
Tras el escándalo de corrupción en la presunta venta de carne brasileña en mal estado, la Unión Europea, Corea del Sur, China y Chile suspendieron sus compras.
Se trata de un nuevo descubrimiento en el país suramericano en el cual se conoció el supuesto pago de soborno a funcionarios sanitarios para permitir la venta del producto brasileño en mal estado.
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China suspendió como “medida de precaución” las compras en Brasil. Además, Corea del Sur anunció que reforzará las inspecciones a sus importaciones de carne y pollo brasileña y bloqueará temporalmente las ventas de productos de pollo de la empresa BRF, una de las firmas en la mira.
Chile también decidió una suspensión temporal de las importaciones brasileñas de carne bovina.
Por su parte, la Unión Europea instó al país gobernado por Michel Temer que suspenda las exportaciones por parte de las empresas involucradas en el escándalo.
La policía de Brasil allanó el viernes pasado algunas plantas frigoríficas en el marco de una investigación para determinar si algunas compañías estaban pagando sobornos para ocultar condiciones insalubres, y denunció que algunas firmas habían vendido productos cárnicos podridos y adulterados.
Brasil es líder en exportaciones de productos cárnicos, tanto así que vendió USD $6.900 millones en carne de ave y 5.500 millones de dólares de carne vacuna en 2016.
En un intento de tranquilizar a los países importadores, Temer se reunió con embajadores y los invitó a una cena en un restaurante de carnes en Brasilia; dijo que la agroindustria no puede ser devaluada por un “pequeño grupo”.
La operación “Carne débil” impulsada por las autoridades de ese país involucra a grandes empresas como BRF Brasil, que posee marcas como Sadia y Perdigão; también salpica a JBS, que es propietaria de las marcas Seara y Swift. También involucra a pequeñas empresas como Mastercarnes y Peccin, Paraná.
Las compañías niegan irregularidades.