El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva ha sido declarado culpable por parte de tres jueces de apelaciones que revisaron su condena; decisión que en gran parte ha marcado el destino político del país.
Aunque la sesión que examina el recurso de Lula todavía no ha finalizado, dos de los tres miembros del tribunal ya han votado por ratificar el fallo: nueve años de cárcel por delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero.
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Esta sentencia limita la posibilidad de que el político se postule una vez más a la Presidencia de esa nación.
Sin embargo, por el momento, Lula no irá a la cárcel pues el tribunal ha mandado un comunicado a en el que explica que nadie va a dar la orden de prisión al expresidente hasta que se agoten todos sus recursos.
El exmandatario de 72 años, fue condenado como beneficiario de un apartamento en el balneario paulista de Guarujá, ofrendado por la constructora OAS a cambio de contratos en la estatal Petrobras.
De los tres jueces que revisaron la condena, el primer juez, Gebran Neto–el que más recelaban los seguidores de Lula–no solo declaró culpable al exmandatario, sino que además, planteó la opción de subir la pena a 12 años de prisión.
“No estamos juzgando al hombre o al personaje, reconocido estadista; solo a quien cometió el delito”; señaló Neto durante su intervención.
El segundo juez a cargo de la decisión, Leandro Paulsen, revisor del caso Petrobras en la sala y que cuenta con un doctorado en España, también decidió condenar a Lula por corrupción; y también decidió aumentar la pena.
La decisión judicial es histórica porque estaba en juego el futuro político del país, pues según las encuestas, Lula es el candidato favorito y al ser condenado por dicho tribunal es prácticamente imposible su participación en los comicios presidenciales.
Cabe destacar que el exmandatario aún enfrenta acusaciones penales en otros seis casos que, por ahora, no hacen peligrar tanto su capacidad de presentarse como candidato.
Lula no irá preso por los momentos, ya que aún existen varios recursos (ante los mismos jueces, luego ante el Tribunal Superior de Justicia y por último ante el Supremo Tribunal Federal) que sus abogados pueden presentar, manteniéndolo libre.
El oficialista Partido de los Trabajadores anunció que no renunciará a la candidatura de Lula, sin importar la resolución de los jueces.
Lo que significa que el panorama puede complicarse debido a que el proceso puede extenderse inclusive hasta después de la elección, lo que pondría a los jueces del Tribunal Superior Electoral en el brete de tener que anular la elección de un presidente que ya ganó en las urnas.
El PT también puede mantener a Lula como candidato hasta 20 días antes de la elección y, a último momento, reemplazarlo por un sustituto.
El fallo judicial estuvo enmarcado en un operativo de seguridad inédito, que cerró todos los accesos a la zona del tribunal; también ameritó un bloqueo aéreo, 150 cámaras de seguridad y francotiradores de élite en las terrazas de los edificios.