluso extorsiones.
Según el informe de la ONG, el ELN estaría siendo apoyado por la Fuerza Armada Nacional de Venezuela, que le estaría facilitando el ingreso al país caribeño, además de armamento y la posibilidad de interactuar con las comunidades por medio de la distribución de las cajas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), un programa de alimentos del Estado venezolano.
Ante esta situación, y de acuerdo con The Washington Post, el Gobierno de Estados Unidos estaría preparándose para incluir a Venezuela en la lista de países patrocinadores del terrorismo internacional.
Hezbolá y Venezuela
Pero además del grupo guerrillero ELN, los regímenes de Chávez y Maduro también han respaldado las operaciones del los iraníes y el Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
Estados Unidos ha emitido decenas de informes en los que advierte que el país suramericano se ha convertido en una amenaza para la seguridad de la región, tras conocerse las alianzas y cooperaciones por parte del Poder Ejecutivo de Venezuela y líderes del grupo terrorista islámico.
Hezbolá, cuya traducción sería “El partido de Dios”, es una organización que nació en el Líbano en 1982 tras la ocupación israelí, que cuenta con un brazo político y otro armado, y funciona con el respaldo de Irán y del Gobierno sirio de Bashar Al Assad, actuales aliados y amigos del régimen chavista-madurista. Hezbolá es considerado como un grupo terrorista por la mayoría de los países occidentales.
En el libro Búmeran Chávez se revela, de acuerdo con testimonio de Rafael Isea -entonces viceministro de Finanzas y presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes)-, quien estuvo presente en la reunión que se realizó en Damasco en el año 2007, entre Maduro -para entonces ministro de Relaciones Exteriores- y el jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah, se firmó un pacto que amparaba actividades de narcotráfico, blanqueo de dinero, suministro de armas y entrega de pasaportes, así como el despliegue de células de esa organización radical chiita en Venezuela.
Pero hay más pruebas de que el chavismo ha decidido aliarse con el grupo terrorista. Un reportaje del diario ABC de España reveló en mayo de este año que, entre 2008 y 2012, aproximadamente 173 individuos provenientes de Siria, Líbano, Jordania, Irak e Irán se registraron como ciudadanos venezolanos para facilitar su participación en el negocio del narcotráfico y ayudar en el transporte de la droga.
En 2015 un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), identificado como Misael López Soto, quien supuestamente fue consejero de la embajada venezolana en Irak, confesó que fue testigo de que el Gobierno venezolano entregó documentos diplomáticos a terroristas del Medio Oriente.
López explicó en un video que empleados de la embajada venden visas, pasaportes, cédulas de identidad y certificados de nacimiento venezolanos a personas de Siria, Palestina, Irak y Pakistán que pagan entre US$5.000 y US$15.000 para obtener los documentos “bajo la mirada complaciente de las autoridades diplomáticas venezolanas”.
Las declaraciones de López Soto coinciden con las capturas de ciudadanos a quienes se les han encontrado pasaportes venezolanos.
En 2003 fue detenido Hasil Mohammed Rahaham-Alan, quien viajaba con un presunto pasaporte venezolano y llegó en un vuelo de British Airways al aeropuerto de Heathrow, que sirve a la ciudad de Londres.
Su vuelo partió de Caracas e hizo escalas en Colombia y Barbados. Con él llevaba una granada en su equipaje, lo que ameritó la evacuación del terminal y el movimiento de militares.
En 2008 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, emitió un comunicado en el que aseguró que “es extremadamente preocupante ver que el Gobierno de Venezuela emplea y provee refugio a facilitadores y recaudadores de fondos de Hezbolá”.
Esto porque Ghazi Nasr al Din (cédula de identidad núm. 18.190.527), quien estuvo solicitado por la Interpol, sirvió, supuestamente, como encargado de Negocios de la Embajada de Venezuela en Damasco, Siria, y posteriormente fue nombrado Director de Aspectos Políticos de la Embajada de Venezuela en el Líbano. Actualmente aparece en el Consejo Nacional Electoral como elector desde Damasco en Siria.
Según la revista brasileña Veja, fuentes declararon en 2015 que Nasr al Din presuntamente mantenía una red de fabricación y distribución de pasaportes venezolanos auténticos que eran proporcionados para ocultar las verdaderas identidades de los terroristas.
El Centro para una Sociedad Libre Segura (SFS, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, publicó en 2014 un trabajo titulado: Canadá en guardia: evaluando la amenaza de Irán, Venezuela y Cuba a la seguridad inmigratoria; allí los autores aseguran que Venezuela emitió al menos 173 pasaportes venezolanos a islamistas radicales que buscaban entrar a Norteamérica.
Los autores de este informe, Victoria Henderson, directora general del Instituto de Canadá de Análisis Social y Económico (ISEA); Fernando Menéndez, investigador del SFS y Joseph Humire, director del SFS, vinculan a Tareck El Aissami, quien estuvo al frente del Ministerio de Interior entre 2008 y 2012, y presuntamente habría creado una red de lavado de dinero para encubrir el financiamiento a grupos extremistas del Medio Oriente. Además, aseguran que durante años El Aissami ha estado ingresando terroristas iraníes a Venezuela.