El bloqueo financiero internacional contra la dictadura de Nicolás Maduro es prácticamente un hecho; países como Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido y miembros de la Unión Europea, se reunirán para reforzar la presión económica sobre Venezuela.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que convocará a sus homólogos en Washington el próximo mes de abril para coordinar los esfuerzos; la intención será emprender un “paquete de encierro” como parte de nuevas sanciones conjuntas.
El máximo representante del Tesoro estadounidense, resaltó la importancia de que la mayor cantidad de países se unan al estilo de sanciones que ha impuesto el gobierno de Trump sobre la dictadura de Maduro. Mnuchin dijo que espera que la Unión Europea se sume a las sanciones de EE.UU.
“Estamos teniendo discusiones con la UE para que ellos adopten sanciones que se complementen con nuestras sanciones: creo que es muy importante que se sumen y tengamos un frente unido”, dijo el funcionario estadounidense.
Todo indica que las naciones democráticas están dispuestas a unirse para impedir que el régimen de Venezuela haga transacciones con dinero proveniente de la corrupción.
Lo que está por venir
Los países utilizarán la red de inteligencia financiera para bloquear e impedir cualquier movimiento financiero del chavismo; se trata de más de 50 gobiernos dispuestos a seguir presionando a Nicolás Maduro para obligarlo a una salida democrática y pacífica ante la grave crisis en Venezuela.
El panorama está muy claro, con el fracaso del diálogo y sin garantías electorales, no solo la Unión Europea prepara más sanciones; Estados Unidos también se prepara para un embargo petrolero, el cual podría incluir no vender gasolina a Venezuela.
Para María Teresa Romero, doctora en Ciencias Políticas, la comunidad internacional está a punto de tomar decisiones más fuertes contra la dictadura; señala que se aproximan unas sanciones petroleras y posiblemente medidas generalizadas.
“Ahora los gobiernos no solo se suman a las sanciones de Estados Unidos, sino que además piensan en tomar otras medidas en un futuro no muy lejano; como por ejemplo, expulsar a Maduro de grupos y organismos internacionales y multilaterales”; señaló.
“Pueden venir sanciones peores como las militares de manera conjunta o unilateral, o a través de una intervención humanitaria, pero antes de eso seguro existirá un bloqueo petrolero que para Nicolás Maduro sería fuerte porque Estados Unidos es el único país que le queda a Venezuela y que le compra petróleo en efectivo (…) dejarían de entrar las pocas divisas que esta percibiendo el gobierno, pero eso a la misma vez haría que la crisis económica no durara tanto”.
Del mismo modo, Luis Gonzáles Posada, expresidente del Congreso peruano y exministro de Relaciones Exteriores del Perú, en una entrevista previa con el PanAm Post, afirmó que: “Algo que le puede hacer mucho daño a la dictadura en Venezuela es la reducción de compra de petróleo, sanciones económicas de ese tipo pueden acabar con el régimen”.
Las recientes reuniones y evidentes acciones reflejan que el mundo está cerrando filas contra el régimen de Nicolás Maduro a pocos meses de que se lleven a cabo unas elecciones fraudulentas en Venezuela. Las decisiones internacionales coinciden con políticos y analistas que sugieren la necesidad de aislar política y económicamente a la dictadura.
Una lista de castigos internacionales
Hay que reconocer que el primer país en asumir sanciones contra la dictadura en Venezuela fue Estados Unidos; empezó castigando a funcionarios del chavismo corruptos y violadores de derechos humanos, y ahora continúa con acciones económicas que achican el panorama político y económico del régimen.
Con la llegada a la Casa Blanca, Donald Trump ha intensificado la presión al Gobierno venezolano con continuas rondas de sanciones económicas individuales y también financieras.
Estados Unidos mantiene a 57 funcionarios del chavismo en una lista negra de sanciones, en la que no solo les bloqueó sus bienes y activos, sino que además les negó el ingreso a suelo norteamericano. Del mismo modo, prohibió tanto a empresas como a ciudadanos estadounidenses tener relación comercial alguna con cualquiera de los sancionados.
En agosto de 2017, Estados Unidos anunció sus primeras sanciones económicas contra el gobierno de Venezuela; lo que representó un duro golpe financiero para el país suramericano sostenido por la dictadura de Nicolás Maduro.
Prohibió al régimen de Maduro y a su petrolera estatal, Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), vender nuevos bonos a estadounidenses o a instituciones financieras del país norteamericano.
Todo esto llevó a Maduro a crear una supuesta criptomoneda chavista llamada El Petro, para evadir las sanciones; lo que trajo como respuesta de Trump la prohibición desde Estados Unidos de cualquier transacción con la cybermoneda chavista.
Nicolás Maduro ha dejado ver que las sanciones internacionales son su debilidad. Esto se vio reflejado en las negociaciones que mantenía con la oposición venezolana, pues una de sus exigencias era el cese de las sanciones en su contra.
Canadá por su parte, se ha sumado a las mismas sanciones de Estados Unidos, mientras que la Unión Europea y otros diez países de ese continente, emitieron en enero las primeras medidas específicamente contra funcionarios del chavismo.
Costa Rica se convirtió en el primer país de América Latina que se sumó a las sanciones, pues tomó la decisión de impedir el ingreso a su territorio del ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, y su familia.
Las acciones tomadas por Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, diez países de Europa y Costa Rica, surgieron para castigar las constantes violaciones a los derechos humanos por parte de la dictadura y los actos de corrupción emprendidos por funcionarios del chavismo.
Estos gobiernos indican que las sanciones solo se levantarán, si es el caso, cuando se restablezca el Estado de derecho y la democracia constitucional en Venezuela.