Un tribunal en Moscú sentenció a un ex senador ruso por desfalco en planta de rifles Kalashnikov ubicada en Venezuela.
De acuerdo con las investigaciones en el país europeo, Sergey Popelnyukhovn ex senador federal de la región de Belgorod, fue condenado a siete años de prisión por malversación de más de 1.000 millones de rublos (17,4 millones de dólares).
El dinero estaría destinado a la construcción de plantas de fabricación de fusiles de asalto Kalashnikov en Venezuela.
Agencias de noticias rusas reseñaron que el tribunal concedió una demanda presentada por la empresa de comercio de armas Rosoboronexport. El tribunal encontró que el acusado había elaborado un plan para robar dinero de los contratos con Venezuela.
De acuerdo con la Fiscalía General, Popelnyukhov malversó el dinero que su empresa “Stroyinvestengineering Su-848” había recibido de Venezuela para construir plantas para la producción de fusiles de asalto Kalashnikov y municiones auxiliares.
Los trabajadores rusos involucrados en la construcción de instalaciones industriales en Venezuela reportaron retrasos en los pagos de sus salarios, situación que atrajo la atención del departamento del Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia.
La defensa del acusado anteriormente afirmó que las plantas no se construyeron debido a la inflación en Venezuela.
La sentencia del tribunal resarce los intereses de Rosoboronexport por el robo de su contratista Stroyinvestengineering Su-848, por el contrato entre ellos firmado en Rusia. Pero de ninguna manera hace justicia en el monumental desfalco que ambas empresas rusas cometieron en Venezuela.
Cabe señalar que las autoridades venezolanas no han hecho, a la fecha, pronunciamiento alguno sobre el caso.
Antecedentes
Con base en el contrato, Venezuela transfirió 1,1 billones de rublos y se estableció a la empresa Stroyinvestinzhiniring SU-848, de la cual Popelniujov es director general, como contrista principal para la ejecución de la obra.
El acuerdo para la construcción en Maracay (estado de Aragua) de una fábrica de fusiles AK-103 y municiones fue firmado por Rusia y Venezuela en el año 2006.
En agosto de 2007, el entonces director de la compañía estatal IzhmashVladímir Grodetski, anunció que estaba previsto iniciar la producción en la fábrica venezolana entre el cuarto trimestre de 2009 y el primer trimestre de 2010. Sin embargo, los plazos fueron postergándose en varias ocasiones. En 2012, la fábrica estaba lista en un 60 %.
En diciembre de 2014 el vice primer ministro Dmitri Rogozin reconoció que en la construcción de la fábrica se habían dejado pasar ciertas “extrañas incidencias” y prometió investigar las causas del retraso, así como cambiar la empresa adjudicataria.
Según las investigaciones Popelnyuhov transfirió el dinero recibido del gobierno venezolano a las cuentas de otras empresas bajo su control, que están en una situación financiera difícil.
Fuente: La Patilla