La migración masiva de venezolanos se convirtió en la peor crisis migratoria en la historia de América Latina; un drama que esta semana dio la vuelta al mundo, pero que al percer ha sido opacada por la misma región afectada.
La ONU estima que 2.3 millones de venezolanos han huido de su país. A este ritmo, serán el mayor número de desplazados en la historia de América Latina, e incluso podrían superar a los desplazados por la crisis siria (6m). (Vía @TheEconomist )
¿Nos lo tomamos ya en serio? pic.twitter.com/yGtSqRFfcz
— Rodrigo Morales Castillo (@Rodrigomoralesc) August 20, 2018
Este lunes 20 de agosto, las primeras páginas de los grandes medios de comunicación fueron dedicadas al gran sufrimiento que hoy enfrentan los venezolanos, no solo en su país donde Nicolás Maduro ofreció una serie de anuncios que oficializan la devaluación del 95,8 % de la moneda — cifra según el mismo Banco Central de Venezuela —, sino también las penurias a las que se ven sometidos al dejar su tierra buscando un “futuro mejor”.
Desde el New York Times, el Wall Street Journal, las grandes plataformas televisivas en Inglaterra, Francia y Alemania reflejaban la realidad de una crisis migratoria solo comparable con la de Siria, mientras que el resto de los medios comunicación de América Latina, giraban la mirada hacia las nuevas medidas migratorias que al final, de algún modo, les cierra las puertas a miles de venezolanos desesperados por huir de una nación en ruinas.
La crisis es tal que la OEA convocó una reunión extraordinaria para tratar la migración masiva de venezolanos; mientras que este martes, el Gobierno de Ecuador, también convocó a una reunión para debatir los flujos migratorios inusuales de ciudadanos venezolanos.
Gobierno de #Ecuador convoca a reunión el 17 y 18 de septiembre en Quito para debatir los flujos migratorios inusuales de ciudadanos venezolanos. Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, México, Perú, Paraguay, Panamá, Dominicana, Uruguay y #Venezuela invitados.
— Mariano de Alba (@marianodealba) August 21, 2018
Y es que los gobiernos de Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina tomaron la decisión de ajustar sus leyes migratorias para reducir el flujo de venezolanos por razones de “seguridad”, aunque con este anuncio dejaron a miles de venezolanos al borde del colapso emocional.
Pese la disparidad de cifras, las más recientes y de mayor rigurosidad dan cuenta de que la emigración de ciudadanos de este país, en los últimos dos años, equivale aproximadamente a la población de ciudades como Cartagena (Colombia), Arequipa (Perú) o una cuarta parte de los habitantes de Caracas.
La ONU señala que son 2,3 millones los venezolanos que salieron de su país. Una cifra que puede incrementarse sobre todo, luego de las recientes medidas económicas que dio Maduro en las que anunció no solo la devaluación de la moneda, sino también el incremento de impuestos y de los precios de la gasolina.
Entre 2015 y 2017 la migración de venezolanos a todas partes del mundo se incrementó en 132%; en el caso de los que se dirigen a países de Suramérica el aumento fue de 895%.
Se inició la “construcción” de un muro legal
Mientras los países de la región han criticado fuertemente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump por querer construir un muro para evitar la inmigración, por otro lado el continente americano empieza a poner obstáculos contra los venezolanos que huyen desesperados de su país. Medidas que además estarían ocasionando que muchas familiar venezolanas no puedan reunirse bajo el principio de reagrupación familiar, un derecho universal.
Colombia, Ecuador y Perú ahora exigen que los venezolanos muestren sus pasaportes para poder ingresar; esto, a pesar de conocer la “misión imposible” que enfrentan los ciudadanos para poder adquirir el documento debido a que el régimen de Nicolás Maduro paralizó la entrega.
Conseguir un pasaporte en Venezuela puede costar unos 1.000 dólares en el mercado negro, en un país donde el salario no supera los USD$ 2 mensuales.
La exigencia de pasaportes vigentes fue impugnada por la Defensoría del Pueblo de Ecuador, que solicitó ante los tribunales medidas cautelares para evitar la aplicación de la medida. La Defensora del Pueblo, Gina Benavides, indicó que esta exigencia no es legal ni constitucional, y asegura que va en contra de “principios básicos de atención humanitaria”.
El Director General de Migración Colombia, Christian Krüger Sarmiento, criticó a Ecuador y Perú por exigir a quienes huyen de Venezuela la presentación de un pasaporte válido.
“Exigirles hoy pasaporte a los ciudadanos venezolanos, cuando sabemos que su gobierno no los está expidiendo, es castigar al pueblo por los errores de sus mandatarios, pues no podemos olvidar que los ciudadanos venezolanos están saliendo de su país no por gusto, sino por culpa de la política de expulsión que ha impuesto el señor Maduro”, afirmó Krüger.
A esta medida de los pasaportes, se suma el anuncio que hizo el gobierno de Perú de recortar el plazo para que los venezolanos que ingresen al país antes del 31 de octubre y puedan solicitar el Permiso Temporal de Permanencia.
Pero los venezolanos que huyen de la severa crisis económica, no pueden circular por todos los países de la región con facilidad. Pues países como Chile o Panamá también les exigen visa.
En abril pasado, Chile anunció la creación de la “visa de responsabilidad democrática” destinada a aquellos venezolanos que quisieran trabajar y permanecer de forma temporal en el país. Un permiso que solo puede ser solicitado a través de los consulados de Chile en Venezuela.
Por su parte, en 2017, el gobierno de Panamá también comenzó a exigir una visa estampada para todos los venezolanos que quisieran visitar ese país por un periodo máximo de 30 días.
Los venezolanos están huyendo de su país con muy poco dinero en sus bolsillos y con pocas pertenencias; aunque emigran con la esperanza de conseguir calidad de vida, se están convirtiendo en una gran carga para las otras naciones de la región.
Mientras eso pasa, muchos venezolanos con sueños e ilusiones ven como poco a poco se les van “cerrando las puertas” para emigrar, pues hay que recordar que Nicolás Maduro ha instalado el “secuestro” como política de Estado, negándoles a miles de ciudadanos el derecho a sus pasaportes; razón por la cual la solución más expedita era salir del país por vía terrestre y solo con la cédula de identidad.
¿Cómo decirles a esos migrantes, que probablemente vendieron todas sus pertenencias, que no pueden llegar a sus destinos y que les toca regresar a un país en ruinas? Es condenar a miles de venezolanos a un estado de depresión sin retorno. Sobre todo, para aquéllos que ya están en su país destino y que aspiran reencontrase con sus hijos y familiares.