Este domingo 1 de abril, Costa Rica enfrenta unas históricas elecciones presidenciales enmarcadas en una fuerte polarización social y en un posible empate técnico entre los candidatos Fabricio Alvarado y Carlos Alvarado.
El país centroamericano ha enfrentado las últimas semanas un tenso ambiente electoral que se ha caracterizado por una campaña que rompió el récord de denuncias electorales; un proceso donde hubo agravios y hasta autocensura por miedo a represalias.
Asdrúbal Vargas, director de Asuntos Públicos en CLC GLOBAL y Coordinador de Juventud de la Alianza para Centroamérica señaló a PanAm Post que los comicios de este domingo serán “los más polarizados en la historia de Costa Rica“.
“Han aparecido cuarteles electorales (casas de campaña) rayados , grafiteados con terminos agresivos contra Fabricio Alvarado, y semanas antes tambien vimos militantes del PAC rayando iglesias católicas, evangélicas y de más. Es la primera vez que se ha visto esto en Costa Rica”; señaló.
Y es que hasta la firma encuestadora OPol Consultores suspendió la publicación de la última encuesta electoral, debido presuntas amenazas contra su personal.
“Ante las amenazas a la integridad física de los encuestadores en el trabajo de campo, y ante las amenazas a la empresa a través de medios electrónicos, OPol Consultores S.A comunica que ha decidido suspender la publicación de la encuesta electoral programada para este miércoles”; señaló.
La segunda ronda electoral está conformada por Fabricio Alvarado, un predicador evangélico que despertó temores de un retroceso en materia de derechos humanos; y por el periodista y politólogo Carlos Alvarado, un exministro de Trabajo postulado por el oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC, centroizquierda).
Por un lado, el predicador de 43 años, representa a grupos “defensores de los valores cristianos”; mientras que su adversario, de 38 años, fue el único que llevó la bandera progresista en la discusión que se desató con el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en favor del matrimonio igualitario.
Según una reciente encuesta de la Universidad de Costa Rica, el predicador evangélico tiene 43 % de apoyo frente a 42 % de su contrincante, prácticamente se trata de un empate técnico.
“Yo considero que aunque Fabricio se mantiene a la cabeza, es muy probable que la diferencia entre ambos candidatos no supere los 5 puntos”; dijo Vargas a PanAm Post.
La polarización y el matrimonio gay
A pocas semanas de efectuarse las elecciones presidenciales, la Corte Interamericana de Derechos Humanos falló a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo en Costa Rica, lo que cambió el panorama electoral en ese país.
La opinión pública se dividió y la campaña a la Presidencia se enfocó en ese punto; por un lado el ala más conversadora se alarmó; mientras que otros celebraron la decisión de la Corte.
Fabricio Alvarado quien logró el primer lugar en la primera vuelta, aprovechó sus dotes de predicador y su influencia entre las comunidades religiosas para ganarse al sector más radical del conservadurismo costarricense.
Aseguró que desacataría la opinión de la Corte, lo que muy pronto lo ubicó entre los favoritos.
Cargó su discurso contra el derecho de las personas del mismo sexo a unirse legalmente y contra la homosexualidad, a la que consideró una “desviación”.
Por su parte la posición radical de Fabricio Alvarado también impulsó el auge de Carlos Alvarado, cercano aliado del presidente de centroizquierda Luis Guillermo Solís.
El candidato oficialista apostó por hacer más conservador su discurso y prometer estabilidad y experiencia para su gobierno, aunque también se mostró más abierto a las uniones del mismo sexo.
Los candidatos
Fabricio Alvarado: Candidato cristiano evangélico, en las últimas semanas las encuestas le otorgan un 10 % de apoyo popular.
Es periodista de 43 años, casado y con dos hijas, dejó el catolicismo, abandonó su carrera de reportero de sucesos en un canal de televisión y se reinventó como predicador evangélico.
Su don de la palabra y su habilidad para la música le abrieron las puertas a una carrera de cantante, seguidamente incursionó en la política con el partido evangélico Restauración Nacional, por el cual se eligió diputado en las elecciones de 2014.
Se postuló a la presidencial en las elecciones de 2018, y tras la decisión del pasado 9 de enero de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) a favor del matrimonio homosexual, el candidato dio un paso adicional y diferente: anunció que de llegar a ser Presidente retiraría al país de ese tribunal internacional.
Fabricio Alvarado, quien por poco lleva la delantera ha sido señalado de que al llegar a la Presidencia pudiera revertir los avances que han habido en materia de derechos humanos.
El “religioso” pretende revertir las directrices de educación sexual, transformar el Instituto Nacional de la Mujer en un organismo para la familia, y anular un decreto que veda la discriminación contra personas sexualmente diversas en instituciones públicas.
También ha defendido la práctica de las iglesias evangélicas de ofrecer tratamientos de “cura” para el homosexualidad, y ha atacado al Tribunal Supremo Electoral por restringir el proselitismo político en las iglesias.
Carlos Alvarado: Es el candidato del oficialismo; pertenece al Partido Acción Ciudadana (PAC), fue ministro del Trabajo hasta que decidió lanzarse como candidato a la Presidencia; estudió Periodismo y Ciencias Políticas. Su candidatura ha presentado un gran crecimiento, pues recientes encuestas le otorgan 10,6 % de aceptación.
Fue el ministro más joven del actual gabinete de Luis Guillermo Solís y de llegar al poder sería uno de los presidentes msd jovenes de la historia de Costa Rica.
Ha prometido luchar por bajar el déficit fiscal, construir la primera etapa de un tren eléctrico que una las principales ciudades del país y continuar obras de infraestructura que impulsa el actual Gobierno.
La mayor crítica que le hacen sus adversarios es su poca experiencia en la función pública y la política, pero Alvarado ha dicho que es un hombre preparado.