Llegó el “lunes rojo”; así le llamaron los venezolanos a este lunes 20 de agosto cuando finalmente se hizo efectiva una devaluación histórica de la moneda donde el “bolívar soberano” empieza a circular, e impulsa a que la hiperinflación cierre en 44 millones por ciento (44.000.000 %).
Zimbabue is coming. Cuestión de horas.
— Luis Oliveros (@luisoliveros13) August 20, 2018
Los venezolanos amanecieron con menos ceros en sus cuentas bancarias debido a la reconversión monetaria que se puso en marcha por orden del Ejecutivo; esto, en medio de un día no laborable y una incertidumbre que arropa las calles y avenidas del país.
La simplificación contable, que le quitó cinco ceros al bolívar, es una de las medidas del Gobierno de Nicolás Maduro enmarcada en un plan de “recuperación y expansión económica” con el que el Ejecutivo busca supuestamente salir de la crisis; sin embargo, recientemente ofreció una serie de anuncios que decretan indirectamente la quiebra de medianos y pequeños empresarios que buscan sobrevivir.
El programa, incluye un aumento del salario mínimo de más de 3.400% a partir del 1 de septiembre, un nuevo sistema cambiario que empezaría con una macrodevaluación, alzas del combustible y los impuestos.
Finalmente, hoy comienza a circular en Venezuela una nueva familia de billetes bajo el nombre de bolívar soberano. A esto se le suma el anuncio unilateral que dio Maduro de decretar un nuevo salario mínimo multiplicando el anterior por 35 veces.
Además, el Ejecutivo prometió unificar el mercado cambiario que es controlado por el Estado donde se estima que podría incrementar el dólar en 2.311%, lo que significaría una devaluación del 95,8 %.
“La inflación de la última semana fue de 28,4%, lo que corresponde a 44 millones por ciento al año, antes del anuncio de estas medidas”, dijo el reconocido economista Ricardo Hausmann al portal digital El Estímulo.
“Lo que están haciendo es una maxidevaluación y un maxiaumento del salario”, subrayó Hausmann.
El gobierno insiste en que como va a pagar el aumento de los sueldos los primeros meses de este plan económico, los precios no deberían subir; una situación que pone contra la pared a muchos empresarios qué no saben cómo lograrán adquirir sus inventarios.
“La historia humana no encuentra muchas ocasiones en las que la inflación ya era tan grave como esa de 44 millones. Eso le gana a todas las hiperinflaciones anteriores. Sí se va a mantener y va a haber una aceleración a esa tasa”, dijo el especialista.
Para el economista el panorama en Venezuela no es nada alentador: “Las empresas tienen que pensar que eventualmente tienen que pagar esos sueldos y para eso subir en muchos múltiplos sus bienes. De aquí a 90 días no va a haber más oferta, habrá más demanda y subirán mucho más los precios, habrá más racionamiento y los precios bachaqueados (en el mercado negro) van a subir a niveles súper, hiper, recontra hiperinflacionarios”, sentenció.
Por su parte, el economista Luis Oliveros, expresó a través de su cuenta en Twitter que el plan de Maduro, tal y como está estructurado, “traerá una aceleración de la inflación como nunca en nuestra historia y una recesión brutal”, señaló.
El plan tiene debilidades e inconsistencias muy grandes. La primera es el anuncio de un demencial aumento del salario mínimo que hará imposible tener equilibrio fiscal y parar em financiamiento monetario. También destaca la restricción externa.
— Luis Oliveros (@luisoliveros13) August 19, 2018
“Hiperincertidumbre”
En medio de la inflación más alta en la historia de Venezuela y de la región, los venezolanos no saben cómo reaccionar ante la serie de medidas que asumió Nicolás Maduro.
Muchos comercios habían cerrado el fin de semana en Caracas y otras ciudades, tras días de compras nerviosas. Largas filas en gasolineras se formaron ante el anuncio del aumento del combustible. Y miles de venezolanos se mantienen en la incertidumbre ante una posible reducción de personal en los negocios.
“Las nuevas medidas las pagarán los venezolanos”; aseveró el diputado José Guerra, economista venezolano.
Señaló que para reducir el déficit fiscal tiene que haber un aumento en la producción petrolera que genere ingresos, de lo contrario, el peso de esta medida caerá sobre los impuestos que pagan los venezolanos.