Feras El Aissami, hermano del vicepresidente económico de Venezuela y financista de una red de empresas vinculada al lavado de dinero, vive en Uruguay rodeado de una vida llena de lujos desproporcionados.
Feras llegó a Montevideo a mediados de 2018 y obtuvo la residencia provisoria junto a su esposa e hijos. En el mes de julio, la familia alquiló una casa en el lujoso barrio de Carrasco por USD $4.000 mensuales.
De acuerdo con el programa uruguayo Santo y Seña de Monte Carlo TV, el hermano de Tareck El Aissami habría pagado el alquiler de la vivienda mediante una transferencia bancaria desde Venezuela a un banco privado de Montevideo. Además, la familia compró una camioneta de alta gama y sus hijos asisten a un prestigioso colegio privado de Carrasco.
Feras El Aissami fue abordado por uno de los periodistas del programa televisivo y afirmó que no tiene propiedades en Uruguay y que la camioneta, en la que estaba a bordo, no era de ellos.
Presidente @TabareVazquez es importante investigar la adquisición de 2 entidades bancarias en su pais por parte de Tareck El Aissami quien ha envíado a su familia en secreto al Uruguay.
Recuerde q esta sancionado y ese dinero proviene de
Corrupción
Lavado
Narcotráfico
Terrorismo pic.twitter.com/Du7RmKrUgx— Sergio Contreras B:. (@SContrerasB) October 19, 2018
Según el portal web Poderopedia, Feras El Aissami fue denunciado en 2010 como socio de Walid Makled, uno de los más grandes narcotraficantes en Venezuela. De hecho, el propio Makled al ser detenido lo señaló de haberle pagado USD $100.000 a cambio de nombrar a un comisario de la policía científica en un puesto clave del estado Aragua.
Asimismo, en 2013, el diputado tachirense Abelardo Díaz pidió investigarlo: “Tengo copias de los estados de cuenta de un Banco Suizo, del mes de noviembre pasado, que muestra que Feras El Aissami, tenía en una cuenta de la empresa que posee, la cantidad de 21 millones 689 mil dólares”, aseguró.
Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, una organización de investigación con sede en Estados Unidos, aseguró que Feras El Aissami es el financista de una red de empresas que opera en Venezuela, en Centroamérica y en Medio Oriente para el lavado de activos del narcotráfico y también “para financiar actividades de Hezbollah”.
Hay que destacar que Tareck El Aissami, actual vicepresidente económico de Venezuela, es uno de los principales dirigentes chavistas investigados por la DEA debido a sus relaciones con el narcotráfico.
Servicios secretos occidentales han descubierto que Tareck El Aissami es el principal operador de negocios ilícitos y de lavado de dinero en el país suramericano.
Un revelador reportaje del ABC de España explica con detalle cómo es la extensión de la estructura criminal de El Aissami, que además es la mano derecha de Nicolás Maduro.
“El Aissami no solo opera en el narcotráfico y el lavado de dinero, sino que además sigue ocupando un lugar clave en las relaciones con Hezbolá, como desde hace tiempo viene denunciando Estados Unidos”, señala el diario español.
Fuentes de inteligencia revelaron que uno de los pilares de la estructura criminal es Feras El Aissami. De acuerdo con la investigación, es él quien se encarga de ejecutar muchas de las operaciones, entre ellas el negocio de los sobornos y el ingreso a Venezuela de ciudadanos de origen árabe.
Otro personaje “clave” en la red es Husam El Aissami, primo de Tareck. Él no solo trabaja como consejero de la embajada de Venezuela en Jordania, sino que también es fundamental en la entrega de visas y pasaportes a personas vinculadas con el grupo terrorista islámico Hezbolá.
Según el ABC de España, en la cadena ilícita del vicepresidente también participa otro primo, Fady El Aissami, quien también se ocupa del traslado de fondos hacia Siria y el Líbano. Además cuenta con empresas que tiene contrataciones con el Estado venezolano.
Por último está Haifa El Aissami, hermana del vicepresidente, embajadora de Venezuela ante los Países Bajos y representante del régimen ante la Corte Penal Internacional. Ella es quien cuida las relaciones en el Tribunal internacional para evitar que se profundicen investigaciones contra la dictadura de Maduro.
La “lavadora” de El Aissami
El detallado reportaje del ABC revela cómo es el método del otro negocio de El Aissami, dedicado al lavado de dinero.
Su red familiar adquiere productos que viajan de China a Panamá y que luego son llevados al puerto de Puerto Cabello en Venezuela; allí operan agentes aduaneros y empresas vinculadas con la familia.
La estructura corporativa está compuesta por 38 empresas, entre las que hay entidades financieras, constructoras e intermediarias en el negocio petrolero; además cuenta con al menos 18 propiedades en el exterior.
ABC explica que se trata de un “circuito cerrado de autocompra”, donde se fijan precios, se maquillan números, se hace sobrefacturación y hasta se inventan stocks inexistentes.
Las investigaciones destacan que desde Valencia, capital del estado Carabobo, existe la compañía importadora Silvania, manegada por Ali Hussein Harb y Kassem Mohamed Saleh, quienes tienen conexión financiera directa con Hezbolá.
El “narconegocio”
Explica el ABC que El Aissami tiene una relación con el narcotráfico desde hace mucho tiempo, pues habría estado vinculado a Walid Makled, quien en 2004 se convirtió en el principal capo de la droga en Venezuela.
Makled, que está detenido en Venezuela, cuenta con lujos y hasta con acceso a equipos celulares. Según ABC, desde allí continúa liderando acciones de narcotráfico, pero de la mano de la “maquinaria” de Tareck El Aissami.
Según el Departamento del Tesoro estadounidense, El Aissami ejercía control sobre aviones que despegaban desde una base aérea venezolana, además de controlar las rutas de la droga que salían por puertos venezolanos.
El Aissami también está vinculado con la coordinación de envíos de droga a Los Zetas, el violento cartel de la droga mexicano, además de suministrar protección al capo de la droga colombiano Daniel Barrera y al narcotraficante venezolano Hermágoras González Polanco, quien fue mencionado en el caso de los “narcosobrinos” de la familia presidencial de Venezuela.
Venta ilícita de pasaportes a terroristas
En 2015 un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), identificado como Misael López Soto, quien supuestamente fue consejero de la embajada venezolana en Irak, confesó que fue testigo de que el Gobierno venezolano entregó documentos diplomáticos a terroristas del Medio Oriente.
López explicó que empleados de la embajada venden visas, pasaportes, cédulas de identidad y certificados de nacimiento venezolanos a personas de Siria, Palestina, Irak y Pakistán que pagaron entre USD $5.000 y USD $15.000 para obtener los documentos “bajo la mirada complaciente de las autoridades diplomáticas venezolanas”.
Las declaraciones de López Soto coinciden con detenciones de ciudadanos que han sido capturados con pasaportes venezolanos. En 2003 fue detenido Hasil Mohammed Rahaham-Alan, quien viajaba con un presunto pasaporte venezolano, llegó en un vuelo de British Airways al aeropuerto de Heathrow muy cerca de Londres. Con él llevaba una granada en su equipaje, lo que ameritó la evacuación del terminal y el movimiento de militares.
En 2008 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió un comunicado, en el cual aseguró que “es extremadamente preocupante ver que el Gobierno de Venezuela emplea y provee refugio a facilitadores y recaudadores de fondos de Hezbolá”.
Esto porque Ghazi Nasr al Din, quien estuvo solicitado por la Interpol, sirvió supuestamente como encargado de Negocios de la Embajada de Venezuela en Damasco, Siria, y posteriormente fue nombrado Director de Aspectos Políticos de la Embajada de Venezuela en el Líbano. Actualmente aparece en el Consejo Nacional Electoral como elector desde Damasco en Siria. Fuentes declararon en 2015 que Nasr al Din mantenía una red de fabricación y distribución de pasaportes venezolanos auténticos que eran proporcionados para ocultar las verdaderas identidades de los terroristas.