Aunque Venezuela no mantiene una relación oficial con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el organismo internacional se prepara para un posible rescate al país suramericano.
El FMI prevé que el país gobernado por Nicolás Maduro pudiera requerir unos USD $30.000 millones anualmente en ayuda internacional para poder recuperarse del maltrato económico y financiero implementado por el “socialismo”.
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Funcionarios del FMI aseguran que aún no existe un rescate inminente y que solo están llevando a cabo una “supervisión normal”. Sin embargo, a pesar de estas declaraciones, durante los últimos meses el personal del FMI ha sacado cálculos. “Esto va a ser una mezcla de Argentina con Grecia en términos de complejidad”, dijo Douglas Rediker, un exrepresentante estadounidense ante el FMI.
“Estamos muy preocupados por las dramáticas condiciones económicas y humanitarias en Venezuela”, expresó un portavoz del FMI. “Hemos estado recopilando información y siguiendo la situación de cerca, incluyendo la monitorización de cómo la crisis está afectando a los países vecinos”.
Y es que el país suramericano enfrenta una grave recesión que ha reducido la economía y que, además, tiene la inflación más alta del mundo; el FMI la estima en más del 1.000 %.
FMI.
Países con mayor inflación (e) 2018.Venezuela 2.529,6%
Congo 40%
Angola 17,6%
Sudan 17%
Argentina 16,7%
Nigeria 15,1%
Egipto 11,7%— Jesús Casique (@jesuscasique1) October 24, 2017
A esto se suma la escasez de divisas que ha reducido las importaciones de productos básicos en un 80 %, al tiempo en que el Gobierno debe pagar una multimillonaria deuda externa. Todo esto trae como consecuencia el desabastecimiento masivo de alimentos y medicamentos.
El mayor obstáculo para poder rescatar a Venezuela es el mismo régimen de Nicolás Maduro que está aferrado al poder y que no admite ayuda humanitaria internacional. Él asegura que el país suramericano enfrenta una supuesta “guerra económica” y que no está en crisis. El régimen de Nicolás Maduro para pagar su deuda externa deberá desembolsar más de USD $3,8 mil millones.
Los programas del FMI dependen de una solicitud de los gobiernos para obtener ayuda y de la cooperación de las autoridades nacionales, pero no ha habido diálogo alguno. Mientras el Fondo Monetario Internacional realiza sus cálculos y analiza cuál es la situación real de la economía venezolana.
Mientras Nicolás Maduro busca la manera de cumplir con los tenedores de bonos, a los venezolanos se les acaban las opciones para abastecerse de alimentos y medicamentos. Esto debido a que el Ejecutivo ha optado por reducir las importaciones, precisamente para usar ese dinero en pagar la deuda internacional.
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En el país suramericano la producción de productos básicos cada día es menor, pues las empresas no reciben las divisas suficientes para fabricar los alimentos y medicamentos necesarios para cubrir la demanda nacional.
La realidad de Venezuela es que el régimen ha destruido toda la riqueza. La producción petrolera se ha reducido en 750.000 barriles menos, lo cual significa que en un año Venezuela deja de percibir USD $15.000 millones, aunado a la destrucción del aparato productivo privado.
A esto, se suman las sanciones impuestas por el Gobierno de Donald Trump y la imposibilidad de negocioar nuevos bonos en Estados Unidos y en dólares.
Fuente: Los Tiempos, Expansión.