Un nuevo escándalo rodea al dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, quien en una especie de agradecimiento a Odebrecht, ordenó un millonario pago extraordinario a la constructora brasileña.
El diario brasileño Estadao reveló que en 2013, a solo un mes de haber ganado la Presidencia, Maduro ordenó montos extraordinarios de hasta 4.000 millones de dólares para la empresa; esto, como respuesta a los aportes ilícitos que la constructora habría realizado para la campaña presidencial de Hugo Chávez.
De acuerdo con el medio local, los documentos que certifican la información están en manos tanto de fiscales de Brasil como de Venezuela; sin embargo la no separación de Poderes en el país gobernado por Maduro ha impedido que se inicien las investigaciones.
Al parecer, Maduro plasmó su firma y calificó como “muy urgente” la ejecución de los millonarios pagos que no estaban plasmados en el presupuesto oficial; monto que además no fue aprobado por la Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría opositora.
Según la investigación, la liberación de recursos formaba parte de un acuerdo entre Maduro y la constructora.
La información surgió de las delaciones y documentos que se han desprendido tras las indagaciones de las autoridades brasileñas; esto, en el marco del caso Lava Jato, el mayor escándalo de corrupción en América Latina.
Descarada impunidad
Mientras en países como Panamá, Estados Unidos, Brasil o Perú, se adelantan las investigaciones sobre el escándalo de corrupción; en Venezuela, el país que recibió más ingresos ilícitos de Odebrecht, pareciera que nada sucedió.
El fiscal chavista Tarek William Saab asegura que no se manejarán con “rumores” por lo que se niega a investigar a Nicolás Maduro; mientras fuera de ese país se sigue descubriendo cómo funcionarios venezolanos se vieron salpicados por los millonarios sobornos.
Nicolás Maduro por su parte, también hace caso omiso a los hallazgos, ante el mundo se muestra sordo, ciego y mudo; no rinde explicaciones.
Cabe destacar que el escándalo de Odebrecht implicó la renuncia esta semana del presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski (PPK); asímismo salpicó a sus predecesores Ollanta Humala, detenido hace más de ocho meses, y Alejandro Toledo, sobre quien pesa un pedido de extradición a Estados Unidos.
Derivó también en la destitución y condena del vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas;y en Brasil el escándalo llevó a la cárcel a decenas de ejecutivos, entre ellos el director ejecutivo de la empresa, Marcelo Odebrecht.
Y actualmente sobre el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, pesan una serie de acusaciones que podrían llevarlo a prisión.
El periodista Andrés Oppenheimer, en su columna de opinión publicada en diario estadounidense El Nuevo Herald, calificó de “ironía” que mientras PPK “cayó” por haberse visto envuelto en el caso Lava Jato; “otros gobiernos latinoamericanos que estuvieron mucho más metidos no estén sufriendo ninguna consecuencia”.
Venezuela, hasta ahora es el peor de los ejemplos, pues ha dejado que la impunidad arrope el escándalo de corrupción a tal punto de que la constructora en el país suramericano tiene más de 10 años sin culminar las obras.
La esperanza de muchos, mientras se mantiene la dictadura en Venezuela, es que la justicia internacional haga lo propio y dicte orden de captura contra Maduro y más involucrados por el caso Odebrecht.
La exfiscal general de Venezuela en el exilio, Luisa Ortega Díaz, por ejemplo, solicitó la captura internacional contra Nicolás Maduro; la petición la introdujo ante el legítimo Tribunal Supremo de Justicia, también en el exilio.
Ortega Díaz anunció que pidió un antejuicio de mérito por dos delitos: corrupción propia y deslegitimación de capitales.
La exfiscal ha afirmado ante el mundo que desde Brasil pudiera surgir la detención contra los funcionarios venezolanos envueltos en el escándalo; esto, debido a que el Ministerio Público de ese país cuenta con todas las pruebas necesarias para acusar a Maduro.
Obras inconclusas
Según un informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos el país suramericano recibió al menos 98 millones de dólares en sobornos. El pago, corresponde a una fracción de otros 788 millones de dólares en sobornos que canceló la compañía a doce países.
Algunas líneas del metro de Caracas, la capital venezolana, son las obras simbólicas de Odebrecht en Venezuela, sin embargo, tienen más de diez años “en construcción”.
La obra “bandera” es la línea cinco del metro, que recorrería el este de la capital. Esta obra debía ser entregada en 2010. Pero para 2011, la construcción solo llevaba un avance de 30 %; razón por la cual postergaron su entrega para 2014.
Fue en noviembre de 2015 cuando una de las estaciones de dicha línea fue inaugurada. Durante 2016 no fue inaugurada ninguna y de los casi 15 kilómetros que se tiene planeado que recorra, solo están listos 1,3.
Otra obra de la empresa brasileña es el “Cabletren Bolivariano”. El 14 de agosto de 2013 comenzaron operaciones tres de las cinco estaciones correspondiente a la primera fase. Una de ellas, aún sigue en construcción.
El 2 de septiembre de 2015 el entonces ministro de Transporte, Haiman El Troudi, aseguró que para ese año estaría lista la construcción y para 2016, ambas estaciones estarían operativas. No se cumplió.
Otra obra sin completar por el Grupo Odebrecht en Venezuela es la Línea II del metro de Los Teques, en el estado Miranda, que contaría con siete estaciones. Apenas tres de ellas están operativas. La construcción empezó en febrero 2007.