Nicolás Maduro volvió a anunciar un ajuste salarial del 150 % y que ubica el nuevo salario mínimo en USD $9, el más bajo de la región en medio de la inflación más alta del mundo.
El nuevo salario mínimo de 4.500 bolívares representa USD $9,4 dólares, de acuerdo con estimaciones de la cuenta @MonitorDolarVe, usada con frecuencia para operaciones en moneda extranjera.
Subieron el salario mínimo de 3 USD a 9 USD, que mañana serán los mismos 3 USD debido a la hiper inflación. Los 4 gatos que aún pueden pagar precios en las nubes y que sostienen los salarios cada vez serán menos. Mas despidos, más hambre.
— Melanio Escobar (@MelanioBar) November 30, 2018
En términos prácticos, el nuevo ingreso mínimo cubre apenas dos días y medio de alimentación de una familia venezolana, considerando que solo en octubre se necesitaban 1.744,07 bolívares por día. Además el nuevo ingreso mínimo mensual solo alcanza, por ejemplo, para la compra de un pan de jamón, un kilo de queso o un kilo de pechuga de pollo.
El doctor en economía y coordinador del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cendas), Óscar Meza, indicó que para cubrir el costo de la canasta alimentaria se requieren USD $300, y Maduro incrementó el salario a 4.500 bolívares soberanos, es decir, 9 dólares mensuales. Lo que quiere decir que con el nuevo salario los venezolanos necesitarían 990 días de trabajo (casi tres años) para poder cubrir la canasta alimentaria de solo un mes.
“Aún con este aumento de salario, lo más probable es que el salario real cierre este año 2018 con una caída del 93 % = caída en el poder adquisitivo. El problema principal es la hiperinflación. Qué difícil es entender eso para el gobierno”, expresó en su cuenta de Twitter el economista Luis Oliveros.
Por su parte, Henkel García, analista financiero de la firma Econométrica, manifestó que “En agosto multiplicaron el salario mínimo por 80 y el ingreso mínimo por 35. Todo eso se perdió, pero fue una evidencia clara de que no importa cuánto lo aumenten nominalmente, el poder de compra no se recuperará sin mayor producción-productividad”.
José Guerra, diputado a la Asamblea Nacional, estimó que la hiperinflación se acelerará al catalogar los anuncios como “un tsunami de gasto público financiado por el Banco Central”.
A las críticas también se sumó el presidente de la Comisión de Finanzas de la AN, Rafael Guzmán: “El salario no se protege con aumento, se hace con producción, porque si no viene acompañado de un plan para recuperar la economía y frenar la hiperinflación, este aumento será sal y agua”.
Más hiperinflación
El economista Miguel Velarde afirmó para el diario El Nacional que el incremento de sueldo mínimo va a tener un efecto de empuje sobre los precios de bienes y servicios.
“Simplemente empujará más hacia arriba los precios, es lo que podemos esperar en los próximos días, o debería decir en las próximas horas, que afectará directamente el poder de compra de los ciudadanos. Siempre que se anuncia un aumento que es mayor al crecimiento de la productividad del país, eso se traduce en un incremento de la inflación. Y los índices de productividad venezolanos son bajísimos”, indicó.
Los “regalos” del presidente los pagará el pueblo con una arremetida brutal de la hiperinflación.
— Jose Toro Hardy (@josetorohardy) November 30, 2018
José Toro Hardy, economista venezolano, también refuerza la idea de que las medidas anunciadas por Maduro solo empeorarán el panorama económico de ese país.
2/3. Las medidas que anunció San Nicolás producirán un aumento brusco de la liquidez monetaria. Esta agudizará un proceso inflacionario que ya estaba en fase de aceleración.
— Jose Toro Hardy (@josetorohardy) November 30, 2018
Venezuela, el país con el salario más bajo de la región y una crisis humanitaria sin precedentes, rompió el récord de la inflación más alta de América.
Diferentes estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI) demuestran que la hiperinflación venezolana alcanzará en 2018 el 1.370.000% anual, y se disparará al 10.000.000 % en 2019. La situación es tan grave que Venezuela fue excluida del promedio regional y de la lista de los mercados emergentes para no deformar las cifras.
Según los últimos pronósticos de esta organización, el PIB de Venezuela registrará este año una contracción del 18 %, ampliando a cinco años su caída; mientras que el próximo año la recesión podría ser del 5 % como consecuencia del desplome de la producción de petróleo y la inestabilidad política y social.
Por otro lado, calcula que la riqueza por habitante de Venezuela ha caído “más de un 35 %” entre 2013 y 2017, y pronostica la pérdida de alrededor del 60 % del PIB per cápita entre 2013 y 2023, cifra que situaría el empobrecimiento previsto para Venezuela en niveles semejantes al registrado por países en guerra como los casos de Irán entre 1976 y 1981, Irak entre 1999 y 2003, Azerbaiyán entre 1990 y 1995 o Libia entre 2010 y 2011.
La economía en Venezuela se asemeja a la de un país en guerra, con una escasez de alimentos y medicamentos única en su historia. Además, con una variación diaria de precios que se traduce en la inflación más alta de la región y se convirtió en uno de los diez significativos casos hiperinflacionarios en el mundo.
Hace una década, cuando esta situación se advertía, muchos economistas decían que en Venezuela no podía haber hiperinflación gracias al petróleo; no obstante, gracias al socialismo se logró destruir no solo la economía, sino la producción de crudo.