Para reforzar su talante autoritario, Nicolás Maduro ordenó investigar a dos obispos venezolanos por calificar de “peste” a la corrupción de la dictadura durante una homilía en la tradicional misa de la Divina Pastora.
Para Maduro, Monseñor Víctor Hugo Basabe y Antonio López Castillo, pudieron haber incurrido en “delitos de odio” luego de que en sus sermones pidieran por la liberación de Venezuela.
LO ÚLTIMO | Nicolás Maduro desde la ANC pide al Tribunal Supremo de Justicia y a la Fiscalía evaluar si los obispos Antonio López Castillo y Víctior Hugo Basabe cometieron delito en homilías de la Divina Pastora: "Nadie cree en estos diablos con sotana" pic.twitter.com/cJL1foYknU
— AlbertoRodNews (@AlbertoRodNews) January 15, 2018
Mientras Maduro violaba la Constitución presentando su Memoria y Cuenta ante la ilegítima Constituyente y no ante la Asamblea Nacional de mayoría opositora, dijo que en la iglesia católica de Venezuela hay un grupo lleno de “maldad”, “veneno”, “odio”, “perversidad” y “maledicencia”.
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En su alocución, Maduro instó a la Fiscalía, Defensoría, Contraloría y al Tribunal Supremo de Justicia a atender la denuncia:
“Habría que ver […] si las palabras emitidas por algunos de estos personajes no corresponden verdaderos delitos de odio que pretenden generar enfrentamiento entre los venezolanos: violencia, muerte, exclusión y persecución”.
Al tiempo en que Maduro afirmaba que los obispos habían, supuestamente, violado la ilegítima “Ley contra el Odio”, el dictador calificaba de “diablos con sotana” a los representantes de la iglesia y calificó la homilía como una “cochinada”. Violando él mismo, otra vez, su propia Ley contra el Odio.
“A esta gente nadie los escucha, nadie cree en estos diablos con sotana, nosotros amamos al Dios creador, amamos a la Divina Pastora”, agregó.
Y es que a Maduro le incomodan todas y cada una de las críticas que pueden surgir en su contra tras mantener al país suramericano envuelto en una crisis sin precedentes.
A Maduro le molestó que Monseñor Basabe, obispo de la Diócesis de San Felipe, criticara la situación de desabastecimiento de alimentos y que condenara el hecho de que haya “miles de venezolanos hurgando en la basura”.
“Si alguien tiene que irse de Venezuela es el responsable de este desastre al que nos han conducido, si alguien tiene que irse es quien es responsable de que miles de niños hayan atravesado el límite de la desnutrición severa” puntualizó Basabe en la homilía.
Por su parte, Monseñor Antonio López Castillo realizó su discurso previo a la salida de la Divina Pastora, en el que le pidió a la virgen que libre a los venezolanos del hambre y la corrupción.
“Divina Pastora líbranos del hambre, líbranos de la corrupción”, dijo.
16E Desviar atención ahora con la ley contra el odio y nuestros Obispos reafirma la conducta antidemocratica propia de las Tiranías #DDHH
— Helen Fernández (@justiciasocial) January 16, 2018
Y es que la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente (ANC) promulgó una “Ley contra el Odio”, la cual se ha convertido en un instrumento para apresar a opositores.
La nueva norma está constituida por 25 artículos que con el supuesto objetivo de “promover la tolerancia y prevenir toda forma de odio, hostigamiento y violencia”, establece prohibiciones en la emisión de mensajes que “puedan ser considerados negativos y que promuevan la guerra y la discriminación”. Se trata de una ley “poco objetiva” donde quedará a criterio de la “justicia” chavista qué es un mensaje negativo.
El dictador pide que la ley contra el odio se aplique a los obispos. Una atrocidad.
— Elías Pino Iturrieta (@eliaspino) January 16, 2018
La normativa castiga con penas hasta de 20 años de cárcel por “incitación al odio”, condición que se puede atribuir a manifestantes en la vía pública que protestan contra el Gobierno o que expresen críticas y opiniones en redes sociales y medios de comunicación.
La ley, bajo conceptos muy ambiguos, también considera penalidades contra los medios que trasmitan propaganda y contra partidos políticos que promuevan “el fascismo”. Además, el artículo 14 prohíbe la difusión de mensajes en las redes sociales o medios electrónicos y digitales que llamen a la guerra o inciten al odio.