
Un nuevo dato vuelve a confirmar que el diálogo entre el chavismo y la oposición en Venezuela continúa. En esta oportunidad, el Gobierno de México anunció que participará como acompañante en las conversaciones.
Este martes 10 de octubre, el canciller Luis Videgaray anunció que será testigo de los pormenores en el diálogo auspiciado por el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el actual mandatario de República Dominicana, Danilo Medina.
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Videgaray señaló que el diálogo también está respaldado por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres; pero que espera se traten de negociaciones creíbles, de buena fe, con “objetivos claros y tiempos concretos de realización en el que las responsabilidades de los acompañantes estén bien definidas y aceptadas por ambas partes”.
El funcionario mexicano añadió que espera “contribuir de una manera constructiva a la resolución de la grave crisis que atraviesa el país hermano”.
El canciller confirmó, durante una comparecencia en el Senado, que el 17 de septiembre recibió la invitación formal por parte de su homólogo venezolano, Jorge Arreaza, para incorporarse al “proceso de diálogo político” entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición. En la carta Arreaza agradece de antemano a Videgaray su participación –“en el marco del más absoluto respeto a la soberanía venezolana”– y le informa de un encuentro que tenía previsto a celebrarse el pasado 27 de septiembre. A la cual la oposición no acudió debido a que no se cumplieron las condiciones necesarias.
Invitación de Venezuela a México para participar como país acompañante en el Proceso de Diálogo Político entre el gobierno y la oposición pic.twitter.com/Q1VK246LUB
— Relaciones Exteriores (@SRE_mx) October 10, 2017
El régimen venezolano considera el nombramiento de los acompañantes como una prueba de que el acuerdo con la oposición, agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), está cerca de concretarse.
La oposición venezolana había solicitado la formación de un grupo de países garantes que obliguen al chavismo a cumplir su parte en los eventuales acuerdos y eviten que las conversaciones se conviertan en un debate estéril.
Además de México, la oposición se ha planteado sumar a Chile y a Paraguay. Este último ha mantenido una posición muy clara contra el régimen de Nicolás Maduro y fue determinante al momento de la suspensión de Venezuela en Mercosur.
Por su parte, el Gobierno confía en el apoyo de Bolivia y Nicaragua, tradicionales aliados, además de uno de sus socios más férreos entre los pequeños países del Caribe que aún dependen del petróleo venezolano: San Vicente y las Granadinas.
El embajador de Venezuela en República Dominicana, Alí de Jesús Uzcategui, ratificó que la próxima reunión entre el chavismo y la oposición se llevaría a cabo la próxima semana: “Tengo entendido, por indicación del propio Gobierno, que es para la próxima semana, no digo que esta porque es que tenemos el 15 (de octubre) las elecciones de gobernadores y por eso se proyecta que será entre esta y la próxima semana”.
A mediados de septiembre ambas partes mantuvieron “reuniones exploratorias” de dos días con el aval del presidente dominicano, Danilo Medina, quien anunció que México, Chile, Bolivia y Nicaragua se sumarían a las conversaciones.
Pero las críticas del proceso no se hicieron esperar. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, exigió que el diálogo entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición no se base en “el reparto de poder”, sino en la “redemocratización del país”: “Exigimos que no se negocie la paz, la democracia ni la libertad, porque son nuestros bienes más altos y son irrenunciables, no podemos permitir que el régimen haga abdicar de sus bienes más altos a los venezolanos”, indicó.
En enero de 2017 la oposición aseguró que no participaría más en la conversaciones si el régimen no cumplía con los compromisos adquiridos, entre ellos la liberación de presos políticos, la aceptación de ayuda humanitaria y la presentación de un calendario electoral. Y es que el incumplimiento de los acuerdos por parte de Nicolás Maduro hizo expulsar hasta al Vaticano de las conversaciones.
En enero el papa Francisco tomó la decisión de no enviar, hasta nuevo aviso, a su delegado internacional para participar en el diálogo que inició en 2016. Claudio María Celli, representante de la Iglesia católica en la mesa de diálogo, no viajaría más a Venezuela.
Fuentes: El País, Diario Las Américas.